Los años pasaron rápidamente para Adele y Conner, ver a sus hijos crecer y ayudarlos a formar su propio camino e identidad fue una gran meta, la verdad es que se sentían orgullosos de la familia que habían logrado formar.
Eddy acababa de cumplir quince años, en ocasiones ocultaba algunas de las cosas que hacia durante el día; quería tener sus propios secretos y a la vez ser motivo de orgullo en su familia. Mientras que Elif siempre buscaba un consejo de su mamá o de alguna de sus abuelas antes de hacer algo, porque sabía que ellas tenían buenas ideas y querían lo mejor para ella. Aunque ambos tuvieran personalidades diferentes, tenían una increíble unión, él siempre buscaba protegerla, porque sentía que era su responsabilidad como hermano mayor -y la verdad es que no se quejaba de eso-. Se contaban todo, aunque Eddy tratase de tener sus propios secretos siempre terminaba contándoselos a su hermana y viceversa.—Como lo mencioné antes, deben recibir entrenamiento para que aprendan a luchar de verdad —
—¿Luchar de verdad? Pero... ¿qué acaso no nos han entrenado ya para eso? —
Cuestionó confundido Eddy con el ceño fruncido, mientras bajaba del cuadrilátero al igual que su mamá y hermana lo hacían. Habían terminado el entrenamiento de ese día, Elif quizo que junto a Eddy pelearan con su mamá, está terminó ganando porque ambos se distrajeron un poco; normalmente era así, si perdían contra su madre o alguien más era porque se distraían peleando entre ellos o por cualquier tontería.
Adele terminó de beber de una botella de agua y explicó:
—Ustedes saben controlar sus poderes y como defenderse en caso de un ataque menor... pero si lo que quieren es formarse como súper héroes, deberían mejorar ese entrenamiento —
—Sí, pero, ¿no es suficiente con nuestros poderes? A mí me parece que ya estamos preparados —
—Eddy, soy tu hermana y te quiero, pero... ¡¿no viste como mamá, una simple mortal -sin ofender- nos hizo besar el suelo incontables veces?! Puedes ser muy tonto si te lo propones... —
—No sé tú, pero yo medía mi fuerza —
—Oh, ¿quieres decir que me dejaste ganar? —
Adele se cruzó de brazos y alzó una ceja ante lo último que había dicho su hijo mayor.
—No quería lastimarte —
—De acuerdo... ahora no midas tu fuerza y pelea conmigo —
—Pero eres mi mamá, no puedo hacer eso —
—Es una orden, demuestra que tienes el entrenamiento suficiente —
Retó la mayor subiendo al cuadrilátero. Eddy negó desde abajo con los brazos cruzados.
—Esto será genial —
Murmuró la pequeña Kent sonriendo con malicia.
—Sube ahora... no creo que tengas miedo —
"No creo que tengas miedo". Si algo habían heredado los hijos de la chica Wayne, era su orgullo. Definitivamente cedían ante ese tipo de frases para demostrar que podían ante cualquier reto, porque no eran cobardes. Eddy voló hasta quedar frente a su mamá, con el ceño fruncido y los puños cerrados se preparó para atacar. No se sentía más débil que ella o que alguien más, sabía que sus poderes le daban lo necesario para enfrentarse ante cualquier persona que le pusieran; tenía demasiada confianza en su súper fuerza y en la que está podía llegar a hacer. Sin embargo, estaba siendo demasiado egocéntrico al pensar que no necesitaba prepararse porque ya tenía todo en sus manos para luchar. Sí, sus poderes eran increíbles, pero... ¿qué si no contaba con ellos? ¿O si llegaba a toparse con alguien de su misma magnitud? Y de igual forma, si no sabía que movimiento dar, sus poderes no serían de mucha ayuda.
—Bueno... lo intentó —
Dijo de forma burlona la menor de ojos azules al notar como con un simple movimiento, Adele lograba derribarlo, pues él estaba molesto y no se concentró lo suficiente.
—Sólo intento hacerte saber que aún te falta entrenamiento, no estoy diciendo que no seas bueno en lo que ha... —
—¡Siempre me quieres retener! Me haces pensar que ya estoy listo, pero llegas otro día a decirme que me falta más —
—Cariño, yo no hago eso, escucha... —
—Me enfadé de esperar, ¿crees que no es frustrante, mamá? ¿Crees que no me enfada saber que nunca voy a estar listo? —
—Uhm... esto se está poniendo mal... muy mal... demasiado mal —
—¡Tú cállate! —
—¡Atrévete a callarme otra vez! —
Elif encaró a su hermano de forma molesta. Odiaba con todo su ser que le dijeran un mínimo insulto o la mandaran a callar, como en ese caso. Podía ser alguien muy divertida y amigable, pero estando enojada era otra cosa.
—Es suficiente, no quiero que discutamos —
Adele se interpuso entre sus hijos para evitar un posible enfrentamiento.
—¡Él empezó! —
Chilló la menor señalando a su hermano, que ignoró todo lo dicho y salió de la habitación furioso. La chica Wayne gruñó y revolvió su cabello con frustración, últimamente sentía que perdía el equilibrio sobre la relación con sus hijos, especialmente con Eddy, que ocultaba cosas y se alejaba de a poco.
—¿A dónde va Eddy? —
Preguntó Conner entrando a la habitación.
—No lo sé, se molestó y ahora... simplemente se fue —
—Iré con él —
Anunció la menor saliendo para buscar a su hermano mayor.
La verdad es que Adele sólo buscaba proteger a sus hijos, sabía de las intenciones que tenían sus hijos para formar parte de un equipo de héroes; sabía que ellos anhelaban eso y que constantemente se mostraban emocionados con la idea. Y por supuesto que los apoyaba en sus intenciones, pero como toda mamá, quería protegerlos... no sabía como lo iba a hacer si ellos se alejaban de su lado, ¿cómo se supondría que los cuidaría si ellos no querían de sus cuidados? Entendía los sentimientos de Selina, ya entendía el porque de sus preocupaciones.
Mientras que todo parecía indicar que sus hijos miraban mal su forma de protección, tal vez estaba haciendo algo que era incorrecto, tal vez podía mejorar en lo que hacía. Necesitaba saber lo que hacía mal, para corregirlo y ayudar a sus hijos. Sólo buscaba lo mejor para ellos, porque sabía a la perfección que no soportaría el dolor de perder un hijo.
—¿Sabes? Antes... cuando era más pequeña, solía pensar que mamá te amaba más a ti —
Habló Elif sentándose en el columpio de al lado de su hermano, el cual sólo la miró confundido.
—¿Por qué pensaste eso? —
—Porque... parecía cuidarte más, preocuparse más por ti que por mí. Pero yo misma descubrí que estaba equivocada, que mamá te "cuida más" porque no escuchas, prefieres ignorar ciertas cosas que son importantes —
—Eso no es verdad... —
—Lo es... Eddy, mamá tiende a protegerte más porque sabe que no haces lo que te aconseja y que por ello puedes salir mal... yo siempre he preferido escuchar lo que ella me dice —
El mayor frunció el ceño, se quedó observando a los demás niños que habían en el parque, muchos corriendo detrás de otros. Recordó cuando era más pequeño, solía pedir algodón de azúcar color azul para él y el morado para su hermana... no jugaba con los otros niños, prefería explorar. Sí, le gustaba imaginar que sólo los más valientes podían lograr subir a la copa del árbol, y una vez lo intentó. Su mamá le compraba un helado a Elif, mientras él trepaba el árbol, sabía que estaba mal porque ya le habían dicho que podría lastimarse pero iba a demostrar que se equivocaban. Subió y al estar en lo alto, gritó: "¡mira, mamá! ¡Soy el niño más valiente del parque!" Ese día no trataba precisamente sentirse valiente, sino escuchar que su mamá estaba orgullosa de él. Siempre quería sorprenderla. Eso cuando era un niño y aún no descubría sus poderes. Pero al crecer, le pareció que su mamá sólo buscaba retenerlo y que no lo creía capaz de ser como lo era ella, como lo era su papá, o sus abuelos. Pensaba que ella lo veía como alguien débil. Eso sentía cuando Adele le decía que aún le faltaba más.
—¿Dices que... que mamá sólo busca cuidarme? —
—Sí, eso es lo que buscan la mayoría de las madres, ver a salvo a sus hijos... tal vez ella esté asustada, piense que algo podría pasarnos, por eso dice que falta más... no lo dice con malas intenciones, estoy segura de eso —
—Ahora siento que exageré —
—Uhm... algo, pero se puede solucionar —
—Abby, a veces pareces ser la mayor —
—Tres cosas. Una, no me gusta Abby, prefiero Elif. Dos, a veces sí parezco la mayor. Tres, sólo es a veces porque tú siempre eres el de las buenas ideas y él más valiente de los dos —
—Tú eres muy valiente... más que yo... y más lista —
—Lo somos por igual —
Sonrieron y se dieron un corto abrazo. Se pusieron de pie y juntos emprendieron camino hacia la casa. Eddy lo había pensado mejor, empezaba a comprender lo que su mamá quería para ellos, así que antes de llegar a casa, fue a comprar algo para Adele, un pequeño detalle.
Al llegar a casa, fueron a la habitación de sus padres en donde encontraron a Conner haciendo una mochila y Adele escribiendo algo en su laptop.
—¡¿Qué?! ¡¿Papá se va de la casa?! —
Chilló frustrada y con temor Elif, logrando llamar la atención de los mayores.
—¿Eh? —
—Él está empacando, ¿por qué? —
—Ah... íbamos a hablar de eso con ustedes —
Empezó a hablar la chica Wayne dejando a un lado lo que hacía.
—Sí, bueno... —
—¿Te vas o no de la casa? Sólo aclárame eso, para empezar a hacer mi drama —
—Me voy, pero no creo que sea por lo que crees —
—Debe salir a una misión, se irá junto a Kara y Clark —
La menor abrió la boca soltando un "oh". Sonrió nerviosa y chasqueó la lengua, a veces mal interpretaba ciertas cosas; como la vez que creyó que su mamá estaba embarazada y que le quitarían el puesto de "pequeña princesa" -bueno, esa idea se la había hecho creer Eddy-, o la vez que pensó que echarían a Krypto de la casa -eso pasó cuando eran más pequeños, logró entristecer a su hermano mayor que quería mucho al can-.
—¿Nos dejarás solos? —
—Será poco tiempo, no creo que me extrañen mucho, ¿o sí? —
—¡Por supuesto que sí! —
Abrazó a su papá e hizo un puchero, Conner acarició su larga cabellera azabache y le sonrió.
—Volveré pronto mi pequeña —
—¿Puedo ir contigo? —
—Eso no se puede, lo siento —
—Pero... ¿por qué no? Si no quieren que salga a pelear, puedo contarles chistes para que se entretengan —
—Lo siento cariño, pero no puedes ir —
La menor volvió a hacer un puchero, decidió rendirse mejor.
—Yo también te voy a extrañar, papá —
Habló Eddy formando una ligera mueca, como la que hacía él mismo si algo le desagradaba.
—Cuidarás a tu hermana y mamá mientras estoy fuera, ¿de acuerdo? —
—De acuerdo —
—¡No necesito que me cuiden! Bueno... de las gomitas con forma de ositos sí —
—Uhm... mamá, ¿podemos hablar? —
La mencionada asintió, salió de la habitación junto a su hijo, que rápidamente al estar solos le extendió la flor amarilla que había comprado para ella.
—¿Y esto? —
—Quiero disculparme por haberte gritado... tú eres mi mamá y sé que sólo quieres protegerme... además, se siente mal discutir contigo —
Adele sonrió, aceptó la flor observándola por unos segundos. Ese acto siempre había sido su forma de pedirle perdón a ella, la primera vez que lo había hecho fue cuando tenía cinco años. Después de clases, la maestra había pedido hablar con ella porque Eddy había golpeado a un niño -algo que no era en absoluto común en él-, ¿la razón? Había visto a un compañero suyo molestando a una niña y quizo defenderla. Sabía que su mamá se había molestado por eso y decepcionado -bueno, eso creía-, por ello se acercó más tarde y le entregó una flor del mismo color.
—Cariño, yo soy quien se disculpa... sé que estás listo, pero... quiero asegurarme de que nada malo te pase mientras estes solo —
—Aún me falta aprender más, así que... ¿podrías seguir enseñándome? —
—Claro, mi pequeño osito —
Acarició sus mejillas y besó su frente.
—Ya no soy un bebé —
—Guarda silencio, sabes que siempre lo serás —
Dijo divertida despeinando sus cabellos oscuros.
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The Life of a Wayne Girl.
FanfictionSegunda parte de My new life. My new family. Dos años han pasado desde el encierro de Lucy Quinzel. Nuevas aventuras en la familia Wayne, problemas de pareja entre Adele y Conner, viajeros de otros sitios... una muerte inesperada... The life of a Wa...