Ghost of you.

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—Quiero que esa mujer pague por lo que le hizo a mi hija.—
Dijo Selina con odio, viendo cómo enterraban a su pequeña. Bruce apretó su mano y no respondió. Holly no se molestaba en tratar de no verse débil, lloraba desconsoladamente por la partida de su mejor amiga.
Por el momento, no harían pública la noticia, puesto que no querían estar lidiando con la prensa y que con sus preguntas el dolor fuera más intenso. Aunque, con lo sucedido en el hospital ya se especulaba que algo trágico había pasado en la familia; Karol trató de encargarse de que los médicos que habían ayudado a atender a Adele, no dijeran ni una sola palabra y que no cuestionaran.
—Te amo para siempre.—
Murmuró el chico de acero cerrando los ojos y dejando que sus lágrimas se mezclaran con la lluvia. ¿Por qué tenía que ser así? Se preguntaba. ¿Por qué cuándo todo parecía ir tan bien y el final feliz estaba cerca? ¿Por qué en ese momento?
Miró hacia el cielo y rogó que fuera una pesadilla. Prometió protegerla y dar su vida por ella, pero no lo hizo. Ya podía comprender a Johnathan. Podía comprender el dolor que él sintió cuándo había perdido a aquella chica que empezaba a amar con intensidad. Comprendió el dolor que una persona sentía cuándo le arrebataban a quién más amaba.
No cumplió su promesa. No la pudo proteger. Fracasó en su misión.
Recordó la vez en que la acompañó al funeral de sus padres adoptivos. Recordó cada una de sus palabras.

Me dijeron que... m-me dijeron que m-me verían desde una estrella... ¿c-crees que sea cierto?—
Le preguntó con la misma inocencia que tendría un niño pequeño. Él apretó su mano y le besó la cabeza. Meditó por un tiempo la respuesta que le daría, pues no quería herirla de ninguna manera.
—Así será, cielo... ellos te cuidarán desde ahí... desde una estrella, porque eran buenas personas.—
—Si lo eran... y apuesto a que estarán en la misma estrella por la eternidad.—
Murmuró cerrando los ojos y dejando caer más lágrimas. La abrazó y no la soltó hasta que ella se lo pidió.

Estás en un lugar mejor...probablemente estés en la misma estrella que tus padres, porque también eras una buena persona.—
Susurró manteniendo su vista en el cielo. Pudo ver su sonrisa y escuchar su voz decirle: "Todo estará bien." Pudo verla a un lado suyo, apretando su mano y susurrándole un: "Te amo." La iba a extrañar y jamás la iba a olvidar. No tenía planes de seguir con su vida, de encontrar a alguien más con quién compartir su vida. Pero sí algún día lograba superarla y formar una familia, le contaría a sus hijos de aquella chica maravillosa. Desde ese momento, probablemente haría cualquier cosa, no sólo por él, sino también por ella.
—Creo que...creo que habría dicho que si.—
Le dijo Holly con un tono de voz muy entristecido. Limpió unas lágrimas y sonrió.
—Si...estaría vuelta loca con los preparativos.—
Respondió soltando una pequeña risa.
—Y más loca por conseguir el hogar perfecto...la voy a extrañar.—
La melancolía volvió, abrazó a su amigo y lloró nuevamente. Se separaron después de unos segundos, la rubia sorbió la nariz y rió.
—Estaba loca... y yo también lo estoy... ella.. e-ella siempre era cómplice de mis tonterías y nunca me abandonó... Adele, fue, es y será siempre mi mejor amiga.—
Holly miró hacia la lápida y un nuevo nudo en su garganta se hizo presente. Conner cerró los ojos y recordó el día en que había acompañado a Adele al baile escolar.






¿No vas a bajar?—
Adele se escondió nuevamente y cubrió su rostro con sus manos. Selina negó con la cabeza mientras reía. Acarició su cabello y le preguntó el porque. Ella bajó la mirada y jugueteando con sus manos, respondió:
—No creo verme lo suficientemente bonita para él.—
—Cariño, pareces una princesa.—
Le dijo con dulzura y honestidad.
—¿Crees que él piense eso? Es decir...él está abajo y se ve hermoso vestido así...¿crees que yo me vea a su altura? Refiriéndome a belleza, claro...porque a la otra altura, lo dudo.—
Su madre volvió a reír por lo último que había dicho.
Por otro lado, Conner estaba escuchando toda la conversación. Deseaba con todas sus fuerzas que ella dejara toda esa inseguridad y que bajara, para así poder decirle, lo bella que lucía.
—Baja y averígualo.—
La menor soltó un suspiro y asintió. Se armó de valor y con los puños cerrados bajó las escaleras. Al notar que la mirada azulada del chico de acero estaba posada en ella, se relajó un poco y acomodó la parte de abajo de su vestido. Tomó una gran bocanada de aire y por fin había llegado con él.
—Hola.—
Dijo sonriendo con las mejillas sonrosadas, el chico rió y acarició su rostro. Le dió un beso en la frente.
—Te ves hermosa.—
—G-gracias... tú te ves... espectacular.—
Respondió en un suspiro, que le causó ternura.
—Bueno... no luzco tan bien como tú... pareces una princesa sacada de los cuentos de hadas.—
—¿De qué hablas? Tu pareces un dios griego.—
Comentó dándole un golpecito en el hombro con diversión. Ya estaba, le había dado la confianza que necesitaba.
—¿Nos vamos?—
—Claro.—
Le dió la mano y juntos empezaron a caminar hacia la puerta, pero antes de salir, una voz los detuvo.
—¿Se van sin una foto?—
Cuestionó Selina apareciendo con una cámara. Ambos posaron para la foto. Conner la tomaba de la cintura y ella abrazaba su nuca, ambos mirándose a los ojos y ofreciéndose una linda sonrisa. Después rieron, pues Bruce decía que estaban "demasiado juntos para una foto".
Subieron a la limusina, en la escuela se encontrarían con Tim y Damián; el primero iba a llevar a una chica en plan de "amigos" y el segundo llevaría a Annie, su novia.
—Llevaste el vestido que elegí.—
Habló el chico durante el camino.
—Mi papá había elegido un color muy extraño, Jay eligió uno muy feo, Dick uno muy anticuado, Tim uno muy tapado y Damián uno muy colorido...tú supiste elegir.—
Explicó la chica con una sonrisa en los labios.










The Life of a Wayne Girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora