In the dark, you are daylight [S.M]

X

Noah

Me siento completamente avergonzada de mis acciones porque había ignorado lo que todo el mundo me había advertido sobre mi regreso, no sé que es lo que estaba pensando o que es lo que esperaba. La verdad... no tenía nada claro pero tampoco estaba preparada para lo que vi. La campana suena pocos segundos después que he dejado el salón y los pasillos están repletos de estudiantes que caminan en todas las direcciones, la gran mayoría se enfoca en mí. Sus ojos me analizan con curiosidad y no disimulan para nada su sorpresa al ver mi nueva condición.

Apresuro el paso intentando que nadie vea mis ojos llorosos hasta que alguien se cruza en mi camino.

-Permiso- Exijo a la chica de ojos azules frente a mí, su rostro expresa desagrado y sorpresa.

-Hola Noah- Su voz me resulta familiar y mi cerebro intenta procesarlo, sin embargo no la recuerdo.

Aún así no me interesa entablar una conversación, me aparto y paso junto a ella sin prestarle atención, saliendo del edificio más alterada que antes. Vuelvo a mi residencia y me impresiona ver lo angostos y pequeños que son los pasillos cuando para mí... solían parecer un laberinto sin salida. Mantengo la cabeza baja intentando evitar las miradas de todas la chicas de este lugar. No las conocía, jamás hice muchos amigos y para todas ellas Shawn sólo estaba a mi lado por lástima. Una tristeza mayor que la anterior albergaba mi pecho al pensar en todo lo que había soportado para estar con él, la carga siempre la llevé yo.

Y a pesar de eso a él parece no importarle.

Así cómo Shawn detesta la idea de mí con Troye, yo no puedo soportar los celos cuando lo imagino con otra persona. Todo lo que Shawn hacía conmigo es vil e injusto, mientras yo lloraba e intentaba buscar una manera de desmentir la absurda historia que mi madre le contó, él buscaba maneras de reemplazarme.

Lo odié en ese momento, preguntándome si en algún momento me había amado de la manera que él asegura, porque quién lo hace; no olvida... aunque el tiempo haya pasado. Cierro la puerta a mis espaldas y observo mi habitación algo desordenada y llena de polvo, su aspecto revela mi ausencia. Apoyo mi espalda en la pared, sin fuerza y con un profundo sentimiento de culpa, nada estaba bien y parece que nunca lo había estado; nuestra primera separación fue la más trágica, lo fue para los dos. Pero yo fui la única que no pudo avanzar, yo me sumí en el recuerdo de algo que pudo suceder pero nunca se concretó; mientras Shawn avanzaba y conocía alguien más.

Conocía de su extraña relación con Halsey cuando llegué a este lugar y nunca me atreví a reprochárselo porque sucedió antes de mí, de lo nuestro....

Ahora él está repitiendo la historia y no le importa si yo me ahogo en el mar de dudas que ha creado para mí. Estaba aterrada de no poder avanzar, de estancarme en este amor absurdo que he sentido por Shawn desde hace tantos años. Cuando lo vi, sentí mis piernas temblar al observar sus ojos color miel a detalle, sus mejillas sonrojadas, cabello rizado, sus labios... su cuerpo, el cual he tocado demasiadas veces pero...

Sollozo cansada de todo lo que pasa por mi mente, mis impulsos anhelaban acercarlo a mí y besarlo. Mi subconsciente quería sentirlo mío un poco más aunque cuando realmente lo pensé. Sólo desee darle una cachetada.

Mis ojos comienzan a arder y me obligo a dejar el llanto de lado, no quiero tener complicaciones por esto. Una vez de pie no enciendo la luz, esta aún es molesta para mí y durante el largo proceso de recuperación de mi operación, algo esencial es mantener mi vista apartada de la luz la mayor parte del tiempo durante el día, por algunos meses. Analizo todo a mi alrededor y decido cambiar las sábanas de la cama y comenzar a guarda la mayor parte de mi ropa en una de las maletas que hay en el armario. Admiro las prendas que sostengo entre mis manos, son muy bonitas pero jamás fui consiente de que lo eran, siempre las elegía mi abuela. Rebusco entre el libreros y encuentro algunos ejemplares que Shawn me regaló... los tiro al suelo intentando alejarlo de mis pensamientos, aunque me resulta imposible, pues hasta la pared blanca del costado derecho me recuerda a él.