SARA

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La violencia de los segundos, sin tiempo para misericordia, ahora, la ventura ha muerto.
En la inmundicia del mundo, en el que transcurren los días, de tu cuerpo en deshora, desdoblado y olvidado por el tiempo, rechazado por el futuro, oscurecido bajo el sol y bajo todos los astros, elevado por todos los cielos.
Los sincopes pasan de largo, solo queda, abrazar el vacío, rechazar la sangre, recorrer el ultimo camino, pero antes del suspiro final, tienes que saber que te extraño ahora, como te he extrañado siempre. Te entregaré mi rostro, para que puedas ver en él lo que antes siempre encontrabas, y para que pueda tener siempre a mi alcance los ojos verdes y serenos que me agasajan con paz.
La vida que pasamos juntos se va contigo, para solo atestiguar con un recuerdo, el recuerdo de que el mundo puede ser maravilloso, y seguirá siéndolo en toda mi existencia, porque no me olvidaré de ti, ni en eternas vidas futuras, preciosa Sara.


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