Pide un deseo (Niall Horan y tú) TERMINADA

Capítulo 8

Una semana estuve internada en el estúpido hospital. El médico todos los días me decía que era probable que al día siguiente ya me pudiera ir, pero después lo posponía 24 horas más. Así... hasta que se cumplieron siete días y pude volver a mi dormitorio. En todo ese tiempo mis amigas: Hanna, Emily, Alison, Sasha pasaron a visitarme todos los días, aunque solo fuera por un ratito mínimo. Harry, en cambio, estuvo todos los días, pero se quedaba horas, incluso hubo dos noches en que eligió dormir hecho un bollo en la silla al lado mío. Le había ofrecido un sitio en la cama, pero no había aceptado, alegando que quería que estuviera cómoda. Louis también vino a verme todos los días, generalmente cuando estaba sola, y solo conversábamos de cosas sin mucha importancia. Nos molestábamos el uno al otro y nos reíamos con ganas. Se había convertido en uno de mis mejores amigos. Por supuesto, Niall no vino nunca. Muchas veces había estado tentada de preguntar a Louis por él, pero siempre me contuve. Él ya lo había dejado claro, no quería tener nada que ver conmigo, se había escapado cuando me había dado un ataque de tos y nunca más volvió a pasarse por ahí. Esa era su decisión, se podía matar si quería. La verdad... no me interesaba más hablar con él. No quería saber absolutamente nada de él. Estaba enfadada, pero aún más... dolida.

Doce días después, un sábado, era el primer día que podía salir de la cama y volver a la sociedad. Todavía seguía tosiendo y me dolía un poco la cabeza de vez en cuando, pero nada demasiado relevante. Por más que había estado muy bien cuidada por todas las chicas, y también por Harry, ya estaba un poco cansada de ellos. Simplemente necesitaba ver caras diferentes. Así que iba a ir a buscar a la única persona con la que tenía una buena relación aparte de mis hermanas beta y mi novio. Era, probablemente, la única persona a la que me había ganado por ser yo misma. Todo el resto me había elegido cuando era una perra. Y eso me hacía dudar de su capacidad para seleccionar compañía. Y también su parecido a mi antigua personalidad. Había una realidad y era que confiaba en Hanna, Alison y Emily, lo mismo que puede confiar Israel en Palestina.

Salí de ducharme y comencé a revisar mi armario, tenía que ir de compras urgente. Todavía no lo había hecho y cada vez tenía menos opciones sin brillo y sin tanto escote. Elegí un pantalón pitillo negro, una camiseta blanca con la cara de Marilyn Monroe y en los pies me puse un par de sandalias de color rojo. Me até el pelo en una cola de caballo elevada y dejé que el flequillo para el lado me tapara más de la mitad de la frente. Me maquillé de manera suave: un labial rosa suave, base tono natural y delineador negro. Pero solo una línea finita. Nunca me gustó que fuera demasiado gruesa, es como muy... imponente.

- ¿Adónde vas?- Preguntó Hanna cuando salí del baño, mientras revolvía su parte del armario. Era increíble lo curiosa que era. Todo el rato me preguntaba dónde iba, con quién iba, cuándo volvía. Era como una especie de mamá, pero que no preguntaba porque le importaba, sino porque tenía la necesidad de saber todo de todos.

- Iba a salir a tomar algo, quiero volver a respirar aire fresco y a ver el sol-. Reí suavemente. Aunque, por más dramático que pudiera sonar, estar casi dos semanas en cama... no es lo que yo llamo "la mejor manera de pasar el tiempo".

- ¿Vas sola?- ¿En serio? Qué más quería saber: ¿si me había cepillado los dientes? Bien, pues sí, me los había cepillado.

- Sí... quiero distraerme un rato, pensar-. Era verdad. Lo de pensar y distraerme. Que iba sola, era una mentira. Hipotéticamente, todavía no sabía si la compañía que esperaba estaba libre para sumarse a mi experiencia de renacimiento social y espiritual.

- ¡Vale!- Exclamó antes de sacar su cabeza del armario y darme una sonrisa. - No sé si decírtelo, porque vas a querer ir... ¿te encuentras bien? ¿Realmente bien?- ¿Me sentía realmente bien? Dependía. ¿Adónde creía que iba a querer ir? ¿Quién es la curiosa ahora?