Los restos del Grom

Luz en blanco

—Se fue —la voz de Luz era débil, al igual que ella en esos momentos.

Se sentía tan extraña, tan frágil, tan adolorida. Confusión, pero no indecisión.

Amity Blight, ¿quién lo diría? La perfecta bruja de cabello teñido sentía cosas por ella. Nunca se había sentado a pensarlo… Y ahora tampoco podía.

Eda había saltado por la ventana en busca de su agresor, King se había pegado a su pierna, para que no fuera detrás de Eda y… Lilith seguía en su habitación, haciendo algo.

Se sintió algo desagradada por la presencia de Lilith, pero entonces aquella bruja mayor habló.

—Esta abominación —dijo casi en un susurró la de cabellos azules—. ¿Era Amity Blight?

Luz volteó a mirar a la mujer con sorpresa. El mundo se movía taaan lento ahora. Lilith estaba hincada en el suelo y miraba su mano, que tenía un rastro de lodo morado.

Había escuchado que Lilith le preguntó algo, pero ya no lo recordaba. Sacudió su cabeza y preguntó: —¿Qué?

—Blight, Amity.

Amity… Blight.

Se llevó sus manos al rostro y desacomodó su cabello entre sus dedos. La sensación le causó hormigueo, pero se sentía tan mareada que no le pudo prestar atención. Aaugh, no entendía en que estaba pensando la chica Blight.

Ni siquiera entendía que acababa de pasar, era como si sus, ya lentos sentidos, estuvieran nublados.

—No digas tonterías, Lilith —bufó King, trepando a la espalda de Luz—. Amity es nuestra aliada, ¡ella nunca lastimaría a Luz!

—¡Sí! Amity jamás me… —estaba dudando de nuevo. Ni siquiera se sentía parte de la conversación, más bien…

No tenía fuerza, no sentía nada. Estaba en blanco.

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Despertó. ¿Una pesadilla?

Estaba en su saco para dormir, con King a sus pies. Su respiración estaba agitada y estaba sudando demasiado. Sus ojos lloraban.

—Qué horrible pesadilla…

—No fue una pesadilla —susurró una voz detrás de ella, una voz que le erizó la piel a la chica humana.

Justo como decía, todo se vio más claro. Lilith era una aliada y ahora fugitiva, ella y Eda habían perdido su magia y… Amity había venido a visitarla esa misma noche.

A juzgar por la poca luz que entraba, debía ser de la madrugada aún, así que se le hizo muy escalofriante que Lilith estuviera en su habitación.

—¿Qué quieres? —preguntó Luz, poniéndose de pie. Seguía sin confiar mucho en ella… no después del incidente.

—Estoy esperando que mi hermana regrese —le dijo Lilith.

—¿Por qué no esperas en la sala o en algun lugar donde no me sienta observada?

La mayor suspiró —Lo siento, solo quería asegurarme de que estabas bien… A Eda no le gustaría que deje sola a su discípulo, especialmente si se desmayó de repente.

Luz se sintió algo mal por ese comentario, además del dolor de cabeza que sentía… si aquella le quisiese hacer algo malo, ya lo habría hecho. Además, la había acostado en su cama.