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El tiempo pasó rápido, el día anterior a la boda de Julia, Liz se alistaba para ir a la despedida de soltera. Liam estaba viendo televisión sin reparar en ella. 

— Ya me voy, probablemente volveré mañana tarde —informó guardando algunas cosas en el bolso. 

— Nos vemos —dijo Liam— estaba pensando en ir contigo, pero apenas conozco a esa chica, creo que no quedaría bien. 

Ella asintió, aliviada de que no fuera a la boda, pues Shawn también estaba invitado. Se dieron un pequeño beso de despedida y Liz salió a tomar un taxi para ir a casa de Julia. Ella estaba con su hermana Alice, se arreglaron y salieron a una discoteca únicamente las tres. Por primera vez en su vida, Liz se permitió emborracharse, bebió todo el licor que le fue posible y bailó hasta que se sintió mareada, se reía aunque no sabía exactamente de qué, pero a pesar de que su mente estuviera trastornada por el alcohol, seguía pensando en Shawn. Hacía casi dos meses que se habían conocido, el tenerlo cerca tantas horas al día y hablar con él, hacían crecer su interés y cuando estaban juntos, se olvidaba de todo. Con Liam todo iba de mal en peor, ya ni siquiera hablaban, no compartían más que un saludo, eran dos desconocidos que vivían en la misma casa. Liz comenzaba a considerar muy seriamente dejarlo y conseguir algún otro lugar, con su sueldo podría pagar un alquiler, no quería seguir ahí en donde no era feliz. 

La noche pasó rápido, pero Shawn no podía dormir, había terminado de elaborar un informe para la junta de fin de mes, que sería el lunes, y se sentía cansado, pero su mente inquieta espantaba el sueño. Miró la hora, era casi media noche, se preguntó si Liz ya estaría durmiendo, muy seguramente sí. Buscó su celular por toda la casa hasta encontrarlo y le escribió un mensaje:

《¿Estás despierta?》

Liz sintió el celular vibrar en el bolsillo de la chaqueta, lo sacó con dificultad y trató de leer el mensaje en la pantalla borrosa. Respondió como pudo, aunque le parecía que el teclado se movía de su lugar en la pantalla.

《Sí, estoy con Julia.》

Al leer la respuesta, Shawn recordó que unos días atrás, Julia le había entregado una invitación para su boda, lo había olvidado por completo, pero esbozó una sonrisa al pensar en que al día siguiente podría ver a Liz. Se dirigió al armario y sacó de allí una camisa blanca, conectó la plancha y se dispuso a planchar. Cuando terminó, envió otro mensaje:

《¿Despedida de soltera?》

《Sí.》

《Pásala bien :)》

《Gracias.》

Liz no había soltado el celular, bebió otro trago de la botella de vodka que estaba en el centro de la mesa y sintió el ardor en su garganta. Julia la miró algo sorprendida.

— ¿Con quién hablas? —preguntó.

— Con Shawn —respondió Liz.

— ¿Sucede algo con él?

— Aquí lo único que sucede es que estoy sintiendo cosas por él.

Las palabras salieron de su boca sin pensar, era la única vez que lo admitía en voz alta y deseó no haber hablado. Su amiga la miró primero sorprendida y luego sonrió.

— Lo sospechaba. ¿Y Liam?

— La relación está acabada, en verdad estoy pensando en dejarlo, y no es por Shawn, es porque ya no lo quiero, desde hace mucho tiempo que no lo quiero, solo me sentía agradecida por las cosas que ha hecho por mí.

— En ese caso, sería mejor que hablaras con él, que le dijeras las cosas y luego le pusieran punto final a la relación.

— Hemos estado juntos por muchos años, es duro, pero no puedo seguir, tengo que ver para dónde mudarme.

— Yo puedo ayudarte a conseguir un lugar. Pero piensa bien las cosas, debes estar segura.

Se sentía terrible tirar por la borda de un momento a otro tantos años, pero tampoco quería seguir en una relación que no la hacía feliz. Sabía que no sería fácil hablar con Liam sobre eso, ya podía imaginar su reacción, pero estaba muy segura de que eso era lo que quería. El viernes iniciaban sus vacaciones, con algo de tiempo libre, le diría todo, solo había que encontrar el momento ideal.

Shawn se acostó en la cama y tuvo la idea de escribir una nueva canción, corrió a buscar papel y lápiz y se puso manos a la obra.

Después de beber otras dos botellas, Liz sentía que el estómago le daba vueltas, se dirigió al baño y allí devolvió todo lo que había bebido. Se sintió mejor después de eso, bailó un largo rato más y luego decidieron que era hora de irse, era casi la una de la madrugada, y al día siguiente debían levantarse temprano para la boda.

Cuando llegaron a casa de Julia, Liz se acostó en la cama de la habitación de invitados de su amiga y poco después se quedó profundamente dormida.

Grandes cambios  || Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora