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De nuevo era la junta de fin de mes en la empresa, al día siguiente comenzaría diciembre y Liz ya sentía la nostalgia de todos los años por esas épocas. Desde la muerte de su padre, nunca tuvo una navidad feliz, y era muy probable que nunca llegara a tenerla. Su nueva casa era un poco más lejos del trabajo, así que salió con tiempo de sobra para llegar temprano. Al llegar, se quedó hablando con Julia en la recepción hasta que vio llegar a Shawn, él se acercó y le dio un pequeño beso en los labios. Se despidieron de Julia y entraron en el ascensor tomados de la mano. Lysa llegó corriendo y entró también. Todo se tornó incómodo, y Liz deseaba llegar rápido al último piso. Lysa miró sus manos entrelazadas y fingió sorprenderse mucho. 

— Entonces, ¿ustedes están juntos? —preguntó. 

— Eso no es problema de nadie más que de nosotros —dijo Shawn sin mirarla. 

— No tienes por qué hablarme de esa manera, solo preguntaba, además, Elizabeth ¿no se suponía que tú vivías con tu novio? Digo, es que lo que yo sabía era que ya llevaban varios años, y no hace mucho que los vi juntos, pero bueno, no quiero que digan que soy una entrometida, Shawn tiene razón, no es mi problema. 

Llegaron a su destino y las puertas del ascensor se abrieron, Shawn recordó el día anterior cuando había ido a buscar a Liz y pensó en el chico que le había abierto la puerta, el malintencionado comentario de Lysa había sembrado dudas en su mente. Entraron a la sala de juntas que estaba casi llena, esperaron unos minutos y se dio inicio a la reunión. 

Liz estaba inquieta, sentía que algo pasaría con Shawn, si le preguntaba, se vería obligada a decirle la verdad, no debía guardar más ese secreto, de igual manera, ya había dejado a Liam definitivamente y vivía en otro lugar. 

Casi cuatro horas después, terminaron la reunión, salieron en orden de la sala y se dirigieron a sus lugares de trabajo. 

— Cuando salgamos a almorzar quiero preguntarte algo —dijo Shawn y entró en el archivo. 

Mientras llegaba la hora, Liz estaba cada vez más nerviosa, apenas y podía hacer su trabajo medianamente bien. Cuando salieron, se dirigieron al restaurante donde siempre almorzaban y se sentaron en una mesa. 

— Liz —dijo Shawn—  ayer fui a buscarte a tu casa, y me abrió la puerta un chico, me dijo que te habías mudado, y me gustaría que me dijeras quién es. Además, esta mañana en el ascensor, el comentario que hizo esa chica me causó dudas. 

— Quien te abrió la puerta ayer cuando fuiste es Liam, mi ex novio. 

— ¿Eso quiere decir que vivías con él hasta ayer que te mudaste? 

— Así es, aunque ya no había nada entre nosotros. 

— No puedo creer lo que me estás diciendo, cuando nos conocimos dijiste que no estabas en ninguna relación. 

— Shawn, desde hace tiempo que estaba pensando en dejarlo, desde antes de que pasara algo entre nosotros, había dejado de quererlo y fue peor cuando tú apareciste, solo que me sentía demasiado en deuda con él, y tampoco tenía otro lugar a dónde ir. 

— ¿Dónde estaba él durante todos esos días en los que fui a su casa y el día que dormí allá?

— Con sus padres, cuando iniciaron las vacaciones él planeó un viaje a casa de ellos, yo no quería ir, pero fui, estando allá intentó agredirme, así que regresé y él se quedó hasta el viernes. Cuando llegó, tuvimos una discusión y me golpeó, me sentí desesperada así que fui a buscarte y dormí contigo. 

— Liz, es horrible que te haya golpeado, pero tú lo engañaste conmigo, así no lo quisieras, seguías viviendo junto a él, su relación no terminó hasta ayer cuando lo dejaste. Yo no sé cómo sentirme respecto a eso, hubiéramos podido tener muchos problemas por esto. Ayer, cuando llegué me pregunté quién era, además, estaba con una chica, la explicación que le encontré fue que ella era la amiga con la que me dijiste que vivías y él seguramente era su pareja. 

— Esa chica está esperando un hijo de él, el sábado en la noche se presentó a pedirle ayuda. Nuestras relación no tenía ningún sentido, nos estábamos engañando mutuamente. 

— Eso no es mejor. No me siento bien con esto, Liz, yo necesito tiempo para asimilarlo, entiende que es difícil confiar cuando estás con alguien que comenzó siendo infiel. 

— ¿Temes entonces que si tenemos algo, te sea infiel? 

— No es eso... 

— Sí es, Shawn, y si no puedes confiar en mí, pues creo que es mejor que no continuemos con esto. 

— En este tiempo he llegado a quererte, siento cosas en verdad por ti, pero si no hay confianza no hay nada. 

— Lo sé, yo no quisiera alejarme de ti porque te quiero, pero entiendo que no podemos continuar así. 

Las lágrimas trataban de salir de sus ojos, pero no lo permitió, no quería que Shawn la viera llorar, se había acostumbrado a él, a sus besos, al aroma de su perfume, a los pequeños detalles que tenía con ella, a su sonrisa. Entendía que había estado mal no haberle dicho desde el principio la verdad, por más que no sintiera nada ya, Liam y ella seguían compartiendo el mismo techo y no habían dado por terminada la relación —o lo que quedaba de ella—. Tal vez no lo había perdido para siempre, guardaba la esperanza de que no. 

Era difícil asimilar algo así, Shawn observaba a Liz y se sentía cada vez más confundido y triste, su confianza en ella se había derrumbado, no entendía por qué no había sido sincera desde el principio. No estaba de acuerdo con ser infiel, pensaba que cuando se acababa el amor, la relación debía terminar de inmediato. Entendía que se sentía en deuda con ese chico, pues ella misma le contó que la había ayudado mucho a alejarse de su madre, pero era mejor dejarlo que engañarlo, aunque al parecer él también la habían engañado. No sabía qué pensar. 

El resto del día lo pasaron sin hablarse, en una situación terriblemente incómoda, hasta que llegó la hora de salida. Shawn pasó junto al escritorio de Liz y se despidió. 

— Hasta mañana, Liz —dijo.

— Hasta mañana, Shawn —dijo ella. 

Cuando lo vio irse, la tristeza se apoderó de ella, contuvo las lágrimas hasta que llegó a casa, estando allí, se acostó en la cama y se permitió llorar. 

Tan pronto abrió la puerta y vio el sofá, Shawn recordó lo que había pasado allí con Liz unas pocas noches atrás, se sintió abatido y caminó a la cocina a prepararse un café. Mientras estaba listo, se dirigió a su habitación, se cambió de ropa y encontró sobre una de sus mesas de noche, el dibujo que ella había hecho de él. Lo tomó en sus manos y recordó cuando se lo había dado, necesitaba pensar todo muy bien, algo en él se negaba a ponerle fin a eso que había nacido entre ellos.  

Grandes cambios  || Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora