Capítulo 6

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¿Nunca os ha pasado estar a punto de ser descubierta por alguien en un sitio donde se suponía que no tenías que estar o haciendo algo que se suponía que no tenías que hacer y cuanto más quieta quieres quedarte y más desapercibida quieres pasar, más obvias eres? A mí sí. En el momento en el que escuché la voz de Niall preguntando quién estaba dentro de su habitación, la primera reacción que tuve fue cerrar los ojos y quedarme sin moverme. Solo que, inocentemente, con mi pie le pegué una muy fuerte patada a la puerta del armario y, de repente, dentro del lugar se escuchó el estruendo de una bomba nuclear.

- ¿Qué mierda?- Eso mismo quería decir yo. Cerré los ojos, agaché la cabeza y subí los hombros. Eso no estaba nada bien. Y pensar que la razón principal de ir a hablar con Louis era que me evitara tener que cruzarme con Nialler y, a cambio, acababa encerrada en su dormitorio con él. Cuando la luz de la mesa de noche se encendió, pensé que iba a escuchar un grito aturdidor de qué era lo que estaba haciendo ahí dentro pero, para mi sorpresa, no fue eso lo que pasó. Los ojos de Niall se posaron en los míos y cuando se dio cuenta de que quien estaba ahí era, nada más y nada menos, la persona que más parecía detestar en el mundo, hizo un gemido de frustración y se volvió a dejar caer en la cama. Mejor que el grito seguro. -¿Qué haces aquí, ______?- Preguntó casi cansado de tener que lidiar conmigo una y otra vez. Sus ojos estaban cerrados mientras uno de sus brazos estaba apoyado por sobre su frente y el otro descansaba al lado de su cuerpo.

- Te juro que todo tiene una explicación-. Aseguré levantando mis manos en el aire como si le pidiera que se mantuviera calmado. No sé por qué tenía la sensación de que, después de que le dijera qué estaba pasando, iba a querer saltarme a la yugular. -Pero antes... ¿dónde tienes la llave de tu habitación?- Pregunté ansiosa. Louis podía haberme encerrado ahí dentro con algún horrible plan del cual no tenía ni idea pero del cual no quería participar y, después de que saliera, no solo iba a cancelar el café con él, le iba a prender fuego a todos los estúpidos pósteres de star trek e iba a hacer que mirara mientras el Sr Spock era incinerado.

- ¿Para qué quieres la llave de mi habitación?- Ni siquiera movió un músculo más que la boca mientras preguntaba eso.

- Porque Louis me acaba de encerrar aquí adentro-. Respondí enseguida pero con lentitud. Era como si cuanto más lento dijera las palabras, menos iba a enfadarse. No funcionó.

- ¿Qué acabas de decir?- Ahora estaba sentado en la cama. Las sábanas descansaban en su cintura y lo único en lo que me pude concentrar fue en que no teníacamiseta puesta, y que definitivamente ese no era el cuerpo escuálido de mi mejor amigo. Ese era el cuerpo trabajado de un chico que tenía horas de gimnasio en su agenda. Y que estaba muy bien. - No tengo la llave de mi cuarto-. Y ahí fui yo la que casi le salta a la yugular. Definitivamente, no podía quedarme ahí encerrada. Por su culpa había estado en la cama llorando todo el día anterior. No quería verlo, necesitaba desintoxicarme de él por lo menos un día antes de volver a juntar predisposición para cambiar las cosas.

- ¿Cómo que no tienes la llave de tu cuarto?- Pregunté abriendo más mis ojos, levantando levemente la voz y acercándome a él con gesto amenazante. - Yo no me voy a quedar aquí encerrada, ábreme la puerta que quiero salir-. Pedí. Más bien ordené.

- La llave la tiene Louis, se la di a él ayer después de lo que había pasado. Aria me obligó a hacerlo ya que aparentemente no confía en quien dejo entrar aquí-. Explicó confundido. -¿Qué quieres decir con que nos encerraron?- ¿No era obvio?

- Lo que quiero decir es que tu amigo del alma me hizo entrar aquí y después cerró la puerta detrás de mí. Y ahora no puedo salir-. Contesté. -No puede ser. No me puede estar pasando esto-. Repetí más para mí que para él. Y ahí se me ocurrió hacer lo probablemente menos productivo, pero la primera reacción natural. Corrí a la puerta y empecé a golpearla con mis puños y con mis pies mientras gritaba a todo pulmón. -¡Louis déjame salir! ¡Abre la puta puerta!- Sí, el mal lenguaje simplemente se escapaba de mis labios.

Pide un deseo (Niall Horan y tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora