Desastre Stark

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Tony era una persona admirable. Los vengadores debían admitir que a pesar de ser unos años más jóven que todos ellos, tras sus ojos se escondía una increíble experiencia y sabiduría que ninguno de ellos tendría nunca. Ni siquiera Steve Rogers podía compararse mínimamente con alguien como Tony Stark.

A la edad de 16 años había perdido a sus padres. Poco tiempo después fue traicionado por Obadiah Stane, y debido a esas circunstancias se había convertido en Iron Man a una corta edad.

Al cumplir 18, Anthony contrajo matrimonio con su hasta entonces mejor amiga, Virginia Potts, y ambos se amaban profundamente. Tal era la situación, que inmediatamente tuvieron a su primera hija que llamaron Nebula; la chica había heredado el cabello oscuro de su padre y los ojos azules de su madre. Nebula siempre fue una niña seria y demasiado madura, que inmediatamente mostró una clara inteligencia y un gusto por la administración tal como Pepper. A ella le siguió la pequeña Riri, la cual adoptaron unos años después, pensando en que ya no tendrían más hijos. Sin embargo, más tarde que temprano un embarazo doble los tomó por sorpresa; Peter y Harley, un par de pequeños revoltosos con mirada de angelitos que siempre conseguían lo que querían. Posteriormente llegó Johnny, quién fue la viva imagen de su madre y finalmente, la adorada Morgan quién fue el mismo retrato de Tony.

Así que el hecho de que todos en el complejo pensaran que Tony era un hombre increíble e impresionante, se debía precisamente a esa larga lista de pequeños Stark que en ocasiones podían volverlos locos.

Cuando conocieron a Tony y conocieron su vida privada, este solo tenía a Nebula y Riri. Con el tiempo, todos pudieron admirar como el complejo de los vengadores se llenaba de vida cuando los demás hijos de este llegaron para alegrarles la existencia. Ninguno de ellos entendía cómo es que Pepper y él se las arreglaban para tratar con todos esos niños tan especiales y diferentes unos de otros, mientras que uno era un héroe e ingeniero y la otra, la CEO de una reconocida empresa.

—¡TOOOONYYYYYY!

El grito resonó por todo el complejo y todos en el lugar se pusieron alerta.

El nombrado, que estaba en su oficina revisando unos papeles, ni siquiera despegó su vista de ellos, sabiendo que pronto un furioso arquero llegaría solito hasta su oficina.

—¡Tony!—lo dicho, Clint se paró a la entrada de su oficina luciendo una expresión furiosa en su rostro.

—¿Qué ocurre, Legolas?

El rostro de Clint enrojeció de molestia ante el desinterés del genio.

—¡Tu pequeños revoltosos sabotearon mis flechas!

—mmm ¿Y?

Clint cerró la distancia entre ellos y dejó caer su mano con fuerza sobre ese documento que le robaba la atención del castaño.

—¡Arruinaron el entrenamiento! ¡Estoy hecho un desastre porque todo me explotó en la cara! ¡Sí llego a atrapar a esos renacuajos...!

—¿Cómo sabes que fueron ellos?—indagó el genio con una increíble paciencia, decidiendo finalmente mirar a su compañero de equipo.

—¿Quién más podría ser?—bufó Clint, dejándose caer en la silla frente al escritorio de manera cansada—Tony, sé que son tus hijos y que seguramente los amas con todo el corazón pero... Sino haces algo al respecto me iré de aquí.

Tony lo miró retirarse, y entonces se sintió mal. Jamás había detenido a sus hijos de hacer travesuras, siempre y cuando no fueran demasiado lejos. Tony los dejaba hacer pues tenía la firme creencia de que eso los ayudaba a desarrollar su ingenio y demás. Sin embargo, al parecer habían cruzado esa delgada línea entre bromas y las verdaderas conscencuencias. Cuando alzó la vista nuevamente, el resto de los vengadores lo miraban de manera inquisitiva. Tony suspiró y se puso de pie.

Irondad//OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora