Capítulo 37.

1.3K 131 8
                                    

37. She's a lady and I'm a fucking murder.


Tres días de descanso han sido suficientes para él y las mejores mini vacaciones que podría tener.

La compañía diaria de su mujer lo llenaba lo suficiente, han mantenido una armonía cómoda y feliz gracias al bebé. Ella ha dicho tantas palabras que lo hacían sentir menos mierda, por más que se atacara a sí mismo ella lo reparaba y se sentía completo, nadie más que Julia lograba hacer eso.

El último día que tomó libre se puso a hacer la comida, en Internet buscó recetas mexicanas como ella suele servir cuando tiene tiempo y encontró algo bueno: chilaquiles.
Ya el nombre se le hacía raro, en el video la mujer usaba términos que él no entendía y tenía que buscar qué significaba cada cosa que visualmente no se explicaba igualmente. Estuvo horas y horas, hasta le insistió de llevarse al perro a pasear para que no le distraiga o corrija. Jack estaba más que seguro que ella sabía prepararlo sin problema.
Tampoco le ha cocinado a nadie más que a Julia y sus hijos, es tan extraño servirle a alguien de este modo y más viniendo de alguien como es él... Pero alguna vez Jack sabe bien que fue... "bueno" o al menos un hombre más completo y feliz gracias a su difunta mujer.

Es totalmente una mierda conocerte lo suficiente y saber que no tienes arreglo y ni te esfuerzas, se da por vencido y ya, a seguir viviendo hasta que se pueda pero ahora hay una mujer dispuesta a soportar sus mierdas ¿Qué tan estúpida tienes que ser...?
No, no es estúpida.

Sólo es muy joven para intentar amar así de profundo.

Es que se sentía tan culpable nuevamente; cada vez que ella lo amaba, acariciaba su rostro, su cuerpo entero y besaba cada rincón que le dejara le satisfacía demasiado pero para la noche en sus sueños recordaba las palabras del tipo en lo más alto del serro:

   "¿Y usted, Conway? ¿Usted qué le ofrece a su mujer tras toda esta mierda de mentiras...? Matando a puta sangre fría a las ratas como yo."


Lo hace por las personas que comenzó a querer: a Horacio y Gustabo que son los más vulnerables y nuevos en toda esta mierda, a Volkov, a Michelle.
Si sigue las órdenes nadie saldrá herido y con más razón ahora ama a una mujer, más bien... se obsesionó con una mujer y ahora serán una familia feliz. Tienen que ser felices.

Finalmente tiene una motivación para seguir allí manchándose las manos aunque sin importar qué nunca se aburriría de matar, no es nada nuevo para él.

Cada vez que Isabel lo besa se siente en la obligación de darle algo a cambio, algo físico para que se quede más tiempo. Según él así funcionará su relación: me amas y te doy todo.

Pero Isabel extraña su pueblo, las rancheras, el aire fresco del patio enorme que menciona lleno de flores y árboles frutales.
Siempre es horrible escuchar a alguien que sacrificó todo por seguridad...
Y él aquí la tiene en un departamento en el piso 17 con apenas dos plantas y un pequeño cactus, con suerte le buscará un nopal para poner en el balcón que apenas ella sabrá cuidar.
También otro pájaro haría bien.

   "¿Qué es esta puta mierda?" Preguntó para sí mismo.

Se hartó cuando ni llevaba la mitad pero era obvio que no se asmilaba nada a lo que miró.
Se enojó y volvió a sacar su teléfono para buscar restaurantes Mexicanos. Sí o sí tenía que haber más de uno.
Recordó que tenía una aplicación para todo eso que Volkov le enseñó y lo pidió sin pensar con la prisa de que ella puede llegar en cualquier momento.

Mientras tanto limpió, se deshiso de lo que ya no servía y pretendió que había utilizado todo y devolviendo cosas al refrigerador o lavando los sartenes.

En media hora bajó por la orden y en casa lo sirvió igual que en el vídeo, volvió a bajar a tirar las bolsas fuera del departamento y miró por última vez la mesa; colocó los platos y se convenció a él mismo de que estaba bien y sólo quedaba esperar a que llegue.
Ya la había visto caminar de regreso desde la ventana, no era necesario hacer más.

   "Jack-" Llamó tras cerrar la puerta y soltar a Ivadog de su correa, se quitó su abrigo y lo colgó prosiguiendo por el pasillo para buscarlo. "Hay más huskies en el edificio, preparé otra salida para que Ivadog tenga con quienes jugar."

Entró apenas viéndolo parado junto a la mesa sin saber qué cara poner, sintió el olor muy familiar y Jack lo miró como una buena señal.

   "Preparé la comida." Respondió señalando detrás de él.

   "¿Por qué me suena?" Preguntó curiosa mirando a la cocina los ingredientes sobrantes y después los platos. "¿Hiciste chilaquiles?"

Volvió a preguntar asombrada y riéndose vagamente de la situación.

Viniendo de él parecía el mejor gesto del mundo.

   "Te los quería preparar de desayuno pero-"

No le dejó finalizar puesto que alegre a su trabajo caminó a su amado sujetando su rostro entre ambas manos preparada para besarlo una vez más.
Si con cada beso él se sentía completo a este punto ya no sabía qué sentir dentro de él, era una satisfacción que genera ser amado pero su sentimiento es tan fuerte que no hay forma de expresar todo lo que se va conteniendo en su pecho.

Dentro de él todo estaba completo y feliz, de verdad feliz... Las piezas siempre sí encajaron bien ¡son una familia feliz! Dos amados queriéndose cada día, un bebé en camino, una casa cómoda y estable y un perro, cumplían el típico estereotipo de pareja americana que seguro su madre esperaba para ella.

   "Eres el mejor Jack." Habló acariciando su mejilla sin dejar de sonreír. "Pero siempre cocinemos juntos ¿sí?" Juntó su frente a la de él tratando de llegar a su altura estando de puntitas de los zapatos mientras se balanceaban de un lado a otro.
Él asintió satisfecho cerrando sus ojos mientras sentía el calor de su amada y una pequeña sonrisa se pintaba en sus labios.
Cuando ella lo trata así nunca dice alguna palabra y sólo se deja llevar y ver hasta dónde le va a premiar el amor. "Estemos juntos siempre, por favor."

No siempre será el término pareja, algún día le tiene que decir esposa... ¿No?

Dios... Marido y mujer.
Suena terrorífico, lo único que puede imaginar es la decepción, el anillo en la mano de Isabel que cubre su rostro asustada al verlo bañado en la sangre de alguien más y en su propia mano el anillo y la pistola.

Desconfía de él mismo, sabe que no cumplirá ese papel como debe de ser.

Rosa 🌹 ; Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora