Wooyoung abrazó el cuerpo de San, besando sus labios suavemente, un toque suave que hizo suspirar a ambos.
— Detente, debo abrir — Jadeó San cuando la lengua de Wooyoung rozó su cuello.
— Bien — Wooyoung se hizo a un lado, colocándose su ropa interior con una traviesa sonrisa.
San imitó para luego levantarse de la cama y desaparecer de la habitación. Wooyoung suspiró con una amplia sonrisa, estaba cayendo en San, una y otra vez. Su vista cayó en el chico, éste sonrió confidente.
— Necesito que te vistas — Susurró cerrando la puerta suavemente.
— ¿Y eso a que viene? — San tapo la boca del chico, sus labios besaron su cuello y ambos cayeron nuevamente sobre el colchón.
— Minju está aquí, no salgas hasta que venga por ti, no tardará mucho — Su pulgar acarició la mejilla de Wooyoung, él asintió en silencio.
San salió nuevamente de la habitación, cerrando la puerta, sonriéndole ampliamente a su novia, una chica realmente hermosa, amable, dulce y atenta, más, la persona a la cual él no quería, que le causaba náuseas cada vez que lo besaba, aquello estaba totalmente fuera de lugar con él. San se apartó al momento en el que ella iba a besarlo. No lo haría, no con Wooyoung en la habitación, comenzaba a sentirse incómodo, todo era malditamente enfermo.
— ¿No te sientes bien? — Preguntó ella, tomando dulcemente su mano.
— Es solo que está Wooyoung en la habitación — Dijo cabizbajo, ¿Sentirse mal por ella?, lo deseaba, desearía tener aquel sentimiento de culpabilidad.
— ¿Pasa algo?, Wooyoung y tú no se llevan muy bien — No era que ella fuera entrometida, era algo que todos lograban ver, por supuesto, lo que ellos querían que los demás vieran.
— Tuvo una discusión con su compañero de habitación, no es algo de lo que debas preocuparte — San miró a la chica con una imperceptible sonrisa.
— ¿Durmieron juntos? — Minju acarició el dorso de su mano, a lo que él negaba, mentía, una y otra vez, nada cambiaría si le mintiera una vez más.
— Dormí aquí, en la sala, no fue una gran noche, solo eso, estoy algo cansado — San quería que la chica se fuera lo antes posible, y así fue, Minju pareció entender.
Ella abrazó a San con genuina preocupación, acarició su cabello con suavidad y se despidió besando su mejilla. Cuando cerró la puerta se apoyó sobre está, eso fue repugnante. Caminó hacia la habitación, el cuerpo de Wooyoung descansaba sobre la cama, San se recostó a su lado, tomando su mano.
— ¿Ella se fue? — Susurró Wooyoung.
— Ella se fue — Respondió San con una amplia sonrisa — Fue desagradable — Dijo con una divertida expresión — Wooyoung, quiero preguntarte algo — Su cuerpo dió media vuelta, quedando frente al chico.
Wooyoung abrazó la cintura de San, asintiendo. Abrir sus ojos y ver al chico frente a él fue una sensación vibrante, temió, se sintió bien, lo suficiente para hacerlo sonreír.
— ¿Harías lo que fuera por mí? — Susurró sobre los labios del pelinegro. Ambos sonrieron, Wooyoung acarició su cabello.
— Lo haría, escúchame San, haría lo que fuera para que no te apartes de mí lado — El sonrojó sobre las mejillas de San lo hizo reír, San era dulce, era su San, su chico.
— No lo haré — Dijo finalmente — No lo haré hasta que me lo pidas, creó que realmente te quiero — San tomó el rostro de Wooyoung entré sus manos — Te quiero conmigo, ¿Y tú?, ¿Me quieres sinceramente? —
— Lo hago, joder que lo hago, estoy a tus pies San, desdé el momento en el que me lanzaste a tu cama y me besaste — Confesó.
Ambos unieron sus labios, sonriendo débilmente, sus respiraciones mezclándose, sus piernas enredándose, sus manos entrelazandose mientras San tarareaba una canción con los rayos del atardecer colándose por la pulcra cortina, con el cielo pintado de anaranjados colores, disfrutando las caricias del otro. Un hermoso déjà vu.
