XXXIII

669 65 31
                                    


Maratón 4/4

Noah

La enfermera me entrega una bata nueva antes de ingresar al baño, volteo a mirar la habitación y agradezco cambiar de escenario, aunque sólo sea moverme unos cuantos pasos. Apoyo mi espalda en la pared, la baldosa se siente fría, deshago el nudo de la bata que llevo puesta y mi reflejo está lejos de ser una ayuda. Toco los chupetones en mi cuello, no distingo si las marcas cerca de mi pecho son golpes o... me duelen las cosquillas, lo que hace que sea más difícil respirar. Tengo moretones en los brazos, en las caderas y en el rostro.

No pasó nada...

No pasó nada.... No lo hizo.

Una vez bajo la ducha abro la llave de agua con manos temblorosas y me meto sin importar que esta esté fría, tomo la esponja y froto mi cuerpo tan fuerte cómo puedo.... Pero nada me ayuda a sacarlo de mi cabeza, mi piel se torna roja, sin embargo, no siento más que repulsión al verla.

No pasó nada....

No lo hizo...

No pasó nada...

El agua se vuelve más fría, helada y a medida que cae, su sonido cubre el de mis sollozos.

-Sé que puede ser muy difícil hablar, pero lamento informarte que tienes que hacerlo- Repite el psicólogo, yo me sabía este juego mejor que nadie. Se supone que contarle a alguien lo que te sucedió ayudará a desahogarte y a que tus sentimientos dolorosos no destruyan lo bueno que queda; es un concepto, pero honestamente no creo que funcione en mí- Él está detenido, lo estará hasta el día del juicio y mientras las investigaciones sigan su curso- No me apetece hablar con nadie sobre lo que sucedió, quiero estar sola- hay algo que necesitas saber...- Lo miro durante algunos instantes antes de volver a enterrar mi cabeza en la almohada- Hay un video- Mi cuerpo se tensa, volteo mi cabeza, lo medito y después de no sé cuánto tiempo vuelvo a sentarme- Sé que será duro, pero tú tienes que verlo.

La abuela me contó que pasé tres días en un estado de inconsciencia, hace dos días mi organismo empezó a responder sin embargo en mi permanece un mareo constante... no he visto a Shawn desde aquella madrugada, ni yo misma entiendo cómo me siento al respecto, llevo casi una semana en este lugar.

¿Ves esa cámara de ahí?

Ha estado grabando desde que te traje aquí.

Es como si Troye estuviese susurrando todo eso nuevamente, tengo el impulso de llevar mis manos hacia mis oídos y cubrirlos, aun así, me aferro a mis rodillas.

-¿Para qué?

-¿Recuerdas algo de lo que sucedió?- Cree que me tiene, y que ahora me hará hablar.

-No todo- Me limito a contestar.

-Noah... por favor, déjame ayudarte. Es algo que tendrás que enfrentar y el golpe será más duro si no lo aceptas.

-No lo estoy negando- Si lo hago, pero.... no, por primera vez sentía que realmente no estaba lista para nada de lo que me esperaba- Sólo... no quiero recordarlo, me hace...sentir incómoda.

-El dolor es parte de la cura ¿Lo sabes, verdad? - Asiento con la cabeza- Bien... volveré más tarde.

Mi estabilidad emocional es un desastre, una extraña mezcla de dolor, vergüenza, rabia, resentimiento... el doctor abandona la habitación y al verme sola. Finalmente me suelto a llorar... siempre que algo parece mejorar en mi vida, termina viniéndose abajo.

-¿Noah?

-Me duele la cabeza- Lo cual no es una mentira- Déjame sola.

-Prometo que no haré ruido, no sentirás que estoy aquí- Harry siempre ha sido persistente, especialmente conmigo.

In the dark, you are daylight [S.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora