Capítulo 19.

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19. Me recuerdas.

Mirando el cielo estrellado y su mano entrelazada a la mía, el periquito quedó dentro del auto y tapado con un suéter para que durmiese. 

El empaquetado de plástico que mantenía fresco el alimento estaba abierto y vacío, mi arizona junto a su alcohol y en una esquina sus cigarros.

Su teléfono comenzó a sonar y vibrar en su pantalón, lo vio y se levantó.

Su ringtone es algo... 
No, mejor ni opino.

—Coño es mi jefa.

—¿Quién?

—También es tu jefa, ya te cuento luego.—Contestó alejándose de mí.—Sí dime.— A saber qué le dijo que se tensó y suspiró girandose a verme.—Estoy algo ocupado ahora mismo.

¿¡Ocupado?! ¡Si puedo ver dónde coño andas anormal!

Alcanzó a escucharse una fuerte voz femenina, se alejó más.

—No me perturbes joder, déjame ya.
Colgó, escribió algo y se regresó.

—¿Así le hablas a tu jefa?

—No hagas puto caso a eso.—Se paró a mi lado recargado al auto nuevamente y cruzado de brazos.

—¿Está todo bien?

Asintió bebiendo su cerveza.

—De puta madre.

Fruncí el ceño, se escucha más atontado.

—Creo que ya has bebido sufiente por hoy.—Me estiré queriendo tomar su lata pero la alejó.

—Estoy bien.—Quedó en silencio perdido al frente, estaba con las ganas de decir algo y sólo esperé.—¿Sabes algo?—Se giró, rodeó su brazo derecho en mi y tomó mi barbilla.—Me recuerdas... Tanto pero tanto a...

—¿Quién?

No dijo nada, bajó el rostro y alzó las cejas analizándome porque las gafas le estorbaban.
Finalmente me cruzo con sus ojos después de tanto; sonrió vagamente.

—Coño claro...—Me movió de un lado a otro para después acariciarme con su dedo pulgar.—Como dos gotas de agua.

Reía algo torpe acercándose a mí.

—Creo que ya fue demasiado.—Tomé su mano deteniéndolo, saqué una botella de agua de la bolsa y se la extendí.—Mejor toma esto.

Me hizo una cara de asco.

—No gracias.

—¿Cómo que no-...?—Le retiré la lata igualmente y se la cambié por un arizona.—Entonces toma esto.

—¿De qué es?—Preguntó tratando de examinarlo en la oscuridad.

—Té verde.—Dejé la lata en el suelo de mi lado.—¿A quién decías que me parezco?

Estaba por responder y el teléfono volvió a sonar, me hizo una seña de que esperara con el dedo y atendió.

—Qué-

No me vuelvas a colgar, puto anormal de mierda.

... Oh.

—Pues no me interrumpas cuando estoy ocupado.

—¿Ocupado de qué? Es la segunda vez que vas al mismo punto y no es nada del trabajo ¿Se te olvida que yo lo veo todo?

—Es mejor si nos vamos ya.—Susurré quitándome de su agarre y juntando en una bolsa toda la basura.

Rosa 🌹 ; Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora