"Me perteneces..."
"No, Kylo, las personas no pertenecen a otras. Y yo ya no le pertenezco a alguien, ya no más."
Después de ser liberada y posteriormente traicionada por la Resistencia, Dilara, una rec...
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—NURAY POR favor....
—¡Mi nombre no es Nuray! ¡Soy Dilara!—le gritó mientras alzaba de nuevo su mano e hizo fuerza en la cabeza de la mujer haciendoq ue esta gritara de dolor—. No posees la fuerza.
—No...—ella gimió—. Pero tu padre lo hizo.
Eso desconcertó a Dilara.
—¿Mi...mi padre?—las palabras sonaban raras en su boca.
—Era bastante débil con ella, pero su padre fue...fue uno de esos jedi, tu abuelo fue un caballero jedi en los tiempos de la república—la mujer gimió por el dolor—. Pero tu padre era debil con la fuerza, y luego naciste tú..y...y nos asustaste a todos...
—¿Asustarte? ¿Cómo un bebe te puede asustar?—Dilara gruño poniendo una mano en alto para hacer mas presión en la cabeza de la mujer, esta gritó y Dila rebusco en su miedo, el miedo relacionada con su propia hija. Vio a un hombre que se parecía mucho a ella, su padre debía imaginar, este se veía pálido y enfermo, ademas de enormes ojeras marcadas, viendo a el bebe que dormía como una abominación.
—No lo entiendo...—ella murmuró,
—Tuve una visión, ella en el lado oscuro, ella siendo un Sith, cortando cabezas...—el hombre susurró—. No tenemos opción...
—¡No mataremos a un bebe! ¡Y nuestro!
—¡No tenemos opción!—el hombre le grito desesperado, apuntó al bebe que había comenzado a lloriquear un poco—. ¡Esa cosa no es mi hija! ¡Es un monstruo!
Dilara se alejó y agrandó los ojos y la vio sin creerlo, luego vio a Kylo quien estaba derecho y con las manos detrás de su espalda, impasible. Si llamaban a Kylo un monstruo...ellos no tenía idea lo que era un monstruo, esta mujer, esta mujer y su antiguo esposo eran los monstruos. Sus padres, las personas que debían amarla por el resto de sus vidas, habían planeado matarla, y su madre en vez de negarse rotundamente y cuidarla...decidió darla a un esclavista.
—Tú..y...él...—la chica murmuró.
—Fue para darte tu mejor oportunidad...—la mujer murmuró—. Yo...
—¡mejor oportunidad!? ¡Me dejaste un infierno, por 25 años...ser una esclava, servir, ser acosada todos los días...—Dilara hizo su mano un puño haciendo que la mujer comenzara a ahogarse lentamente.
—Por favor...—la mujer suplico y Dilara la dejo ir haciendo que esta comenzara a dar bocanadas de aire.
—Déjalo ir, deja ir...—Kylo le susurró como una caricia que se deslizo por el cuerpo de Dilara—. Deja ir toda esperanza, toda luz, solo hay un lado en el que perteneces, y ese lado oscuro de la fuerza. A mi lado.
—Si...—Dilara susurró
—Mírala bien, ella es débil, la asustas, ella te tiene miedo¿lo sientes?—Él le susurró cerca de su oreja, haciendo que le dieran unos escalofríos y viajaran por todo su cuerpo. Dilara vio con disgusto a la mujer frente a ella, sin embargo no quería matarla, no podía matarla, aunque el odio le hacia latir el corazón y la rabia fluía por sus venas.
