EÓN HÁDICO

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Mano a mano con la muerte
un incansable invisible a su reflejo
ojos rotos se derraman por el suelo
hube de remendar con hilo
con la hebra del tiempo
la sucia sustancia que había sido.
En ausencia de esencia
esta mente incoherente
juntó la distancia y el dolor
que prospera elevándome
alcanzándote, lúgubre atmósfera.
Aquí arriba hay una quimera
que posee la llave
y abrirá la cerradura con su lengua geométrica
descifrando el jeroglífico
perdida mi imagen en la mirilla
de una realidad cualquiera.
Si quisieras venir conmigo
se de un lugar en que seremos libres
en el que los sordos
bailan música mística
en movimiento circular
haciendo vibrar sus átomos
entre el fuego de mis párpados,
te lo puedo jurar,
aunque mis labios mientan.
Ahora pescadores de hombres
me ven sin cruz, crucificado
entre la oscuridad y la luz
al borde del precipicio
no hay final no hay principio
solo existe un instante estático
en lo profundo del espacio
que me conduce al eón hádico.

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