Gus

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Primero, ¿cuál era el plan?

Era día de trabajo, como todos los días. Ya que no habría escuela, decidió acompañar a Eda y a Lilith a trabajar.

¿Lo malo? Apenas volaron más allá del bosque a la ciudad, se encontraron con la mayor infestación de guardas imperiales que alguna vez habían visto. Estaban en cada esquina y en cada calle.

No hubieron ventas de pociones, ni planes ese día, sino una correteada por toda la ciudad y el bosque hasta perder al último guarda que las pudiera seguir hasta la casa.

Regresaron con todo lo que se suponía debían vender y una cara agotada. Luz se tiró en el sofá con desgana. Era algo serio, si ni siquiera podían hacer la venta usual de pociones y objetos humanos, ¿cómo sería capaz de acercarse a Amity?

King se acurrucó a su lado, para reconfortarla.

La ciudad no era segura, al menos no de día. Había pensando en hablar con Willow sobre lo que estaba ocurriendo pero, ¿quizá debería esperar un poco? Su mente se volvió pesada… Ella ahora era una criminal, en serio. El Imperio no la aceptaba, ni la escuela, ni nadie… era como estar en casa, pero mucho peor. No solo era que no tenía amigos, como en el mundo humano, sino que ahora la misma ley la repudiaba.

¿Y por qué? ¿Por ser aprendiz de Eda? ¿Por no querer ser parte de un solo tipo de magia?

Mientras más tiempo pasaba, más complicado parecía. Todo. Su vida actual en las islas, sus amistades… Amity. Oh, Cramity!

Empezó a dudar de lo que debía hacer… quizá era mejor dejar a Amity tranquila y no meterla en problemas, ¿no?

No, no, no, no, no. No podía darse por vencida, no ante Belos, no sin saber lo que Amity de verdad quería. Ella ya había renunciado a cosas que amaba antes, solo por sus padres, y Luz no podía dejar que eso se repitiera. Quizás era por su propio gusto, quizás ella misma quería que Amity eligiera el camino rebelde con ella.

Sus mejillas ardieron al pensar en eso.

“Concéntrate. Amity necesita saber que tiene a alguien en quien confiar… Alguien que la apoyará si decide tomar el camino que nadie esperaría de ella. Quiero que Amity sepa que tiene otras opciones y que estaré siempre de su lado.”

Y así, estaba finalmente decidido. Esperaría, pero la ayuda le llegaría a Amity. Solo debía ser paciente y descubrir el momento justo para poder actuar, cuando sus delitos no sean la principal noticia en el Oráculo.

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Una semana complicada. La mente de Luz no descansó, nunca, en ningún segundo. Todo eran dudas, todo eran preguntas. Si tan solo pudiera hablar con Amity, con Willow, con Gus… quizá ellos sabrían las respuestas con más claridad… pero, no podía, no aún, ese era el punto de "esperar a que todo se calme."

No podía descansar, en especial porque todo le recordaba a Amity. Su conciencia no le permitía estar tranquila, aunque supiera que nada podía ser hecho… no aún, simplemente no podía estar tranquila. ¿Por qué no podía solo concentrarse en algo más?

Fue un manojo de nervios, sola en su cuarto. Sin siquiera saber porqué, tenía ganas de llorar. Sus ojos se aguaban de repente, mientras Amity era lo único que podía pasar por su mente.

¿Por qué todo es tan injusto? ¿Por qué nadie cuestiona a Belos?”

Se hiperventiló un par de veces… se frustró todo el tiempo y lloró cada noche. Ni siquiera entendía porqué, pero se maldijo, maldijo la adolescencia, maldijo a los señores Blight, maldijo al Emperador, y se volvió a maldecir a sí misma otra vez.

Los restos del GromDonde viven las historias. Descúbrelo ahora