El último día del año, Liz se encontraba viendo televisión junto a su madre, no tenían más familia con quienes celebrar esas fechas, así que estarían solas. Eran solo las siete de la noche, era temprano para preparar la cena, así que siguieron observando la aburrida programación.
Shawn estaba con su familia, ayudando a su madre a preparar una ensalada, mientras su hermana se encargaba de ayudarle con el pavo asado de la cena.
— ¿No piensas presentarnos a la chica con la que sales? —preguntó su madre mientras cortaba unas verduras.
Esa pregunta le hizo pensar en que sería buena idea invitarlas a cenar.
— En un rato vuelvo —anunció.
Tomó las llaves del auto y salió rumbo a la casa de Liz. Las calles estaban abarrotadas de personas como solo podía ser en esas fechas, había mucho tráfico y la nieve caía del cielo en pequeños copos. Cuando llegó, tocó dos veces y poco después, Liz salió a abrirle la puerta. Lo miró sorprendida y él sonrió. Ella tenía una camiseta vieja y los pantalones de la pijama, el cabello recogido en un moño sobre la cabeza y ni una gota de maquillaje.
— ¿Shawn? —dijo— pensé que estarías con tu familia.
— Lo estaba, pero pensé que sería bueno invitarlas a cenar.
— Pasa, por favor.
Shawn entró y se fijó en que Susan se había quedado dormida en el sofá. Liz la sacudió ligeramente para despertarla.
— Mamá, vino Shawn a invitarnos a cenar.
— ¿Qué?
— Sí, ¿vamos?
Ella se frotó los ojos aún soñolienta y miró a Shawn.
— Hola, Shawn —saludó.
— Buenas noches, señora Susan, ¿quiere venir a cenar en mi casa con mis padres y mi hermana?
— Pero tienes que esperar a que nos pongamos presentables, no vamos a ir a dar mala imagen con tu familia.
— Yo espero, siempre y cuando estén listas antes de la media noche.
Shawn sonrió y Liz pensó en lo hermosa que era su sonrisa. Se disculpó y corrió a su habitación. Se duchó en menos de diez minutos, buscó en al armario algo presentable para ponerse, escogió un vestido vinotinto de falda suelta que se ajustaba muy bien a su figura, se peinó y se maquilló. Estuvo lista en un poco más de media hora. Su madre se arregló también muy rápido y salieron.
— Se ven maravillosas —dijo Shawn.
— Gracias —respondieron.
Liz se sentía nerviosa por conocer a los padres de Shawn, recordó a Liam y a sus padres, esa vez sería diferente todo, no sabía si les agradaría, esperaba que sí. Durante todo el camino, estuvo mirando por la ventana del auto e intentando calmarse, su estómago estaba hecho un nudo de nervios. Cuando llegaron, pensó seriamente en no bajarse, pero ya estaba allí, no había vuelta atrás. Entraron en la casa y de inmediato, los padres y la hermana de Shawn salieron a recibirlos.
— Bienvenidas —dijo la madre de Shawn— es un gusto conocerlas.
— Buenas noches —saludó Liz— encantada de conocerlos.
Los padres de Shawn se acercaron y la abrazaron, parecían ser personas muy amables, su nerviosismo desapareció de repente al ver sus sonrisas cálidas. A la hermana de Shawn ya la había visto una vez y seguía siendo encantadora. Los presentaron y se sentaron todos juntos en la sala. Pasaron un largo rato allí conversando animadamente, Liz se sentía como en casa. Recordó rápidamente cada navidad de su vida, cómo todas habían sido tan tristes, esa era la excepción, por fin podía decir que tenía un recuerdo agradable de esas fechas. Las cosas habían cambiado tanto ese año, su vida entera había dado un giro, y ella se sentía como una persona distinta. Tomó la mano de Shawn y se acercó para darle un suave beso en los labios, él le sonrió y bebió un sorbo de la copa de vino que tenía en su mano.
Después de cenar, se sentaron de nuevo en la sala y siguieron conversando, la media noche se acercaba y el año llegaba a su fin para dar paso a uno nuevo. Mientras bebían vino, Shawn pensaba en que la estaba pasando muy bien junto a las personas que más quería. Hicieron la cuenta regresiva y a las doce en punto, brindaron por un año nuevo maravilloso y lleno de cosas buenas para todos. Se abrazaron y se desearon lo mejor. Mientras estaba entre los brazos de Shawn, Liz pensó en que no había mejor forma de comenzar un año que esa.
— ¿Te sientes feliz —preguntó Shawn.
— Más feliz que nunca —respondió ella y sonrió.
— Yo también.
Recordó entonces que hacía varias semanas, le había comprado una pulsera a Liz y nunca se la había entregado. Se disculpó y corrió hacia su habitación, allí la había dejado, en uno de los cajones de la mesa de noche, la sacó y corrió de regreso a la sala. Tomó la mano de Liz y puso el objeto brillante en su muñeca.
— Está hermosa, gracias Shawn —dijo emocionada.
— De nada, la había comprado hacía tiempo, por fin te la di.
Ella se acercó y le dio un largo beso lleno de agradecimiento, tener a ese chico con ella era el mejor regalo que había recibido en toda su vida.
— Te quiero, Shawn —dijo.
— Te quiero, Liz —respondió él mirándola a los ojos.
El año que acababa de terminar había traído grandes cambios en las vidas de ambos, pero habían sido buenos, se habían encontrado y en ese momento estaban ahí, esperando que el año que empezaba, trajera grandes alegrías para ambos.
FIN
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Gracias infinitas por leer, me encantó escribir esta historia, espero que también les haya gustado mucho. Gracias por sus votos, por comentar y por todo. Un abrazo.
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Grandes cambios || Shawn Mendes
FanfictionElizabeth es una joven de veintiún años, que vive desde hace tres años con Liam, su pareja. Su vida es una rutina constante, vive tan ocupada con su trabajo y la vida en pareja que no se detiene a pensar en que no es feliz. Cuando conoce a Shawn, su...