Los restos del Grom

Abominación en la ventana

Era bastante oscuro ya. Estaba por apagar las luces finalmente y obligarse a dormir luego de aquel agotador día. Las lágrimas se escurrían de sus ojos, porque sabía que era algo que no podía controlar. Eda, Lilith y King estaban con ella, pero solo ella podía usar magia ahora, ella tendría que defenderlos.

Su madre… también pensaba un poco en eso. ¿Ya no la volvería a ver? Posiblemente así era, pero mientras tuviera la llave, aunque no supiera como, sabría que algún día sería capaz de volver a sus brazos.

Finalmente cerró los ojos, dejó la magia de las luces disolverse en el aire. Ahora solo la luna brillaba débilmente, pero no era suficiente para mantenerla despierta, no hasta que escuchó un ruido afuera.

¿Golpes en su ventana? Se levantó de inmediato, mientras se limpiaba el rostro con algo de sorpresa. Tomó su libreta antes de ponerse de pie y echó una mirada. Una abominación…

“Lu…z” susurró aquel ser. Encima de él había alguien, alguien cuya silueta se distinguió aún en la noche. Era Amity.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, la guardia y le abrió la ventana a su visita.

—¡Luz! —gritó la chica de cabello teñido, saltando dentro y derribando a Luz al suelo— Oh, por el Titán, ¡estás bien!

—A… Amity, no grites —dijo, susurrando algo nerviosa. Estaba feliz después de todo y algo apenada. La chica Blight había ido a verla después de todo ese caos.

Amity abrazaba a Luz, quien seguía tirada en el suelo. Se sintió bien el calor de su amiga, así que la morena no dudó al devolverle el abrazo de inmediato.

—¡Oh, cierto! —se separó de Amity apresurada y algo temerosa— Tu pie, ¿cómo está? —se apresuró a pararse y a ayudar a la chica a hacer lo mismo. Compartieron unas sonrisas, pero ahora tenía algo de miedo de lastimar más a Amity.

La abominación que había visto la escena desapareció con una sonrisa del otro lado de la ventana.

—Estoy bien, estoy bien —dijo Amity, sentándose en el borde del ventanal con ayuda de Luz. Ahora estaba algo avergonzada por haber hecho esa escena. Simplemente se emocionó demasiado… mucho. Sus mejillas le ardían, pero no podía esconder su sonrisa.

Solía ser tan retenida, pero gracias a la humana eso estaba cambiando. Con Luz todo era diferente; podía contar con ella, ser sí misma junto con la humana.

—Más bien, —dijo aclarando su garganta— ¿cómo estás, Luz? —la miró con preocupación, seeeh, Luz parecía intentar evitar ese tema justo ahora— Emira y Edric me contaron todo lo que ocurrió, digo, aparte de lo que dijo Willow en vivo.

Luz suspiró —Creo que estoy bien, Eda y Lilith están a salvo… pero, ya no pueden hacer magia. Pero estoy bien, ¡de verdad!

Luz no era buena fingiendo, así que no fue difícil notar que aquello era mentira.

—¿Estás segura? De verdad pasaron muchas cosas… —aquello sonó triste— Algunas inimaginables.

La morena se sentó al lado de Amity y con ayuda de su libreta dibujó el glifo de luz. Cambiar un poco el ambiente.

—¿Quieres intentarlo? —preguntó con una sonrisa, intentando animarla. Quería olvidarse de lo malo por ahora— Eda lo logró y… podría funcionar.

Amity miró con algo de confusión, pero llevó lentamente su mano a aquella libreta. Justo como Luz aquella primera vez, miró con fascinación como aquel papel se contraía y empezaba a brillar.

Había logrado una esfera de luz con solo un toque. Aquella manera de conjurar… hacía solo crecer su interés en la morena, ¿cómo ella conocía este tipo de magia? ¿Era algo de los humanos?