Wooyoung posó su pierna sobre la otra, cruzandolas, mientras tomaba la taza de té que su madre le había servido, para luego salir de la oficina de su padre.
— Lo sabés, Wooyoung — Dijo su padre con una sonrisa, desabotonando algunos botones de su impecable camisa — Apenas te gradues de la universidad, trabajarás para mí —
Wooyoung asintió, sabía qué, a pesar de su sonrisa arrogante, y su mirada brillante de superioridad, enaltecido, él lo cuidaría. Parecía que todo eso acabaría cuando él mismo se hundiera lo suficiente para revelar lo que tanto se ha esmerado en ocultar, pero no sé preocuparía, todos algunas vez en sus vidas deben defraudar, ¿No es así?.
— Deberías conseguir alguna novia, eres guapo, por supuesto eres mi hijo — Wooyoung sonrió, como si aquello no le causarán náuseas, como si aquello no le molestará y no lo hiciera tambalear.
— No tengo tiempo para eso — Mintió. Una sonrisa amarga se formó en sus labios, sentía culpa al pensar en Choi San frente a su padre.
— Eres joven, ¿No crees que deberías vivir un poco?, la vida es una sola Wooyoung — Wooyoung intentó no reír, sí, era un concejo acertado, pero el no parecía ser la persona más indicada para decirlo.
¿Vivir su vida?, ¿De qué forma?, para que tener a alguien a tu lado, sí temes que tú familia te rechacé, y menosprecie, ¿Temía?, por supuesto que sí, había vivido toda su adolescencia reprimido, fingiendo estar interesado en chicas, fingiendo frente a su familia, frente a sus amigos, y mintiendose a él mismo. Era irónico y en pocas palabras, patético.
— No quiero una novia — Susurró. Su ceño se frunció, dando paso al mal humor. — Debo irme — Dijo colocándose de pié. El mayor asintió.
Wooyoung suspiró al ya estar fuera de la casa de sus padres. Era abrumador, creyó que era suficiente con intentar evitar a Choi, pero como lo haría si cada vez que se veían no sé molestaban en ocultar el deseó y terminaban besadonse, mirarlo de aquella forma, su sonrisa escalofriante. Sus fantasías retorcidas empeoraban y todo era un remolino: El cuerpo afeminado sobre y luego está adoptando la personalidad de Choi San, utilizando las palabras que esté le había susurrado aquel día que durmió en su casa, sus delicados movimientos.
Intentó evadir todo aquello que le atormentaba antes de entrar a la casa. Yunho lo recibió en ropa interior, con su cabello desordenado y somnoliento.
— ¿No fuiste al trabajo? — Preguntó Wooyoung, dejando sus cosas sobré el sofá. El más alto negó.
— Sí lo hice, por cierto, San ha vuelto a preguntar por ti — Dijo acercándose para dejar un beso sobre su mejilla. — ¿Ocurrió algo? —
Wooyoung negó.
— Ve a dormir conmigo, ¿Sí? — Susurró Yunho, abrazando su cintura.
— ¿Tuviste pesadillas nuevamente? — Preguntó Wooyoung, acariciando su cabello, el contrario asintió.
— Bien, ve a la cama, voy en unos momentos — Susurró, brindándole una cálida sonrisa, esa que solo mostraba para Jeong Yunho.
Por qué Jeong Yunho había sido su primer amigo, y su primer amor.