Grandes cambios || Shawn Mendes

3

Después de un fin de semana incómodo en el que no había intercambiado más de tres frases con Liam, Liz agradeció por primera vez la llegada del lunes. Se levantó a la misma hora de siempre y se arregló para irse al trabajo.

Luego de visitar a sus padres, Shawn se preparaba para enfrentarse a una nueva semana en el trabajo, mientras se hacía el nudo de la corbata, pensaba en Liz, en menos de dos horas la vería de nuevo.

Cuando Liz llegó a la oficina, vio que Julia ya había llegado, así que, se detuvo en la recepción para saludarla.

— Hola Julia —saludó.

— Hola Liz, adivina qué.

— ¿Qué sucedió?

Julia le mostró un brillante anillo de compromiso y sonrió emocionada.

— Voy a casarme —informó.

— Felicidades, me alegra mucho.

Liz sonrió y le dio un fuerte abrazo a su amiga, se alegraba profundamente por ella. Consultó la hora y pensó que ya debía subir o se le haría tarde.

— Nos vemos luego —dijo.

— En el almuerzo hablaremos, quiero que me ayudes a organizar la boda.

— Claro que sí.

Sonrió una última vez y se dirigió al ascensor. Las puertas se abrieron casi en seguida, ella entró y se recostó en la pared del fondo. A lo lejos, vio venir corriendo a Shawn, presionó el botón y evitó que las puertas se cerraran. Él llegó junto a ella y le sonrío agradecido.

— Gracias —dijo casi sin aliento.

Ella sólo sonrió y apretó el botón del último piso. El ascensor se puso en marcha, subió un par de pisos y se detuvo abruptamente. ¿Qué ocurre? Se preguntó Liz, parecía ser la tercera vez desde que trabajaba allí que se quedaba atrapada en el ascensor.

— Creo que nos quedamos atrapados aquí —dijo Shawn que ya había logrado normalizar su respiración.

— Ya me ha pasado tres veces —dijo Liz sin mirarlo.

— Pasa a menudo entonces.

— Así es, la primera vez es un poco traumática, pero después sabes que te sucederá en cualquier momento.

— Qué suerte que no soy claustrofóbico.

Liz tampoco lo era, pero inexplicablemente, comenzaba a faltarle un poco el aire. Trató de disimular, pues solo les quedaba esperar y podía tardar horas. Shawn estaba a cierta distancia, dio un paso largo y se situó a su lado, de manera que su brazo rozaba el de ella. Era la segunda vez que tenían contacto físico, y ambos sentían un ligero cosquilleo donde se rozaban. Liz se preguntó por qué cuando Liam la tocaba nunca había sentido algo así, era extraño, se suponía que lo amaba y lo había hecho siempre.

— ¿Estás nerviosa? —preguntó Shawn.

— Un poco, no soy una persona paciente y podemos durar aquí varias horas —respondió ella, por alguna extraña razón, no se animaba a mirarlo.

Él tomó su mano y le dio un ligero apretón tratando de transmitirle algo de calma. Se sentía nervioso, aunque no sabía bien por qué, no era la primera vez que tomaba la mano de una chica, pero esa mano se sentía diferente a todas las demás. Liz se preguntaba cuánto tiempo hacía que Liam no tomaba su mano, parecía haber pasado una eternidad. Esperaron en silencio, y ella cada vez se ponía más nerviosa, comenzaba a desesperar,  en verdad necesitaba salir de ahí. Shawn notaba su nerviosismo, así que recordó la letra de una de las canciones de había compuesto hacia un tiempo atrás y cantó: