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Su cuerpo se había acostumbrado a madrugar, cuando Liz despertó era muy temprano todavía. Se acomodó en la cama y pensó en que, a varios kilómetros de ella, Shawn estaría arreglándose para ir al trabajo.

Sin ninguna emoción, Shawn se levantó de la cama y se dirigió al baño. Para relajarse, cantó un par de canciones en la ducha. Mientras desayunaba, pensó en que se sentiría algo extraño llegar al trabajo y no ver a Liz. Iba con tiempo de sobra, pero un accidente de tránsito lo hizo retrasarse y llegar tarde. Cuando pasó por la recepción, se encontró con Julia, la saludó y corrió al ascensor. Allí estaba Lysa, la de recursos humanos, aunque al verla no recordó su nombre. Ella le sonrió coqueta mientras envolvía la punta de un mechón de su cabello teñido de rubio en el dedo índice. 

— Buenos días, Shawn —saludó con voz cariñosa. 

— Buenos días —respondió él sin mirarla. 

— Veo que se te hizo tarde. 

— Sí. 

— Me voy a ver en la obligación de hacerte un memorando. 

Él la miró y ella le sonrió, sin duda alguna estaba bromeando, coqueteando o ambas cosas. Le incomodaba la manera en que lo miraba, solo quería llegar rápido al último piso. Las puertas se abrieron en el octavo piso y ella salió del ascensor sin decir nada más, antes de que se cerraran las puertas, se giró y le dijo adiós con la mano, pero él ni siquiera la vio. Cuando llegó a su destino y no vio a Liz sentada en su escritorio, sintió una extraña sensación de vacío, como si faltara algo, y se percató de cuánto se había acostumbrado a su presencia. 

Había logrado dormir un rato más, cuando despertó ya eran las ocho, escuchó pasos en el pasillo, pensó que era Liam y corrió al baño. 

— Liz —escuchó la voz de Bob que la llamaba— el desayuno está listo. 

Escuchó los pasos alejarse de nuevo, le puso seguro a la puerta y se dispuso a bañarse. Lo último que quería era ver a Liam, pero no había opción, así que, bajó rápido a desayunar y no lo vio en el comedor. 

— Buenos días —saludó. 

— Buenos días, querida —dijo Alice mientras se acercaba con un plato de huevos revueltos— Liam está trabajando en la huerta. 

Liz asintió y se sentó, era un alivio no encontrarlo. Desayunó en silencio junto a Bob y Alice y luego se retiró a la habitación a seguir dibujando, en unos dos días más, el dibujo estaría listo por completo. Cuando bajó a ayudar con el almuerzo, no tuvo más remedio que enfrentarse a Liam, él la miró con desdén y no le dirigió la palabra, no sabía por qué, pero prefería que no le hablara, se sentía más en paz con su silencio. Después del almuerzo, fue a seguir dibujando, mientras hacía unos últimos trazos, escuchó pasos afuera, ocultó el dibujo y esperó, se trataba de Liam, tal como lo presentía, abrió la puerta y se quedó allí. 

— ¿Qué es lo que te la pasas haciendo aquí? —preguntó con tono recriminatorio.   

— Estaba dibujando —respondió ella sin mirarlo. 

— Tenemos que continuar la conversación de anoche. 

Se armó de valor, ese era el momento perfecto para terminar con todo de una buena vez. Respiró profundo y dejó que las palabras salieran de su boca. 

— Tal como te dije anoche, esto entre nosotros no tiene ningún sentido, está acabado y yo ya no te amo. 

— ¿Qué? ¿Cómo te atreves a decirme eso? ¿Acaso ya olvidaste todos los años que llevamos juntos? yo no voy a permitir que me dejes, estás en deuda conmigo, si no fuera por mí no estarías donde estás ahora, no habrías hecho nada con tu vida, yo te recibí en mi casa, te ayudé y así es como me vas a pagar. 

— Deja de usar eso para chantajearme, es verdad que hay mucho que agradecerte, pero no por eso voy a quedarme contigo cuando ya no siento nada por ti. 

— ¿Hay alguien más? Debe ser eso, no veo otra razón a que me estés diciendo todas estas cosas. 

— No tiene por qué haber alguien, simplemente se acabó el amor, o es que, ¿no ves que ya ni siquiera hablamos? no hacemos nada juntos, me trajiste a casa de tus padres y no me preguntaste si quería venir, tampoco si quería quedarme dos semanas, acepta que los dos cambiamos y que ya no tiene sentido seguir juntos. 

Liam caminó hacia ella con paso decidido y la tomó bruscamente de los hombros. 

— Escúchame bien —dijo apretando los dientes— no voy a dejarte el camino libre para que hagas lo que te dé la gana y te vayas con el amante que de seguro ya tienes, no voy a tirar por la borda todos estos años de relación, convéncete de que no será fácil dejarme, haré lo que sea para que te quedes. 

Le dio un fuerte sacudón y salió de la habitación dejándola allí perpleja, ¿en qué momento había cambiado tanto? eso solo la convencía más de que debía dejarlo. Se dirigió a la puerta y la cerró, luego, sacó de nuevo la hoja donde estaba haciendo el dibujo y continuó con la labor. 

A la hora de la salida, Shawn recogió sus cosas y entró en el ascensor, al llegar a la primera planta, se encontró de frente con Lysa, era la cuarta vez en el día que se cruzaba con ella, había sido un día largo y solo quería irse a casa. 

— ¿Ya te vas? —preguntó ella cerrándole el paso. 

— Sí —respondió él tratando de esquivarla. 

— Quería invitarte a ir por unas copas. 

— No, gracias, debo irme. 

— ¿Tendrás problemas con tu novia si me acompañas? 

— No, simplemente no me apetece ir, pero gracias. 

Ella no supo qué más decirle, él pasó junto a ella y se dirigió a la recepción, se despidió de Julia y se fue a casa, había algo en Lysa que no le gustaba, aunque no sabía qué era. 

Después de cenar, Liz salió de la cabaña y observó el cielo lleno de estrellas, de repente, escuchó el sonido del celular, en la pantalla brillaba en nombre de Shawn, sonrió y contestó. 

— Hola Shawn —dijo— ¿Cómo estuvo el día sin mí?

— Hola Liz —dijo él al otro lado de la línea— infinitamente aburrido, estas van a ser las dos semanas más largas de mi vida. 

— No creo que sea para tanto. 

— Solo hablé con Julia y me encontré a esa chica de recursos humanos varias veces en el día, parecía que estuviera persiguiéndome. 

— ¿Lysa?

— Sí, incluso me invitó a unas copas, pero le dije que no, no me agrada demasiado. 

— A mí tampoco, nunca me ha caído bien. 

— ¿Y cuándo regresas? 

— Aún no lo sé, pero creo que será muy pronto. 

— Cuando estés de regreso me lo dices, me gustaría poder verte pronto. 

— Descuida, te lo diré. 

— Me alegra haberte escuchado, que tengas buenas noches Liz. 

— Buenas noches Shawn. 

Colgó con una gran sonrisa en el rostro y regresó a la cabaña, afuera hacía frío, se acercaba el invierno. Le escribió un mensaje a Julia diciéndole que la ayudara a conseguir un lugar dónde vivir y subió a la habitación. Esa noche, Liam tampoco durmió con ella. 

Grandes cambios  || Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora