XIII

719 66 11
                                    

Noah

-¿Por qué le llamaste?- Exijo saber.

-Estaba preocupada por ti.

-En ese caso, debiste llamarme a mi-Exclamo molesta, sin preocuparme en ocultar mi irritación.

-Bueno, cómo Harry dijo; tú nunca respondes- Menciona Dawn al mismo tiempo  que encoge los hombros.

-Yo no necesito una niñera ni nadie que me cuide, él no habría venido de no ser por ti.

Sus labios forman una mueca y parece estar dispuesta a dejar pasar nuestro problema.

-Noah, no lo hice para perjudicarte... pero no puedes ir tras Shawn por siempre, deberías dejarlo ir.

-Yo no fui tras él- Miento- Perdóname si te lo digo, pero lo que yo haga no es asunto tuyo.

-Shawn no te merece-Insiste.

-Ya me lo has dicho- Sus ojos azules me miran con insistencia-¿No puedes mantenerte al margen de esto?

-No...

-Además-Menciono, interrumpiéndola- Cuando él y yo estábamos juntos tú eras la más interesada en conocer todo lo que pasaba en nuestra relación ¿Por qué el cambio?

Harry me regañó por salir por ahí y regresar después de la hora permitida en la residencia; aunque sé muy bien que no me creyó cuando le dije que había salido con uno de mis antiguos compañeros de clase. Pero lo que no me esperaba era que Dawn le llamara cuando no me encontró en mi habitación.

-Soy tu amiga y te quiero- Dice parándose frente a mí, con las mejillas sonrojadas; de vergüenza supongo- Shawn no te conviene.

-Dawn- Musito retrocediendo para evitar su toque- Ese problema es mío.

Sé que entre ambos la relación nunca fue buena, sin embargo detesto cuando alguien opina sobre mi vida. Intentando persuadirme y hacerme creer que saben lo que me conviene y aunque la quiero no me interesa en lo más mínimo sus consejos. No cuando las relaciones de Dawn han sido más caóticas que las todas las tragedias griegas juntas.

-Ahora... me gustaría tomar una ducha y descansar. Deberías volver a tu habitación.

Pude ver la indignación en su rostro, sin embargo decidí seguir mi camino y encerrarme en el baño; recordando lo poco que faltaba para darle un fin a todo esto.

(...)

Me quedo sentada frente al espejo más tiempo del que debería, admirando mi reflejo; podría sonar odioso pero es algo que he estado haciendo muy seguido, pues he pasado mucho tiempo sin hacerlo. Me gustaba lo que veía y no porque me considerara muy atractiva o algo por el estilo... Simplemente me había encontrado; esta era yo, volvía a sentir la confianza que alguna vez desapareció. Todos los detalles que observo a diario se habían convertido en un regalo. 

El reloj de la pared me dice que voy tarde así que busco mi bolso en medio de todo el desorden del lugar, hay cajas por todos lados. Peino mi cabello por última vez y dejo la habitación, tan rápido cómo mis pies me lo permiten.  No tardo mucho en llegar a la oficina que había estado buscando.

-Buenos días, Lou- Una muchacha un par de años mayor que yo estaba del otro lado de uno de los escritorios, con un montón de papeles apilados en cada esquina, la conocí días atrás cuando vine por primera vez a hablar con el Decano respecto a mi nueva y arriesgada decisión.

-Buenos días, señorita Beckman- Insistí en ser llamada por mi nombre, pero para ella; eso sería una falta de respeto.

-¿Están listos?- Pregunto.

In the dark, you are daylight [S.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora