Corazones de piedra

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«—Puddles ven, ¡ven, ven, ven! ¡No lo hagas más difícil para las dos!

La criatura aleteaba nerviosa, y no era por cualquier tontería que se le ocurría, o porque quería arruinarle la noche a Viney… Simplemente estaba emocionada también, tanto que no podía quedarse quieta mientras Viney la perseguía por el corral.

—Tenemos que estar presentables, ¿no ves que Emira nos espera?

Y entonces Puddles se detuvo frente a frente con Viney. La bruja no tomó ni un segundo para lanzarse a abrazar a la criatura. Esta chilló y abrazó de vuelta a la bruja.

—Ah, claro, cuando se trata de Emira ahí si te quedas quieta, ¿no? —Se burló Viney con un suspiro y la criatura le respondió con un suave "brr". La bruja rodó los ojos—. Ya sé, ya sé, no tienes que recordármelo.

Ese día sería el Grom y Viney quería arreglar todo para llegar en su mejor gala… pero había alguien que no estaba tan emocionado por ello.

Su padre estaba preocupado por ella.

—Voy a estar bien, es solo un baile —suspiró para sí misma—. Un baile donde estarán todos y… conocer a sus hermanos.

Una sonrisa torpe se dibujó en los labios de Viney. Ese era el plan: finalmente formalizar. Presentarse como la novia de Emira… Eso le daba un par de escalofríos, pero la llenaba de mucha ilusión.

Viney pausó un poco, pero dio un par de pasos y continuó ahora cepillando el lomo de Puddles. Algunas pequeñas plumas sueltas cayeron al suelo, dejando solo el plumaje más brillante y saludable en la criatura. Su mente se quedó en blanco un momento, ya sabía bien que era algo complicado salir con alguien de la Élite, ya sabía que estar a escondidas no era lo idea… pero eso cambiaría hoy, ¿no?

—Ella va en serio conmigo, ¿verdad Puddles?

La criatura purró y agachó la cabeza para que Viney la acariciara más, pero entonces un mensaje llegó, erizando un poco la piel de Viney. La chica dio media vuelta y se abrazó a Puddles al revisar su rollo; como había sospechado, era un mensaje de su novia.

Llevaré el vestido amarillo
después de todo”

“Te lo dije, te queda muy bien”

“TODO se me ve bien.”

“No lo niego.

¿Te veo en la escuela?”

Claro”
“pero esperaba pasar por ti”
Puddles igual

“Cierto, cierto”
“Jajaja”
“Mis padres contrataron
un carruaje y quieren que
vayamos los tres juntos

No sabía porqué, pero sus ojos comenzaron a lagrimear. Se recostó contra la pared. Llevaba varias semanas esperando el Grom, había imaginado llegar a la mansión Blight para recoger a Emira en un espléndido traje y con Puddles arreglada para llevarlas a pie por el bosque —ya que, después de todo era un viaje corto y no quería arruinar el maquillaje de su amada—. Y no solo lo había imaginado, sino que se lo había hecho saber a Emira y ella había aceptado.

De repente sintió toda su energía drenarse de su cuerpo: algo cansada. No era la primera vez que Emira cancelaba un plan así, pero no entendía por qué le dolía tanto. Se quedó ahí unos segundos hasta que su rollo volvió a sonar.

Los restos del GromDonde viven las historias. Descúbrelo ahora