El club de los Zombies.

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—Supongo que estar pendiente de los comunicadores, no es tan malo —
Murmuró Adele tratando de sonar optimista, aunque realmente la mueca en su rostro la delataba. No le gustaba para nada, estar lejos de la acción, pero lo necesitaba. Necesitaba despejar un poco su mente, de todo aquello que le hizo mal y pensar en sí sus acciones fueran correctas o no. Ya llevaba dos meses así, tomándose un tiempo de las andadas como Batgirl y modulando su carácter.
—Cariño, sabemos que no te gusta esto, pero... —
—Es lo mejor —
Dijo en un suspiro, completando la frase de Selina, que ya se había vuelto tan habitual. Se sentó frente a la computadora con mala gana y miró a Tim y Damian prepararse para detener a los criminales -Dick, estaba atendiendo una misión con el equipo, en el que era líder y Jason, también atendía una misión, pero con los Outlows-, que se habían atrevido a robar algunos aparatos tecnológicos de Wayne Enterprise. Se veían bastante apurados, puesto que era algo importante, además de que Bruce los esperaba impacientemente en la empresa.

Durante esos dos meses, todo había mejorado notoriamente. Adele reía más seguido con sus hermanos y no se mantenía tan escondida de su familia. Incluso, entre ella, Damian y Jason le encontraron lo "positivo" a la situación, con la formación de un club.
"El Club de los Zombies", puesto que, los tres habían muerto y vuelto a la vida. Jason, por culpa de Joker y los menores, por obra de Thalia Al Ghul, aunque, fueron en diferentes circunstancias. ¿Qué podían hacer los miembros del club? Según Jason, podían hacer chistes entre ellos sobre sus muertes -excepto por la palanca, aún era sensible con ese tema, a pesar de los años-. Según Damian, entre ellos podían brindarse apoyo sí habían pesadillas o feos recuerdos de sus muertes. Y según Adele, podían ponerse apodos y nadie que no fuese parte del club, podía usarlos. Acordaron siempre estar para ellos y pasara, lo que pasara, nunca se darían la espalda.
—Estás muy inquieta, ¿sucede algo? —
Cuestionó mamá Wayne, mientras se agachaba a la altura de la silla en la que su hija estaba sentada.
—Dick aún no encuentra a Conner... dijo que las cosas en la misión se habían complicado y que él se había quedado solo luchando contra los tipos malos... ¡y ni siquiera sé como ayudarlo! Porque no tengo ni la menor idea de que trata la misión... ¿crees que le hayan hecho algo malo? —
El rostro de la menor se había tornado de preocupación. Y su madre entendía muy bien ese sentimiento, porque aunque le costara aceptarlo, también sufría cuando su amado esposo se iba de casa para salvar a la ciudad.
—Estará bien... es muy valiente y lo sabes —
Besó su frente y acarició su cabello, para después, ponerse de pie y activar los comunicadores.
—Eso espero —
Susurró sintiéndose más aliviada. Por más simples que sonaran las palabras de su madre, siempre eran reconfortantes y de confianza. Selina le transmitía una gran calma a Adele. Ella sabía cuando su pequeña se encontraba asustada o feliz. La conocía a la perfección.
Soltó un suspiro, pensando en las palabras que usaría con Conner, para solucionar las cosas. Probablemente él se encontraba muy molesto y no lo culpaba, ella había cometido un error.
Lucy Quinzel estuvo aquí, junto a Lina Luthor
Informó Tim a través del comunicador.
—¿Y ahora qué demonios quieren esas malditas locas? —
Exclamó la azabache, con un tono de voz molesto.
Lo único que sé es que debemos recuperar lo que se llevaron y mejorar la seguridad en la empresa
Respondió el tercer petirrojo ante la pregunta de su hermana menor.
Nos moveremos por toda la ciudad y las buscaremos en los últimos lugares que frecuentaron. Aquí ya no hay nada que nos sirva
De acuerdo
Contestaron los dos chicos ante la orden de Batman.
—¡¿Algún día podré librarme de la pequeña malcriada de Joker y de los caprichosos hijos del calvo de Lex?! —
Chilló la menor mientras tiraba de sus cabellos oscuros. Gruñó y se levantó de golpe. Estar fuera de la acción, la ponía ansiosa. Lo único que quería era volver a patear traseros, aunque fuese, sólo a los criminales de menor rango
—Bueno... ese es el precio que pagan los héroes —
Respondió Selina de forma burlona.
—¡¿Y ahora qué?! —
Gritó exaltada, Adele, al escuchar montones de disparos y lo que parecía ser una gran y ardua pelea.
—¿Bruce? —
Preguntó Selina con preocupación, al dejar de escuchar absolutamente nada del lado de ellos. Miró con preocupación a su hija, al no obtener respuesta por parte de su esposo. Ninguno de los chicos, respondía al llamado que les hacían.
—Maldición... —
Dijo entre dientes, a la vez que corría a la computadora para acceder a alguna cámara que le dejara ver lo que pasaba, pero nada. Ningún pequeño rastro de los tres hombres.
—Tienes que ir —
Mencionó la ex ladrona de joyas, mirando a la chica, que sólo alzó una ceja.
—¿Te refieres a mi? —
—Si... no sabemos que les pasó... ¿y sí están en graves problemas? —
—No soy la mejor opción para ir —
Empezó a dar vueltas por toda la cueva, mordía sus uñas y pensaba en todas las posibilidades. Algo dentro de ella, sabía que los tres héroes necesitaban ayuda, pero no quería ser ella quien fuera a auxiliarlos. ¿Y sí perdía el control? Pero... ¿y sí no lo hacía y por su culpa, algo malo les pasaba? Pero... ¿y sí se le salía de las manos y lo terminaba empeorando todo?
—Adele... —
—¡Agh! No lo sé —
Chilló revolviendo su cabello.
—Confío en ti —
—Pero... es que... ¿por qué no vas tú? —
—Hace mucho que deje a CatWoman atrás... lo mejor es que vayas tú —
La joven agachó la cabeza por unos segundos, no estaba segura, aún no.
—Estoy segura de que no has perdido el toque... mamá, será mejor sí vas tú —
—Y yo estoy segura de que todo dentro de ti, ha vuelto a lo que eran antes y con mayor fuerza... estoy segura de que has madurado y de que te has vuelto más fuerte —
Exclamó tomándola de los hombros. Le sonrió tratándole de transmitir confianza. Adele sólo necesitaba un empujoncito, para volver a confiar en sí misma.
—Mamá... —
—Cariño... tú puedes hacerlo —
—¿Y sí papá se molesta porque tomé el traje? —
—¿Y sí tu papá se enorgullece de ti? —
La menor sonrió de lado y asintió. Lo haría, después de todo, la mayoría de las veces, las madres tenían la razón. Suspiró y se acercó a la vitrina en donde estaba el traje morado. Lo miró por unos segundos y después lo sacó de ahí. Confiaba en ella, lo haría bien, todo estaría bien.
Salió de la cueva, en la motocicleta. Trataba de tranquilizarse y darse ánimos. Se repetía una y otra vez que ella podía y que lo haría muy bien.
Acabo de enviarte la última ubicación del rastreador de Damian
—Bien... sólo espero que estén bien —
Murmuró para sí misma. Aumentó la velocidad y se encaminó hasta la ubicación.






—En verdad, siento haber tomado el traje aún sabiendo que tú me lo habías prohibido... debes pensar que soy la peor hija del mundo, yo pensaría lo mismo de mi, sí fuese tú, en verdad lo sien... —
Bruce calló a su hija con un fuerte abrazo, ella correspondió y sonrió ampliamente.
—No hiciste nada malo... fuiste de mucha ayuda en la misión y por lo que vi, ya has mejorado —
Comentó acariciando su mejilla con dulzura.
—Gracias... —
Susurró aún sonriente. Había ido a ayudar a sus hermanos y padre, se encontró con Lucy y a pesar de que tenía unas inmensas ganas de acabar con ella, por todo el daño que causaba a su familia, se resistió. Simplemente dejó que se la llevaran a Arkham.
—Sé que nunca lo digo, pero... estoy orgulloso de cada uno de mis hijos —
Habló de forma sincera, sorprendiendo a los dos chicos presentes y a su única princesa. Todos sonrieron y continuaron tratando sus heridas. Adele miró su celular, que tenía un nuevo mensaje de Babs. Lo desbloqueó de inmediato.

Mensaje de Babs.
Dick y Wally lo encontraron... llegaran en
poco tiempo.

Saltó de su asiento y miró a su padre, que de inmediato entendió que algo le quería pedir.
—Lo encontró... necesito verlo, por favor —
Dijo viéndolo con los ojos de cachorrito que había aprendido de Dick.
—Adele... —
—Vamos, Bruce —
Insistió Selina. El mencionado no tuvo otra opción, asintió dándole permiso de ir a su hija.
—¡Gracias! —
Chilló de alegría, al mismo tiempo que le daba un corto abrazo. Corrió a su habitación, para darse una ducha rápida y cambiarse de ropa.
Hizo todo de forma rápida y fue a Monte Justicia, en donde encontró a la mayoría de jóvenes héroes reunidos a la espera de su líder, el velocista y el chico de acero. Adele no paraba de dar vueltas por todo el lugar, ya había esperado mucho y pensaba que ya habían tardado demasiado en llegar.
—¿Por qué no te sientas? —
Le preguntó Babs con una sonrisa de amabilidad.
—No puedo... ¿y sí algo malo le pasa? No sé que haría... yo... —
Calló de repente, al ver que su chico de acero acababa de llegar. No lo pensó dos veces, se lanzó a abrazarlo, Conner tardó unos segundos en reaccionar, la levantó levemente del piso mientras escondía su rostro en el cuello de su amada.
—Que bueno que estás aquí —
Le dijo Adele al borde de las lágrimas, mientras lo miraba a los ojos. El kryptoniano soltó a su novia y miró a otro lado.
—Si... yo... debo ir a descansar —
Habló algo cortante, caminando en dirección a su habitación. La chica bajó la cabeza y lo vió irse, sabía que él seguía molesto y tenía razón, su conducta no era si quiera aceptable para sí misma. Soltó un suspiro y lo siguió a pasos rápidos.
—Dije que quería descansar —
Mencionó el de ojos azules al notar que su novia estaba dentro de la habitación.
—También dijiste que podíamos hablar después de tu regreso —
—Eso dije, pero aho... —
Fue interrumpido, al sentir los labios de la chica sobre los suyos. La tomó de la cintura y correspondió al beso, que era lento y dulce.
—Lo siento... simplemente lo siento.—
Susurró al separarse por falta de aire, recargó su cabeza sobre su pecho y lo abrazó con miedo a perderlo.
—Lo único que quiero es que confíes en mi... y que no trates de huir.—
—No lo haré más... lo prometo.—
Dijo mirándolo a los ojos y sonriendo ampliamente. Esa era la Adele que él conocía. Dulce, con un corazón inocente y puro, despistada y algo infantil.
—Eres la mujer más hermosa y valiente que he conocido —
Susurró acariciando su mejilla con amor.
—Y tú eres el hombre más guapo y dulce que he conocido... y por eso, te amo tanto Conner —
Besó su mejilla y le sonrió dulcemente.
—Yo también te amo tanto, Adele —

The Life of a Wayne Girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora