Puddles and Cuddles

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Edric y Emira se adelantaron a subir a pie la montaña, mientras Viney se aseguraba de que la menor aprendiera todo lo que necesitaba para un vuelo seguro en el lomo de Puddles.

—Ven, vamos afuera, creo que es hora de hacer un poco de conexión —decía Viney con una sonrisa suave y una actitud bastante entusiasta—. ¡No puedo esperar a ver como Puddles hace una nueva amiga! Va a ser divertido.

Viney ayudó a Amity a levantarse de su asiento, pero apenas lo hizo, el ave notó que Amity tenía una pierna herida. Apenas lo vio, como la gran asistente de enfermería que era, aleteó y chilló para llamar la atención de Viney, mientras agachaba su cabeza hacia la chica Blight y señalaba su yeso.

—¡Chip, chirp!

—¿Um? ¿Hice algo... mal? —preguntó Amity algo nerviosa, intentando retroceder un poco.

—No, no—Viney respondió con tranquilidad—. Ella solo está preocupada por ti, esa es su señal para-

Entonces Puddles empezó a regurgitar justo encima de Amity. De su pico salió una paleta y se la entregó a la chica Blight.

Amity volvió a sentarse en la silla de antes, con aquella paleta en su mano. "Mejórate".

—Buen trabajo, Puddles —dijo Viney como si fuese una madre orgullosa de su pequeña.

Amity sonrió al ver la escena. Mientras Viney abrazaba con cariño a su criatura.

Despues de unos segundo, y de que la chica soltara al ave, aquella se sacudió un poco, mirando a Amity. Al parecer, el trabajo de asistente no terminaba ahí.

Puddles se echó en el suelo y agachó su cabeza a Amity.

—¿Oh? Bueno, Puddles quiere dar el primer paso —dijo Viney rascándose la cabeza—. Ven, no hay que desaprovechar, súbete de una vez.

Amity miró a Viney quien solo le sonreía.

—¿Subirme ya? ¿Aquí? —no olvidar, seguían en la sala de la casa.

—Una buena conexión lo es todo —le dijo y Amity la miró algo confusa—, Puddles percibe tus sentimientos y quiere ayudarte en lo que pueda... Ya sabe lo suficiente de ti, así que es mejor que la dejes asistirte.

Viney la miró seria, mientras acariciaba el pico de aquella bestia. Amity solo la miraba, aún con algo de asombro. No todas las bestias eran tan dóciles o al menos las que conocía.

—Está bien, lo haré.

Amity se puso de pie, apoyándose en su pierna buena y en el hombro de Viney. Dio un único paso que le faltaba para llegar a Puddles y suspiró suave. Lentamente, y con ayuda de la mayor, se subió en aquel animal.

Pudo sentir su respiración y le dieron ganas de sentirla más de cerca. Aquella la tranquilizó.

Viney estaba que se derretía de ver a Amity y Puddles hacerse tan buenas amigas tan rápido, apenas llevaban un par de minutos hablando, pero Amity parecía irle de maravilla con todo el tema de la conexión.

Amity se recostó un poco en aquella paloma, con sus brazos sellando un abrazo. Era casi como una gran almohada llena de felicidad y que regurgitaba paletitas. Aquella paloma movió su cabeza para restregarse contra la chica Blight, como dándole una respuesta al abrazo. Puddles era una gran ayuda para alguien que no la estaba pasando bien del todo, y Amity definitivamente, no estaba teniendo el mejor de los días.

Los restos del GromDonde viven las historias. Descúbrelo ahora