Capítulo 35.

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35. Couple Shit.


—Claro que sí.—Asintió contento.—Allí está ¿lo ven? —Señaló a la pantalla un pequeño punto blanco.—¿Escuchan sus latidos?

Asentí aferrando un poco más el agarre de Jack, además del frío líquido que hay sobre mi vientre siento un gran escalofrío en mi cuerpo tras verlo, el ver esto me va confirmando que es real.

Me giré a verlo, estaba sentado a mi lado esbozando una pequeña sonrisa poco visible pero que aprendí a conocer y sus ojos brillan de lo que parecen lágrimas contenidas.

Volteó a verme devuelta y besó mi frente volviendo a ver el monitor.
No me quiere mirar a los ojos porque comenzará a llorar y no lo piensa hacer frente alguien más.

Todo ha sido un drama asqueroso que podría haberme ahorrado, mis temores fueron en vano porque llegando a casa después de la noticia estaba contento. Sólo sé que este desastre tiene que parar cuando el bebé nazca... Jack tiene que ser otro y ser un padre cuerdo sin sangre entre sus manos.

Además... Que reinvente su vida conmigo tal vez haga que supere a su mujer y su pasado. Estoy cansada de escucharlo en las noches diciendo su nombre y suplicando que no lo deje; parecía que no podía hacer algo al respecto pero desde que le dije parece un hombre más vivo... Al menos conmigo.

El doctor nos daba recomendaciones y asignaba la siguiente cita listos para irnos.

—Pero una pregunta, a ver ¿le hará daño a mi mujer si se queda en casa durante todo el embarazo?

Esas dos palabras juntas son tan irreales y extrañas.

—Lo más recomendable es que se mueva.—Afirmó sacado de pedo con la pregunta.—Ella puede hacer la mayoría de actividades cotidianas sin problema, salgan a caminar, hacer la compra...-

—Si pero si mejor se queda adentro igual no pasa nada.—Aclaró terco.

El doctor frunció el ceño.

—No, no pasa nada.—Arrancó el papel pasando de él y me lo entregó.—Pero ella se encuentra embarazada, no enferma.

•••


Jack debería estar en el trabajo, su último mensaje era hace una hora preguntándome dónde estaba y cómo estaba.

Son las seis de la tarde, me he desocupado temprano con los pagos y otros temas pendientes. Apenas abriendo la puerta de casa me recibe su abrigo en el suelo.

Cerré la puerta con cuidado y dejé mis cosas; lo busqué hasta llegar a la habitación, frente al cuarto del armario ya encontraba su ropa tirada en el suelo y manchada con algo poco predecible por la oscuridad. La poca luz que había se encontraba en el baño, entrando allí estaba en la bañera con los ojos cerrados y asomando su brazo derecho.
Sobre el hombro tenía una venda que parecía nueva pero ensangrentada en el medio.
El agua teñía lo más mínimo de rojo por otra venda en el abdomen.

Me senté en la orilla junto a sus pies, mis tacones habían hecho el suficiente ruido y aún así ni me dio atención.

Se ve cansado.

Tomó su tiempo para abrir sus ojos, tras verme no reaccionó de ninguna manera y sólo se quedaba fijo en mí, perdido y flojo.

—¿Qué sucedió?

Cerró sus ojos otra vez e hizo su cabeza hacia atrás.

—Unos gilipollas.

—¿Debería preocuparme?

Negó lentamente.

—Nah.—Hizo una mueca al acomodar su brazo.—Nothing new.

—Esto va a tener que parar ¿lo entiendes? Vas a convertirte en papá, debemos tener una vida tranquila por él o ella.

Respiró hondo.

—Lo sé.
Hizo fuerza en estirarse y tomar mi mano.—Esto tampoco es de todos los días, lo sabes bien. Cuando nuestro bebé nazca seremos una familia fuera de cualquier puto peligro, no dejaré que nadie los toque nunca, tendrán que pasar sobre mi cadáver primeramente y joder que cuesta mucho que me muera.

Sonreí golpeando levemente su mano.

—También tendrás que dejas de decir groserías.

—Pero si de bebé no se memorizan esas mierdas.

Rosa 🌹 ; Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora