Hermanos, héroes

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Cuando Tony los encontró eran apenas unos niños. Los tres vivían en un barrio bajo, en condiciones demasiado precarias, en una vieja casa abandonada que habían logrado acondicionar para sobrevivir las inclemencias del tiempo.

Tony había estado en una situación muy crítica en aquel entonces. Tenía un grave problema con el alcohol que lo estaba llevando a la ruina, no solo económica sino personal. Ser una figura pública no le impidió ser el foco de varios escándalos. Fue así que su padre Howard lo destituyó de su puesto de director y terminó en aquel barrio bajo, golpeado, alcoholizado y la visión borrosa.

Recordaba haber escuchado un chillido. Al principio no supo si se trató de algún animal o una persona, pero luego, el sonido se repitió y Tony prestó más atención. Con dificultad se puso de pie del suelo y se tambaleó un poco antes de poder ordenar a sus pies a moverse. A pesar de su visión tan borrosa, pudo ver claramente que a un par de calles parecía haber un incendio.

No tuvo idea de cómo lo hizo, solo supo que sintió un enorme instinto de protección al escuchar a un niño gritar dentro de aquella casa en llamas.

-¡Mi hermano está ahí! ¡Mi hermano está ahí!-dijo un pequeño de ojos azules y brillantes de lágrimas.

Tony no esperó más tiempo y se lanzó al rescate. La tensión, el calor y el humo al parecer le bajaron la borrachera.

El recuerdo de aquel día no era muy nítido, pero Tony sabía que lo había logrado. Salvo a los dos pequeños que se habían quedado atrapados y le alegró el momento al chico mayor, pues este no pensó que pudieran salir ilesos.

Después de aquello, Tony los llevó con él. Le costó trabajo convencerlos, pero dado que no tenían nada, decidieron que podían aceptar de "momento" la ayuda. Tony se había querido reír ante ellos, pues era cómico escuchar a un trío de niñitos diciendo tales palabras.

En fin. Tony los llevó a la torre Stark, algo que les llevó mucho trabajo, pues los cuatro lucían como un montón de vagabundos. Tony se dió cuenta que su traje de tres piezas no le valía de nada estando así de sucio y roto. Finalmente Tony logró que le prestaran un celular para llamar a Happy y que fuera por ellos.

Al llegar a la torre les dió una habitación a cada uno. Le pidió a JARVIS que les consiguiera ropa y todo lo que podrían necesitar, mientras él, se haría cargo de su propio aseo. Había sido un día y una noche muy agitada después de todo, pues entre que fue "despedido" por su padre, se embriagó en quién sabe que bar y fue asaltado, terminó tirado como trapo de inmundicia en alguna callejuela.

Tony terminó tan cansado, que después del baño que se dió, se olvidó de los críos que había traído consigo y se arrojó a la cama, cayendo dormido casi al instante. Tony Stark estaba perdido y no quería saber nada del mundo de los vivos hasta otro día.

***

A la mañana siguiente después del incidente, Tony se levantó después de las 4 de la tarde y se dirigió a la cocina. Se quedó petrificado al adentrarse un paso en el lugar, pues tres chiquillos castaños estabas sentados a la isleta de la cocina.

Tony parpadeó confundido.

-Mmm JARVIS, llama a un psicólogo, estoy viendo tres niños en mi cocina-murmuró Tony completamente confundido.

Uno de los niños, el más pequeño, soltó una risita boba. Los dos mayores lo mandaron callar.

-Usted llegó con ellos anoche señor-respondió la IA.

Tony no recordaba nada. Estaba a punto de tomar cartas en el asunto y correrlos, cuando la puerta se abrió y Happy apareció.

-Tony, tu padre te quiere en la junta de socios, me ha mandado por tí para que-Happy se detuvo abruptamente de continuar, pues Tony parecía un desquiciado mirando a los tres pequeños-¿Sucede algo?-inquirió el guardaespaldas.

Irondad//OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora