Capítulo 17

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- Estás preciosa-. Fueron las palabras de Harry cuando le abrí la puerta de la casa de las Beta. Él estaba vestido con un pantalón negro y una camisa con delicadas y finitas rayas en todos tonos de gris metida dentro de éste. Las mangas se encontraban enrolladas hasta la altura de los codos, lo cual le daba un aire más informal. Su pelo estaba perfecto como siempre. Harry era ese tipo de chico que tenía mejor pelo que una chica, por lo cual, cuando tenías que salir con él, tenías que esforzarte el doble para estar guapa.

Esa tarea se la había asignado esa tarde a Alison, quien verdaderamente me había dejado hecha una muñeca. Me había metido en un vestido blanco corto, que marcaba mi figura, pero no era apretado de manera excesiva, ni tampoco corto al punto de parecer una camiseta. Tenía unos detalles de encaje en la zona del cuello. En los pies tenía unos zapatos de trece centímetros de color verde oscuro y un bolsito que combinaba con estos.

- Gracias-.Respondí aceptándole el beso que me estaba dando en los labios. Dándome una sonrisa, acomodó un mechón de pelo que se me había soltado de la cola de caballo alta que me había hecho y lo colocó detrás de mi oreja. Harry era todo el rato así, tierno, dulce, cuidadoso, atento. ¿Por qué no estaba enamorada de él? Todo habría sido mucho más fácil. Mucho. Pero no era así. Yo estaba enamorada de otra persona. Alguien que, coincidentemente, estaba enamorado de mí, y alguien a quien le estaba pidiendo demasiado más de lo que le estaba dando.

- ¿Lista para una noche que vas a recordar para siempre?- Inhalé hondo y antes, de soltar el aire, asentí con la cabeza.

- Lista-. Esa noche la iba a usar para distraerme, para no sentirme tan mal conmigo misma por un rato. Esa tarde había conversado con Spencer y ella me había dicho lo que pensaba. Y era que me preocupaba demasiado. Tal vez tenía razón. Pero ella no sabía toda la verdad. No me había animado a contarle lo del deseo, no quería que me viera como una loca psicótica. Porque no lo era. No aún. Ella había insistido que sacara lo mejor de cada uno, que poco a poco le fuera dando la pauta a Harry de que tal vez no estábamos hechos el uno para el otro y que le fuera mostrando a Niall que todos los días de mi vida lo elegía a él, pero que necesitaba tiempo.

- Elegí Comodoro's para que fuéramos a cenar-. Había escuchado de ese restaurante. Era el más caro de todo el campus. Solían ir solo los chicos y las chicas de fraternidades. Por lo que probablemente me cruzara a mucha gente que conocía. Así que iba a tener que comportarme bien. No era que no hubiera planeado eso ya de ante mano.

- Genial-. Le sonreí. El restaurante quedaba unas pocas calles debajo de la casa de las Beta por lo que fuimos caminando. Durante todo el trayecto Harry me llevó sujetada de algún lado. Por la cintura, de la mano, por los hombros. Era como si el hecho de no tenerme en contacto con su piel fuera insostenible para su persona. O tal vez era que tenía miedo. Como si me fuera a escapar. O fuera a salir corriendo de ahí. No iba a correr. Y si hubiera querido hubiera terminado de cara en el suelo, con esos tacones no tenía casi equilibrio.

-¿Sabías que eres la mujer más guapa de toda esta universidad? - Me susurró al oído cuando estábamos entrando al restaurante. No conseguí evitar ponerme colorada. Y solo le sonreí. Nunca sabía cómo responderle a esas cosas. Me inhibía.

- Buenas noches-. Saludó el maître. Un hombre canoso, en sus cincuenta, que tenía la expresión en su cara de "soy demasiado bueno para este trabajo". Respondí el saludo y después solo dejé que Harry hablara.

- Buenas noches, tenemos reserva-. Explicó mi novio. El hombre tomó la lista del atril que tenía al lado de la entrada.

- ¿Apellido? -Preguntó

- Styles-.Respondió enseguida Harry mientras me acariciaba el brazo con dulzura. Estaba segura de que iba a ponerme a llorar en cualquier momento. Estaba como una sensible asquerosa a la que todo le daba ganas de acostarse en su cama a tomar helado, o ponerse a llorar, o incluso a ver una y otra vez Dirty Dancing mientras lloraba por la relación de Baby y Johnny. Cosas estúpidas. Cosas que no me pasaban cuando tenía trece, pero que parecía moneda corriente en las chicas de veinte años.

Pide un deseo (Niall Horan y tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora