Capítulo 27.

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27. Jaula.


Estaba más que molesto y ardía por dentro pensando hasta de lo que se van a morir, una cosa es que se metan con él, que lo quieran muerto le parece bien, lo acepta pero incluirla es el límite que ninguno se esperaba.

Era otra desventaja aparte de sus mismos sentimientos que no se da el derecho de sentir como es debido, ahora se meten con ella, gracias a Isabel tiene un nuevo punto débil que todo enemigo quiere aprovechar pero nadie se esperaba.

¿Será que llegó el momento? Ya le propuso vivir juntos, él está nervioso, quiere hacerlo bien y que su propósito pueda cumplirse.
Era hora de cuidarla como una muñeca y protegerla. No puede luchar a su lado, eso la dañaría y perdería el valor tan puro que posee e irradia cada que Jack la ve, especialmente en las noches cuando el insomnio les gana, piensa que es tan frágil que teme lastimarla sabiendo que él es como un animal demasiado impulsivo y brusco pero hay tanta pasión y deseo acumulado en su ser tras tantos años que le es ya un reto absurdo comportarse.

Aún después de meter la pata aquel día hasta parece que ha mejorado; está aprendiendo a dar cariño, a besarla más, acariciarla, susurrarle lo más tierno y a la vez erótico con tal de mantenerla con él ¿eso era manipulación? No lo sabe, se hace el tonto pero funciona, a ella se le olvida que tiene miedo, como si nada pasara.

Si esto debe llegar con futuro tendrá que aceptar sus demonios, él acepta los suyos aunque ella no tenga idea de que conoce toda su vida gracias al CNI.


•••


—Jack.—Llamé por lo bajo apretando su brazo que he mantenido sujeto desde que llegamos.—Esto es demasiado para nosotros dos.

Bajó su mirada hacia mí, me hizo soltarle y mantuvo una expresión seria.

—Mira… Es que he tenido más en mente.—Habló claro atrayendo la atención.

El Señor, propietario del departamento se acercó con una cálida sonrisa.

—Los dejaré solos.—Jack asintió y se retiró en breves.

—He estado pensando en que deberías pasar más tiempo en casa hasta que esto se resuelva.—Aclaró.

—¿Perdón?

—Por eso te estoy buscando el piso más grande, cómodo y que sostenga todas tus necesidades para que estés bien.

Posó sus manos en mis brazos sobándolos como compasión.

—No creo que sea para tanto, además que tú también vivirás aquí.

—Yo lo sé pero a como va esto hay que adaptarse a tu asunto. —Me guió al balcón con la vista a los otros edificios alrededor del parque privado donde habían unas cuantas personas haciendo ejercicio, paseando a sus mascotas y más.—Este lugar es más seguro, estarás a salvo. Todo el vecindario es zona privada, puedes salir sin problema y menos riesgo.

—Pero no me dejarás aquí abandonada ¿Cierto? Tienes que llegar en las noches.

Asintió.

—Lo haré, lo prometo de verdad.—Aseguró firme.— Será por un corto plazo.

—¿Pero no crees que te están ganando al esconderme? ¿No es mejor si damos la cara juntos?

Negó repetidas veces al instante.

—No pienso ponerte en un riesgo así, entrando al CNP o cualquier cuerpo policial de cualquier país ya tienes una bala en la cabeza asegurada y tú no la mereces, no estás en posición de recibirla.

—En cuanto nos besamos decidimos comprometernos a estar juntos, tuvimos muchas oportunidades para dejarlo y mira hasta dónde llegamos. Estamos juntos en esto, no me pienso esconder hasta que tú termines el trabajo.

—Es mi deber Isabel, tu deber en el trabajo es hablar con personal, tomar cartas en el asunto y llenar documentos. Es todo.

—Bueno pues mira, nos ponemos de servicio ahora mismo y lo hablamos como compañeros de trabajo, ahora mismo no somos pareja.—Frunció el ceño inconforme.—Anda, trata conmigo como un individuo más, tú solo eres el Superintendente en mis ojos ahora mismo.

—Isabel.—Pronunció mi nombre más serio.—Hablando por Superintendente o por mí mismo mi opinión no va a cambiar; un empleado corre riesgo, mi pareja corre riesgo. En ambos casos lo ideal es mantenerte en seguridad y como pareja tengo la oportunidad de hacer más al respecto, así que deja de resongar. Trabajamos juntos si pones de tu parte.

—Tú querías que no fuera tan débil y me estás haciendo más inútil aquí.

—No estás preparada para ponerte en el lugar de Volkov y llegar a ver lo mismo que él cuando me acompaña, lo sabes perfectamente y te recuerdo que estábamos en proceso de entrenarte, vamos a retomarlo si eso quieres.

—Está bien pero algún día será necesario que te ayude.

—Así será, ya veremos qué puedes hacer.

La voz del dueño sonó por la puerta despidiéndose por teléfono y con la misma sonrisa volvió a recibirnos.

—¿Cómo va todo? ¿Necesitan más tiempo?

Jack negó manteniéndose en una postura firme y más seria.

—Estamos interesados en rentarla.

—Me alegro mucho que sea de su agrado, parece que se viene una familia grande.—Comentó. Hicimos la misma cara de incomodidad.—Me imagino yo.

•••

Jack sabe que Isabel lo odia y no por ser mal agradecida, el departamento es hermoso y puro con suficiente luz natural que a ella le gusta pero prefiere las cosas simples y pequeñas donde ellos dos, un perro y un pájaro sean felices pero.

Sin embargo él no dejaba de pensar en lo que el tipo le había cuestionado con huevos antes de recibir una bala en la frente; ¿Qué le ofrecía a Isabel como compensación de toda la mierda envuelta en pecados que es él mismo? ¿Puras caricias y sexo? No siente que es suficiente, Jack piensa que si muere pronto pues Isabel sólo pensará en todo lo que hizo por ella y no nada más en las veces que mató a alguien.
Aparte, saber que tu pareja teme de tí solo logra agobiar y buscar la forma desesperada de arreglarlo. Hay noches que ella se queja con miedo y sus abrazos la asfixian y perturban más, a veces la agarra en buen momento que necesita cariño de quién sea. Jack no suele sentir algo especial cuando abaraza u ofrece calor pero gracias a tanto cariño le comenzó a gustar y notó que se sentía más humano que antes. Eso le gustaba, los cambios comenzaban a notarse.

Isabel nunca estuvo preparada para ser policía, es tan débil y sensible, no puede ver sangre o un cadáver. Jamás lo ha hecho hasta aquel día que fue arrestada. A pensar de ser una guerrera su padre la mantuvo en una burbuja y Jack no quiere arriesgarla a sacarle de allí prefiriendo hacerla más grande e imposible de romper.
Lo mejor que podía hacer para incluirla es mandarla con Michelle pero la respuesta sería obvia.

Ya no sabe cómo consentirla y hacerla feliz, era hora de entregarle todo lo material que pida o necesite.
Está aprendiendo a volver a dar amor y los tiempos son distintos, ella es distinta a Julia y no tiene una guía, un diccionario o algún instructivo de cómo tratarla, seguro ni ella misma sabe.

Los dos son nuevos en esto o al menos eso Jack lo finge; un hombre mayor tratando de reinventarse y una mujer que ya no sabe qué hacer con su vida.

Rosa 🌹 ; Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora