PVO DE CHRISTIAN GREY
AGOSTO DE 2020
Estoy en mi trabajo, es un bufete llamado Grey House, porque lo conformamos la familia Grey, por ende hay más personal que no es de la familia, administrativos, auxiliares administrativos, asistentes, personal de limpieza, etc. El Gerente General es mi padre, él tiene dos doctorados, uno en derecho Civil y el otro en Derecho Penal, es muy reconocido a nivel mundial, no solo está en el despacho, también litiga, asimismo lo hacemos sus hijos, Elliot tiene dos maestrías una en derecho Laboral y otra en derecho Constitucional, mi hermana Mía está estudiando la maestría en derecho Tributario y yo apenas me he titulado en derecho Comercial.
Después del trabajo, voy directo a ver a mi prometida que está en el hospital, gracias a Dios mi madre trabaja en él, aunque mi madre es pediatría, nos apoya para pasar a verla e informarnos sus avances, sus compañeros doctores le tienen una gran estima.
En las guardias de las noches, conocí a una chica que me impresionó su belleza, desde que la vi en el pasillo de los enfermos con cuidados especiales, mi corazón latía a mil, ella estaba absorta en sus pensamientos, pero hubo un día que volteó donde yo estaba, fue algo mágico para mi observar sus lindos ojos azules, piel blanca, cuerpo esbelto, cabello castaño, no vestía extravagante, pero su ropa era de calidad.
Tuve que acercarme a saludarla, estaba embrujado de solo mirarla, y su voz..... Dios su voz como canto de ángeles celestiales, en cuanto me dijo hola, mi cuerpo se electrizó, era una sensación muy diferente a la que sentía por mi prometida, podría jurar que Leila nunca despertó en mi esta misma sensación como la que estoy sintiendo, atrapado por su voz y belleza empezamos a presentarnos, no le quise decir mi apellido, sabemos que mucha gente se acerca a nosotros por lo conocidos que somos y nuestra riqueza.
Entre más hablábamos, algo creció en mí, una necesidad de estar con ella, no me quería ir, pero tenía que ir a trabajar al día siguiente, descubrí en esa velada que era muy sencilla, nada extravagante, inteligente y muy bella. Después de algunas guardias que nos conocimos, le pedí que fuera mía, ella aceptó gustosa, ya que juzgaba que sentía algo por mí, yo estaba desolado, mi premedita no tenía muchas esperanzas de sobrevivir al accidente que tuvo, estaba pensando en mi solamente, y no en la chica que estaba postrada en una cama de hospital.
Al día siguiente que nos vimos, no perdimos el tiempo en platicar tanto, solo hacíamos el amor, me agradó saber que fui el primero en tomarla, me sentía muy contento, pero me desesperaba que solo la veía los fines de mes, esperaba que fuera todos los días para seguir amándonos, pero un día no supe que hacer, mis nervios explotaron por dentro, me habían confirmado que Leila estaba recuperada, nos la entregarían al día siguiente, no tuve el valor de contarle a Ana mi situación, me molestaba que no la volvería a ver, además que tenía el compromiso de mi casamiento en puerta, salí del consultorio del médico dándole las gracias al doctor.
De inmediato fui a ver a Ana, hice el amor con ella como nunca, ya no la volvería a ver, en vez de decirle la verdad la humillé, ella solo me preguntó si iba a seguir nuestra relación o sexo, juro por Dios que quería darme un tiro, al no decirle la verdad, como un cobarde le contesté que no teníamos ninguna relación concreta, que solo era la calentura y atracción física de los dos, si quería hasta ahí la dejábamos, sabiendo de antemano que ya no la vería más, no tuve el valor de regresar y enfrentarla.
Al día siguiente no soporte su cara de tristeza, miró asombrada a Leila en su silla de ruedas, solo era para llevarla al estacionamiento del hospital, ya que podía caminar por sus propios pies, destrocé más el corazón de Ana, besé a Leila en la boca y le dije que la amaba, era un mensaje para Ana, quedaba claro que no podía haber un mañana para nosotros. Ya no supe más de ella, pero a diario la extrañaba, los besos de Leila me sabían a hiel, era mi propio castigo por ser tan cobarde, decirle que no la amaba, y que me había enamorado de otra chica, pero lo hice pensando que Leila ya estaba desahuciada, no tuve el valor de hablar con las dos y decir la verdad de mis sentimientos.
Antes de la boda, fui con la esperanza de decirle la verdad, aunque no me perdonara, para que no tuviera una mala impresión de mí, de un ser despreciable, sin embargo todo estaba destinado para no volver a verla, fui al hospital para ver si la veía, pregunté por su paciente, recordaba que se llamaba Adela Steele, y me dijeron que la habían dado de alta, no le podía preguntar a mi madre, me haría muchas preguntas y no sabría qué contestarle.
El día de la boda llegó, todos estaban muy contentos menos yo, Leila se veía radiante y sana, pero mis pensamientos iban a otra mujer, las dos ceremonias fueron muy emotivas, presentía algo malo, pero no sabía que, quizá era mi remordimiento de casarme con alguien que no amaba, bailamos, comimos, aventó el ramo, después Leila se acercó a mí, me dijo que le dolía la cabeza, necesitaba recostarse un poco, íbamos hacia la sala de la casa, ya que la boda fue en casa de mis padres, antes de llegar vi el rostro de Leila, era de color azul y se agarraba el cuello, como que necesita respirar, grité desesperado pidiendo ayuda, mi madre la atendió en el pasto y quiso reanimarla, pero ya era demasiado tarde, Leila estaba muerta.
Llegó la ambulancia solo para llevarse el cuerpo inerte de mi esposa, ahora todos en lugar de felicitarme me daban en pésame, no entendía nada, los médicos juraron que estaba sana, pero la necropsia decía Derrame Cerebral Isquémico, se interrumpió el flujo sanguíneo al cerebro, las células del cerebro comenzaron a formar un coágulo de sangre que bloqueó el vaso sanguíneo vital para el cerebro. Era de esperarse, en el accidente de la moto donde viajaba, se golpeó la cabeza, se fueron formando coágulos de sangre, trataron de diluirlos pero, al parecer, ella después de salir del hospital no dijo nada, tomaba el medicamento y dormía mucho, cuando llegaba yo después del trabajo, ella se veía bien.
Recuerdo que Leila me decía que si le pasaba algo, que buscara a otra chica, nunca le había hecho caso hasta que conocí a Ana, si ella se hubiera enterado antes de la boda, no sé si aún se hubiera querido casar conmigo. A la semana hablé con mis padres, les tuve que contar la verdad sobre Ana, mi padre casi me mata, sobre todo porque no usé condón y cree, más bien asegura que he de tener un hijo regado por ahí, por lo que mi madre prometió buscar información de la paciente de Ana, necesitamos encontrarla, sobre todo porque les dije que en verdad la amaba, y no puedo dejar de vivir sin ella.
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MI QUERIDO DIARIO
FanfictionLa vida de Anastasia Rose Steele May, se verá envuelta en muchas altas y bajas, es una joven muy práctica, aunque sufre por la muerte de sus abuelos, padres y tracciones amorosas, su fortaleza la mantiene de una sola pieza. Con todo lo que le sucede...