Era TAAAAAN estupendo estar en casa. De vuelta a Key West a principios de marzo, cuando el clima era cálido y maravilloso y las hordas de Turistas de Primavera todavía estaban a una o dos semanas de distancia. Se habían quedado en casa de c1sman en Atenas durante un día, la mayor del cual Abeja lo pasó tratando de convencerlo de que viniera a Key West y la mayor del cual él lo pasó tratando de convencerla a ella de que fuese con él al Oeste a visitar a su hijo (la mera idea obviamente asustaba a Abeja). Sacco bajaba a la base de operaciones de la Tripulación por primera vez y las historias de Sandee sobre los excesos de la isla lo habían encendido y preparado para una gran diversión revienta-neuronas.
Marco había dado noticias de que su parte del dinero se había movido a través de todos los saltos apropiados y que su entrega de efectivo llegaría con el próximo crucero que atracaría en Mallory Square. Incluso Chloe parecía emocionada de estar en casa, a juzgar por el alegre bamboleo de cabeza mientras conducía por la Autopista Uno hacia la Milla Cero, escuchando una oscura banda de ska de la que Paul no podía recordar el nombre.
Él seguía monitorando los correos electrónicos entre Danny, Wolverton y Clover, aunque había dejado de interceptarlos y se registraba solo cada dos horas en lugar de cada pocos minutos.
Tampoco es que el congresista o su personal quisiesen tener algo que ver con Clover, y el cabildero había renunciado a intentar ponerse en contacto con ellos. Las historias de seguimiento en el Post y en otros periódicos continuaron desentrañando los cobardes negocios del hombre, transmitiendo todo tipo de ropa sucia para que el mundo la viera. Después de unos días de enviar correos electrónicos y llamadas pidiendo ayuda, Clover había salido de la ciudad hacia lugar desconocido, dejando su teléfono apagado y sin usar ninguna de las máquinas o cuentas de correo electrónico de la compañía. Paul asumió que había descubierto que había sido pirateado de alguna manera , lo cual no era inesperado. Una vez que descubriera las pérdidas bancarias y los cheques, sería la única conclusión lógica.
Leer los correos electrónicos del congresista seguía siendo interesante, aunque había muchos, especialmente de Danny, que por lo general solo los consultaba buscando algo relevante. Había unos pocos de parte de otros cabilderos que intentaban que Wolverton retrasara su apoyo a la financiación de la nueva fuerza de trabajo, pero lo último que un funcionario electo en apuros quería en este clima era que sus oponentes lo tildaran de chaquetero por sus oponentes. Dado que las encuestas internas (que Paul pudo ver cuando Danny se las envió a otro asistente) mostraban un fuerte apoyo en el distrito de origen a la dura postura de aplicación de la ley, no había forma de que el congresista se echara atrás. Paul sintió una punzada de culpa por haberle dado al republicano un problema de reelección ganador, pero la compensación valía la pena.
Su casa junto al cementerio parecía exactamente como la habían dejado: tapiada y cerrada como si otro huracán pudiese venir en cualquier momento. Deshacer todas las cerraduras y sellos de la puerta principal tomó cinco minutos y abrir todas las ventanas tomó una hora (lo cual fue vital teniendo en cuenta lo congestionada que había quedado la casa en seis semanas cerrada).
Sandee le dio a Sacco el gran tour mientras que Abeja subió a su guarida del piso superior y comenzó a encender su red de cámaras y escáneres IDRF en toda la isla. Al anochecer, Chloe y Paul habían reabastecido la cocina con comida y alcohol y todo el lugar estaba funcionando a pleno rendimiento. Por primera vez en meses, Paul se sintió tranquilo, seguro y relajado al mismo tiempo.
La noche siguiente llevaron a Sacco a su primera fiesta. Antes de embarcarse en el trabajo de DC, La Fiesta había sido un generador de dinero las 24 horas, los 7 días de la semana, pero una vez que cambiaron su enfoque a cosas más grandes, tuvieron que reducirla a ocasiones especiales, tal vez unas pocas veces al mes. En verdad, eso había sido para mejor, ya que el mantenimiento de una fiesta clandestina de 24 horas y en constante movimiento era bastante alto. Ahora que el evento era más infrecuente, era más fácil llenarlo con personas dispuestas a gastar mucho dinero y pasar un buen y loco rato por un día o dos seguidos. Paul no había pensado detenidamente cuándo sería la próxima fiesta, pero al parecer Sandee lo había pensado mucho, ya que había estado organizando un evento en silencio durante la última semana más o menos. En cualquier caso, este era el dominio de Sandee, por lo que si se le hubiese ocurrido a Paul, probablemente le habría pedido a San que se ocupara de ello de todos modos, pero fue una agradable sorpresa tener una bacanal en vivo al estilo Key West para celebrar su éxito.
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El Blues del Black Hat - G33K Mafia 3 de Rick Dakan
General FictionConcluyen las aventuras de la Tripulación. Me da pena que se acaben... Si quieres saber en qué nuevo lío se meten Chloe, Paul, Abeja y Sandee (y los nuevos reclutas hácker), no te pierdas este último número.