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𝖢 𝖠 𝖯 𝖨 𝖳 𝖴 𝖫 𝖮 𝟣.𝟣
Me puse a temblar como loca al escucharlo decir que mi hermano le pertenecía.
¿Qué clase de villano era?
Todo quedo en silencio y aunque quisiera hablar no me saldrían las palabras, tenía muchísimo miedo de lo que podría llegar hacer.
Apreté fuertemente a mi hermano entre mis brazos y esquivé al hombre, corrí directo a casa para poder salir hacía la calle. Tenía que pedir ayuda, alguien, algún héroe nos tenía que ayudar, esa era mi única esperanza, ellos siempre llegaban en el momento indicado.
Corrí lo más que pude dejando atrás a ese horrible villano hasta llegar a salir de nuevo al vecindario.
—¡¡AYUDA!! ¡ALGÚN HÉROE! ¡ALGUIEN! — grite con fuerza — Quien sea, pero por favor...Ayúdenos— musite agotada, nadie salió a auxiliarnos.
Estaba desesperada, el hombre no había vuelto a parecer, asi que después de pensarlo un poco decidí ir por un teléfono. Tomé la decisión de regresar de nuevo a casa, sigilosa fui directo al cuarto de mis padres con mi hermano en brazos.
Al llegar inmediatamente cerré la puerta con llave, observé a papá, se encontraba luchando para no quedar inconsciente nos miró y sonrió.
—¡Papá, estarás bien! ¡Lo prometo! ¡¿Dónde está tu teléfono?!— deje rápidamente a mi hermano en la cama y regrese hacia la puerta para poner un mueble y así trabarla — Pediré ayuda, pronto estaremos a salvo— asegure.
Al voltear papá débilmente levantó su mano y apuntó al mueble de enseguida, miré el teléfono y rápidamente lo tomé. Seguía temblando del miedo y con algo de dificultad marqué a emergencias, al contestar a mi llamado empecé a soltar palabra tras palabra.
—¡Necesito ayuda, mis padres se encuentran heridos, p-por favor! —
La persona que se encontraba por el otro lado del teléfono trataba de calmarme y me preguntaba qué era lo que ocurría —¡E-escúcheme bien no hay tiempo! ¡Un hombre con una extraña máscara entró a nuestra casa y los ataco, p-por favor que a-alguien venga rápido o moriremos—
— Tranquilícese por favor, bien primeramente ¿Eres una niña? ¿Te encuentras bien? — contestó la operadora ignorando lo anterior— ¡DA IGUAL SOLO VENGAN! —exclamé inquieta por su paciencia.
—¿Esto es una broma? Tienes una voz muy aguda ¿Cuántos años tienes? — dudó.
—¡¿Qué?! ¡No, no lo es! ¿Por qué bromearía con algo así? Hablo en serio tengo nueve años, vengan rápido, por favor, la dirección es 2-4-2 Yaesu Chuo-ku, Musutafu—colgué inmediatamente antes de que dijera algo más, tenía la pequeña esperanza de que alguien vendría inmediatamente.
