Peter en un principio no sabía lo que estaba pasando. Había tantos monstruos a su alrededor. Todos peleaban y poco se enteraban de lo que se desarrollaba en su entorno. El campo de batalla era un solo coro de gritos y disparos. O al menos fue así hasta que repentinamente el silencio se apoderó del ambiente. Peter. Miró con asombro como todos los malos se desvanecían en una nube de polvo. Quiso estar feliz, sin embargo, algo se sentía distinto. Su sentido arácnido hormigueó, y por un segundo creyó que él también se desvanecería de nuevo, sin embargo, pronto entendió lo que ocurría.
Pepper aterrizó junto a un cuerpo, Peter supo entonces de quién se trataba.
Con el corazón latiendo a mil se acercó a Tony. El rostro del menor ya estaba bañado en lágrimas y no podía dejar de gritar. Aunque Peter no era consciente de ello.
El capitán se acercó rápidamente y retuvo al chico entre sus brazos mientras veían a Pepper movilizarse rápidamente; al parecer su armadura estaba equipada con lo necesario, al menos para primeros auxilios.
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Si bien habían ganado, los vengadores y los demás héroes estaban en un estado de shock. Tony se debatía entre la vida y la muerte. Los cinco vengadores originales se quedaron a lado de Stark, mientras los demás superhéroes se dedicaban a ayudar a todas las personas que habían regresado y a reparar los daños.
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Peter volvió con la tía May. Encontraron un lugar temporal donde quedarse en lo que lograban reubicarse. El joven arácnido no pudo evitar deprimirse. Tony, Tony los había salvado a todos y él no podía hacer nada al respecto para ayudarlo. Por otro lado estaba feliz de ver a la tía May, la cuál había desaparecido también con el blip. Volver a la normalidad les llevaría mucho tiempo.
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El celular de Peter sonó. Un simple "Bing" que indicaba la llegada de un mensaje.
"Tony está de vuelta".
Un mensaje conciso. Seguramente era Natasha, ya que el número era desconocido.
Le tomó menos de dos segundo tomar una chaqueta y encontrarse corriendo al hospital donde lo habían internado. Su corazón latía apresurado, podía sentir la adrenalina por todo su cuerpo y la esperanza resurgir de manera arrolladora de finalmente ver a Tony de nuevo.
No supo cuánto tiempo le llevó llegar al lugar, pero todas las miradas se fijaron en él cuando entró de manera intempestiva, sudado, su cabello enmarañado y sus ojos brillantes de emoción.
—¿Dónde está él?—fue lo primero que preguntó.
Los presentes le dedicaron una mirada indescifrable.
Peter se inquietó ante ello.
—¿Qué sucede?—cuestionó está vez, con un tono de preocupación.
Antes de que nadie pudiera responder, el sonido de unos tacones los interrumpió. Al ver que se trataba de Pepper, Peter se acercó de inmediato a ella.
—¿El señor Stark está bien? ¿Puedo pasar a verlo? ¿Se encuentra despierto?
Pepper le sonrió cálidamente, aunque sus ojos seguían luciendo apagados. Colocó una mano en el hombro del chico para transmitirle calma.
—Él está bien—dijo ella—pero...
—¿Pero?—Peter lucía desesperado por ver a su mentor.
—Él no quiere ver a nadie. Se negó a dejarme entrar incluso a mí—Pepper se sobó las cienes—. El único que ha podido verlo es Strange.
El semblante de Peter decayó un poco, pero no por mucho tiempo. El chico sonrió.
