Capítulo 11.

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11. Conversación.

Son las 8 pm, me tengo que quedar más de la hora porque el Señor me solicitó una cita para hablar asuntos que ni me especificó pero quería que me quede un rato más.Sinceramente no tengo nada interesante así que no pierdo nada, aquí hago lo mismo que en casa.

Desde el día que mi mamá denunció he tenido que mentirle, ahora cree que tengo amigas de oficina y que disfruto la ciudad planeando salir como perro vago más seguido cuando mis únicos contactos en el teléfono son mi madre, mi hermana, Jack Conway y algún otro número también del trabajo.

Ahora todos los días me pregunta acerca de eso y le digo que no se ha vuelto a surgir porque estaba ocupada... Igualmente puede verlo en la app que tenemos las tres en caso de emergencias, puedo ver las ubicaciones de ellas y guardar las recurrentes y ellas también conmigo.
Me siento mal de mentirle pero ¿cómo le explico la verdad sin que se vuelva loca y me ruege que vuelva a casa o me cambie de trabajo?

Lo peor... ¿Por qué no me he ido? No va mal pero tampoco super bien, tan sólo es... Rutina, la misma ¿esto está bien? ¿Así debe ser?
¿No debo buscarme la vida en otro sitio donde me sienta cómoda y contenta? Nadie me tiene sujeta aqui.

Tocaron la puerta débilmente y se asomó, al verme le importó poco y entró naturalmente y en confianza.

—Qué gusto verlo.—No tanto en realidad.

—Igualmente.—Se sentó, estaba cansado igual que siempre, hasta volvió a quejarse un poco del dolor al caer.

—¿Qué tal todo allá afuera?—Pregunté tras mirar cómo tenía su ropa, la camisa floja, al igual que la corbata y algo sucias.

—Como siempre: de puta madre.—Cruzó de brazos pegándose más al respaldo.—Bueno, quería comentarte que voy a sacar al retrasado de Leonidas del cuerpo.

Bueno... Algún día iba a pasar.
No dije nada, tomé una hoja y mi pluma lista para escribir.

—Motivos.

—¿Qué haces? Te lo digo tal cual.

—No señor, ahuevo debe haber un informe, así que hable.

Él me dijo que me quede para hablar ¿y eso es todo? Fácil me lo decía por teléfono y nos vamos todos a casa así que se friega y me hace la lista completa por gracioso.

Comenzó a explicar punto por punto a su manera y yo transcribía todos sus gritos y vulgaridades en algo decente y racional pero no lo culpo, está molesto.
Al paso de los minutos me di cuenta que él seguía hablando y yo no tenía nada más que escribir, ya no solo me está hablando de Leonidas, ahora se queja de cada agente y de los civiles y sus protestas.

Lo sigo dejando hablar mientas le sirvo una taza de café y dice un 'gracias', hace una pausa para beberlo y sigue quejándose.

Este hombre simplemente necesitaba alguien con quién hablar... Y ha venido conmigo. No se lo quiero hechar en cara, seguro se cierra y se le quitan las ganas de hablar y se va a patrullar. A lo poco que me han contado Dan, Fred y Volkov sólo sé que ha pasado por tanto, tiene tanto que decir y sacar y casi nunca lo hace.

Tengo una extraña sensación e impulso que mi pecho me pide que lo ayude y le acompañe.

Aún siendo como he visto... Tiene algo especial ¿Qué pensará él de mi?

—Estoy hasta la polla ya de todos.—Me sacó de mis pensamientos, seguía en la misma posición con los brazos cruzados.

—¿Qué piensas hacer?

Encogió de hombros.

—Por mí los hecho a todos a la calle.

—¿Y qué esperas?

Negó.

—No depende de mí al cien por ciento.

—Bueno, cualquier decisión racional—Recalque y rodeó los ojos.—que tu decidas te ayudaré...—Miré la hoja.—¿Estás seguro?

Lo miré que también tenía la vista en ella, apretó los labios y negó.

—Aún no... Haberlo dicho todo en voz alta me calmó.

Lo sabía. No es que me vaya a poner contenta pero quiero hacerlo.

—Me alegra que te sirviera, la tendré junto a los datos de él por si acaso ¿te parece?—Me puse de pie y en un cajón busqué sus registros. Soltó un 'ajá' seco.—¿Sabes?

Volteé a verlo.

–¿Qué?—Respondió en un tono pesado.

—¿No se te hace muy soso el puro café?

—¿Cómo?

—Vamos por donas.

—¿A esta hora?—Renegó y verificó en su teléfono.

—Bueno pues voy yo sola.

Frunció el ceño.

—Bien que te aprovechas de mi amabilidad payasa. Anda vamos.

Rosa 🌹 ; Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora