Superpoderes.

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Es cierto que desde el primer momento en que Eddy miró a su pequeña hermana, algo dentro de él le dijo que esa bebé era algo frágil y por ello, debía cuidarla. Sí, era pequeño cuando la conoció, pero al crecer fue desarrollando más su sentido de protección. Estaba atento a cualquier cosa que le sucediera a la pequeña bebé, se asustaba cuando ella lloraba; si no la veía, preguntaba preocupado "¿y la bebé? Mamá, ¿dónde dejaste a mi bebé?"
Y no se puede negar, que hubo un momento en el que sintió que la menor se robaba la atención, pero su mamá le explicó que no era así, que Elif era una bebé y por tanto, ocupaba un poco más de cuidados, incluso, le explicó que él como su hermano mayor, podía ayudar a cuidar a su hermana. Eso lo ilusionó mucho, pues sentía que le estaban encargando una importante misión como las caricaturas de las que hablaba Hailee y Max.
Ah, y por supuesto que Elif adoraba a su hermano.
Se preocupaba por él cuando lo veía triste.
Como aquella ocasión en que llamaron de la escuela a Adele, para informar que al parecer Eddy se sentía mal...
—¿Dónde está? —
Preguntó preocupada al ver a la maestra acercarse.
—Quise llevarlo a enfermería, pero él se resistió, dijo que quería estar solo —
Respondió siguiéndole el paso.
Pidió que la dejaran a solas con su hijo. Estaba en el jardín de la escuela, sentado en el pasto, con el rostro escondido entre las manos.
—Cariño, ¿quieres decirme qué pasó? —
El menor negó con la misma posición. Su mamá se sentó a su lado, acarició su cabeza y lo abrazó.
—Cuando quieras hablar, puedes hacerlo, ¿está bien? Yo me quedaré aquí contigo —
Sin dejar de abrazarlo, guardó silencio. Se dedicó a esperar a que su hijo quisiera decir algo. Cerró los ojos y empezó a dejar suaves caricias en su cabello, hasta que escuchó que él empezó a llorar.
—Mamá... es que no entiendo —
Susurró con la voz quebrada. La azabache sintió que su corazón se rompía al ver tan vulnerable a su hijo, frunció los labios y no lo soltó.
—Mi pequeño osito, puedes decirme lo que sea, yo siempre voy a estar contigo, lo sabes, ¿verdad? —
Eddy asintió y se acurrucó con ella.
A los pocos minutos, decidió hablar y le contó el como se sentía, ella se asustó con lo dicho, pero no dejó verlo porque era su madre y debía mantener una buena postura. Lo sacó de la escuela y fueron hacia la casa de los abuelos Kent, Conner ya la esperaba allí junto a Elif.
—¡Hermanito! —
Chilló la pequeña Kent corriendo hacia donde estaba el mencionado, que sólo cerró los ojos y dejó que lo abrazara.
—Cariño, tu hermano se siente un poco mal, deberíamos dejarlo descansar, ¿de acuerdo? —
—¿Un poco mal? ¿Qué le pasa? ¿Se pondrá bien? —
—Por supuesto que sí, no te preocupes pequeña —
Le respondió el abuelo Clark.
—Acompáñame, querida —
Le dijo Lois, a lo que ella asintió y tomó su mano para acompañarla a la cocina.
Lo que sucedía es que tal como lo había predicho Lina, quien con el pasar del tiempo, se ganó un poco -realmente muy poco- de la confianza del matrimonio Kent-Wayne, Eddy estaba desarrollando sus primeros poderes. Y bueno, fácil no iba a hacer. El pequeño estaba asustado y no entendía mucho sobre las habilidades grandiosas que tenía; aunque claro, sus padres fueron muy pacientes explicando y nunca lo abandonaron. Tanto Eddy como Elif ya sabían sobre las identidades secretas de sus padres; eran muy inteligentes, entendieron que nunca debían hablar sobre ese tema con otras personas y sabían que si en algún momento ellos querían formar parte del grupo de héroes, lo harían con el apoyo de su familia.
Ese día, Elif estuvo preguntando y preguntando que le pasaba a su hermano, realmente no lo entendía, porque no le dolía la cabeza o el estómago, no tenía un resfriado o una rodilla lastimada; quería una explicación y Conner se la dió, trató de explicar lo mejor que pudo para que ella entendiera.
—¡Eddy! No pasa nada, no te pongas triste... papá dijo que está bien —
Exclamó la menor, entrando a la habitación. Con sus palabras pretendía hacerlo sentir mejor, para que quitara su tristeza.
—¿Ah? —
—¡Sí! Papá me dijo que no tienes nada malo, que todo pasará pontro... no... pon... po... —
Frunció el ceño al no poder completar la ultima palabra, siguió intentándolo, pero no pudo conseguirlo, al final eso le causó gracia a su hermano.
—Pronto, se dice pronto —
—¡Eso! —
Ambos soltaron una risa, Abby se sentó en el suelo quedando frente a frente del pequeño de siete años.
—Vas a ser un héroe, como papi, como mami, como el abuelo Bruce, como el abuelo Clark... como los tíos —
Sonrió feliz por aquello, en verdad se llenaba de alegría al saber que su hermano tenía poderes. ¡Eso era genial! Ella también quería poderes, para usar un traje con capa y salvar a personas... o tal vez a lindos gatitos. Sí, ella quería salvar lindos gatitos.
Y es que él era su ejemplo a seguir, le gustaba intentar lo mismo que hacia su hermano... sí, saltar desde los últimos tres escalones de las escaleras o dejar de beber leche, porque ya era grande... bueno, eso no, era difícil, ella amaba la leche con chocolate.
—No lo sé... —
—¿No lo sabes? —
—Siento que lo hago mal —
—¿Mal? ¿Qué haces mal? —
—No sé usar mis poderes... lo hago muy mal —
La pequeña azabache frunció el ceño, ¿cómo que no podía hacerlo bien? ¿Era muy difícil volar y esas cosas? Pero... en sus caricaturas se veía muy fácil, sólo era alzar un brazo y ya... o eso creía.
—Pero... no entiendo —
Murmuró confundida.
—Después entenderás —
—Eddy... ¿puedo elegir el color de tu capa? —
Preguntó inocente, pensando que ella se encargaría de todo el diseño del traje de su hermano. Eddy la miró sonriendo, sabía que su hermana era así, que siempre se quería encargar del diseño de las cosas.
—Sí... —
—Robemos gomitas en forma de ositos —
Propuso la pequeña azabache, porque al igual que Adele ellos amaban esa clase de gomitas.
Eddy negó, no quería salir de la habitación y tampoco quería hablar con nadie, pero sabía que Elif era insistente y no quería sonar grosero con ella, diciéndole que se fuera.
—Cariño, te dije que Eddy necesitaba descansar —
Habló Adele entrando a la habitación.
—Está bien... —
Se inclinó para besar la frente de su hermano, después se levantó y salió de la habitación. Bajó las escaleras y se sentó en el sofá, empezó a jugar con sus pies, minutos después vió que su mamá se sentaba junto a ella.
—Mami, ¿cuándo sea mayor me pasará lo mismo que a Eddy? —
Adele la miró con una pequeña sonrisa, acarició su cabello y suspiró.
—Es probable... —
—¿Duele mucho? —
—No, es sólo que... es difícil, porque es algo nuevo a lo que deberás acostumbrarte, no hay de que preocuparse —
La menor abrazó a su mamá y guardó silencio por un momento.
La verdad es que Eddy estaba sintiendo el peso de ser diferente a los demás. Era un niño y como tal, sólo quería pensar en jugar y divertirse, no en que debía controlar sus poderes para no lastimar a nadie. En un principio, no lo aceptó, dijo no querer poderes y lloró por no poder aprender a controlarse; pero con el pasar del tiempo, logró hacerlo y aceptar las habilidades que tenía, ese no era un momento para pensar en usar una capa o querer convertirse en un súper héroe, su mamá pensaba concederle el deseo cuando fuese más grande. Su entrenamiento sólo consistía en saber controlar sus poderes, porque Adele quería que sus hijos vivieran relativamente normal, no los quería involucrar más de lo que ya en el mundo de los súper héroes.
Pronto llegó el turno de que Elif recibiera el mismo entrenamiento que su hermano, con ella no fue tan difícil, porque se mostraba emocionada con sus poderes y aunque era pequeña, se mantenía positiva y atenta a todo lo que le enseñaban.
—¡Mira mamá! —
Llamó Elif con una enorme sonrisa. Adele abrió los ojos ampliamente, dejó a un lado lo que estaba haciendo y caminó hacia donde su hija.
Estaban en la mansión Wayne, visitando a sus abuelos que tanto habían pedido ver a sus queridos nietos.
—¡Baja de ahí, en este instante! —
—Pero es divertido —
—¡Mira mamá, yo también! —
—¡Eddy! ¡Baja tú también ahora! —
Bruce volteó hacia arriba, sonrió divertido y volvió nuevamente su vista hacia el periódico. En verdad había deseado con todas sus fuerzas ver a sus hijos histéricos por las travesuras de sus propios hijos.
—¡Esto es tan divertido! —
—¡Los dos abajo, ahora! —
—Pero... ¿por qué? —
—¡Kon-El, diles algo! —
El mencionado alzó la vista, ladeó la cabeza prestando atención a lo que sus hijos hacían.
—¿Bien hecho? —
—¡No seas tonto! ¡¿Qué no ves que trato de hacer que bajen?! ¡Deja el maldito sandwich ahí y haz que bajen! —
—Pero... ¿por qué? —
—Agh... ¡Abby Elif, baja ahora! ¡Y tú también, Eddy! —
—Pero no puedo mamá... —
—¡¿Cómo que no puedes?! —
—Es que no sé como hacerlo —
Explicó la menor alzando los hombros. La chica Wayne gruñó y miró a su esposo que estaba sentado comiendo y a la vez, sonriendo por lo que sus hijos hacían.
—¿Está delicioso? —
Cuestionó señalando el emparedado.
—Si... —
—Y estás muy cómodo, ¿no? —
—¡Mamá! Quiero bajar, pero no puedo —
Exclamó algo alterada la pequeña de ojos azules. Adele gruñó y de un manotazo tiró lo que estaba comiendo su esposo, el cual entendió lo que le quería decir. Se levantó y miró como sus hijos volaban por encima de su abuelo, que sólo había levantado la vista un par de veces... ya se estaba acostumbrando a eso.
—Abajo ahora —
Ordenó con voz seria.
—¡Te juro que no puedo! —
Respondió la más pequeña.
—Pero... ¿por qué tengo que bajar? —
Preguntó Eddy con confusión. Conner suspiró y tomó a ambos de un pie y los hizo bajar.
—¡Ya pude! —
Chilló feliz la menor.
—Es la última vez que hacen eso —
Regañó Adele, a lo que sus hijos se quejaron.
—Pero mamá, sólo estábamos practicando —
—¿Practicando? Me parece que les dije que hay un lugar especial para eso —
—No lo hicieron tan mal —
Comentó el chico de acero alzando los hombros.
—Cariño, estás pagando por todas las travesuras a las que te les unías a tus hermanos —
Habló Bruce sonriendo. Se puso de pie y salió de la sala, para dejar que su hija menor lidiara con sus asuntos.







¡Hola a todos!
Espero que les haya gustado el cap de hoy, tanto como a mí me gustó escribirlo.
¡Les deseo una feliz navidad! Siento que les tengo un enorme aprecio a pesar de que no los conozco directamente, les agradezco un montón por el apoyo que le dan a la historia y por siempre sacarme una sonrisa con sus comentarios, votos y mensajitos ❤️
Deseo que tengan un día maravilloso y sin más que decir...
¡Les mando un caluroso abrazo! 🥰

The Life of a Wayne Girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora