Capítulo 9

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- Hanna, ¿en serio?- Pregunté mientras sostenía con mis manos el supuesto vestido que le había regalado Zayn. Era simplemente un camisón de raso rojo con detalles de encaje que apenas me llegaba a la mitad de los muslos. Vale, iba a tener un antifaz, pero tampoco quería ser la zorra de la fiesta. Además, después del conjunto de ropa interior que me había comprado... no había sido la mejor decisión.

- ______, deja de quejarte, sabes que te va a quedar espectacular, no va a haber nadie en esa fiesta que no te mire las piernas. Así que deja de hacer escándalo y agradécemelo-. Dijo mientras soltaba la pinza para hacer bucles donde había enrollado un mechón rubio. Tal vez no quería que toda la fiesta me mirara las piernas, el único que me interesaba que me mirara las piernas era Niall. Nadie más.

- Vale...- Acepté rendida. -¿Qué me hago en el pelo?- Pregunté dejándome caer en mi cama, en mi habitación.

- Déjate tus ondas, tal vez puedes pedirle a Alison que las haga un poco más salvajes. Va con el estilo de diabla-. Sí... podía ser. Tal vez así llamaba la atención a mi cabeza y no a mi casi desnudo trasero.

- Bueno, voy a arreglarme-. Dije poniéndome de pie y yendo al baño. Ahí me quité la bata blanca que me había puesto después de salir de la ducha y comencé a ponerme el conjunto de ropa interior negro que me había comprado para esa noche. Después, el vestido/camisón que Hanna me había dado. Cuando me vi en el espejo lo único que agradecí era que, esa noche, iba a llevar puesto un antifaz.

Eran las doce de la noche cuando llegamos a la casa de los Kappa. Me imaginaba que adentro iba a ser una fiesta normal de universitarios: barriles de cerveza, una mesa de ping pong y muestras de afecto demasiado explícitas delante del resto de los que estaban ahí. Me equivoqué, rotundamente. La casa había sido decorada con telas que cruzaban el techo y caían a los lados. La mitad de la casa estaba toda decorada de color blanco, mientras que la otra mitad estaba roja. En cada sector había comidas y bebidas y expresaban lo que correspondía. Por ejemplo, en el sector de los demonios había cerezas, nueces, fresas cubiertas con chocolate, botes llenos de salsa de caramelo y bebidas como sex on the beach, tequila y vodka puro. Mientras que donde estaban los ángeles había uvas, malvaviscos (lo cual me causó gracia), melón y bebidas como piña colada, champagne, vino blanco y margaritas. Todos dentro estaban vestidos casi de etiqueta y con antifaces llenos de plumas, piedras que simulaban ser gemas y tiritas de tela de colores como rojo, dorado o blanco que hacía difícil identificar quien era la persona del otro lado.

Yo me acomodé mejor el antifaz antes de caminar detrás de Hanna al interior de la mansión. Ella tenía puesto un diminuto vestido blanco y se había hecho bucles en el pelo, los cuales había decorado con plumas blancas en algunas partes. Su antifaz era, sin duda, el más bonito de la toda la fiesta, y sus piernas, esbeltas y largas, parecían más esbeltas y más largas con los zapatos de quince centímetros plateados que se había puesto en los pies. Los cuales brillaban junto con sus enormes ojos azules.

- Y, cuando pensaba que no la podían hacer mejor, llega este año-. Comentó Alison detrás de mí mostrando su usual sonrisa. Ella también estaba de demonio, era imposible que fuera de ángel, con esa sonrisa... sería el ángel más perturbador de toda la fiesta. Emily, en cambio estaba con un sublime vestido blanco y su usual aura angelical, la cual la hacía parecer la chica más inocente y dulce de todo el lugar. Mas errados no podían estar.

- ¡Adoro esta fiesta!- Exclamó Hanna.

- Lo sé, yo también-. Agregué. Realmente parecía estar genial. No había fingido tanto.

- Chicas que tengáis una buena velada, me voy a buscar algo para beber y a alguien para comerme-. Comentó Emily y salió disparada hacia el sector blanco. Hanna negó con la cabeza y la siguió. Alison movió sus dedos, saludó y se fue para el sector completamente contrario. Yo me quedé en el medio, donde estaba completamente lleno de gente. Saqué de la pequeña cartera negra que tenía mi teléfono y comencé a escribir.

Pide un deseo (Niall Horan y tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora