Rosa 🌹 ; Jack Conway

Capítulo 10.

10. "Avance"

Pasaron semanas desde el incidente, la rutina tan novedosa no es; levantarme temprano, arreglarme decente, desayunar e ir a comisaría. Después paso horas sentada llenando archivos, renovando, a veces estoy dando vueltas ayudando en algo extra y recibiendo pocas quejas de por medio y a la hora de irme sólo llego a casa, me quito la ropa con total libertad de vivir sola, me desmaquillo y fin.

Esta tarde aproveché mi hora para comer y pasé a mi departamento por unos papeles que olvidé, un chequeo rápido, nada importante y la puerta bien cerrada.

En el camino vi una de las patrullas junto a una pequeña tienda roja que destacaba entre los colores neutros y estaba él parado dando vueltas, todo parecía tranquilo en el entorno, en cuanto me paré junto a él se giró y al verme bajó el teléfono.

—¿Qué sucede señor?—Pregunté añadiendo el "señor" como un extra para pretender respeto.

—Los malditos inútiles me pincharon los neumáticos.—Gruñó molesto guardando el teléfono.—¿Tu qué haces fuera de la oficina? Es peligroso.

—No, no lo es, estaba buscando unos papeles. Sube ya.
Rodeó los ojos pasando de todo pero antes miró al rededor examinando todos los autos que pasaban, me fijé por curiosidad, tampoco habían personas caminando por aquí. Sus zapatos sonaron al rodear el auto y subió al copiloto.
—¿Qué tal el trabajo?—Pregunté irónica.

—De puta madre.—Asentí avanzando camino a comisaría.—Igualmente no me quiero enterar de que sales antes de que culminen tus horas de trabajo.

—¿Y por qué? Sólo fui a casa por unos archivos, no es gran cos-

—Dije que no.—Levantó la voz.—Eres parte del cuerpo y una cara nueva, nunca sabes cuándo te están siguiendo y te miras demasiado vulnerable, no portas ninguna arma ni defensa.

—Sé defenderme y además, sólo estoy en una oficina, no poseo nada de interés para lo que sea a lo que te refieres.

Me hago una idea de lo que habla pero prefiero no meterlo tanto en mi mente.

—¿¡Y cuántas putas veces lo tengo que repetir?! ¡No salgas es no salgas, coño!—Se puso histérico y a mí me va a poner nerviosa.

—¡No me grites mientras conduzco!

...
Oh...

No volteaba pero sé que me está viendo... Y horrible.
El resto del camino quedó en silencio, llegando a comisaría y estacionarme tomé las carpetas que había dejado atrás lista para bajarme, este se estiró cerrando la puerta de nuevo.

—¿Qué coño te dije la última vez?

No puede ser...

Su voz suena tan cerca, está en mi oído literalmente y su brazo sigue acorralándome.

—Que no te grite.

—¿Y qué coño hiciste?

Giré mi cabeza lentamente hacia él, su rostro fruncido como siempre me estaba analizando y quedamos frente a frente.

—Te grité.

Seguían sus ojos sobre los míos, no quiero sentir miedo pero es verdad, soy demasiado vulnerable justo ahora.
Bajó su mirada a mis labios por al menos 6 eternos segundos y se apartó.

—Hay mucho loco afuera... Te sometes a demasiado siendo tan contestona.

—¿Tú me harías daño?

—No, joder, para nada.—Negó disgustado de la idea.

No parece estar mintiendo.

—Y si corro peligro... ¿Me vas a proteger?

—Pues claro.—Admitió obvio y pasó su mano en la barbilla haciendo una pausa.—Eres... Eres parte del cuerpo, todos cuidan a todo y... Esas cosas.—Su tono de voz había cambiado, pausaba demasiado y estaba más tranquilo.—Mira cuando vuelvas a tener que salir avísame a mí y si no estoy, a Volkov ¿entiendes?

Asentí con la cabeza, él solo forzó una sonrisa que daba a una mueca de no saber qué más hacer.
Se bajó del auto dejándome sola y lo miré simplemente cómo entraba a la comisaría tan natural.

...

¿Por qué mi corazón palpita así...? No es miedo ¿cierto?

Toqué mis mejillas, se sentían tan calientes... ¿A cuántos grados estamos?
Me miré en el espejo, estaba muy roja ¡qué vergüenza! ¿Me puse demasiado rubor y no lo noté?

O es que...

Nah, ni loca. Sólo está siendo amable... A su manera. es todo. No me puede atraer alguien como él.