ÉXTASIS INMÓVIL

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No lograba entender qué estaba buscando exactamente,
pero sí que parecía que estaba desentrañando algo.
Era inexplicable.
Desde mi perspectiva,
ese rostro extraviado lograba transmitir de una forma mística que aquello en lo que pensaba era importante.
Esos ojos,
esos ojos en los que podía verme,
en el que se vislumbraban al mismo tiempo,
varios sentimientos;
alegría, tristeza, desafío, odio, amor...
Unos ojos inquisidores que me magnetizaban y disgustaban a partes iguales.
Y yo,
yo me encontraba igual que él,
justo enfrente,
mirando su cara,
escudriñando ese rostro para averiguar el propósito y contrarrestarlo.
Pasando de la curiosidad a la desconfianza,
sin despegar mis ojos de los suyos,
pude percibir que también se sentía amenazado.
Me mantuve a la expectativa, para averiguar en que acabaría todo esto.
Me giré en una centésima de segundo,
en un acto reflejo,
Entonces advertí que él hizo lo mismo,
y no solo eso,
su brazo comenzó a erguirse con el puño cerrado,
como cuando se carga en el músculo la fuerza para soltar un puñetazo,
no podía permitir que me hiciese daño,
me prepare para recibir el golpe y para propinarlo.

¿Qué es exactamente lo que les pasa a los espejos conmigo?

TAQUIPSIQUIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora