Muros que aprisionan deseos y añoranzas, sin salir, aquellas cosa van muriendo, todo por el temor y cobardía que no se admite.
Aquel brillante color se va opacando conforme las horas pasan, los gritos ya no se escuchan, las lágrimas ya no caen, ahora solo es un cuerpo vacío, sin vida, sin sueños, sin añoranzas.
Ya no es nada, no es nadie.
Tanto tiempo entre esos muros lo han acabado, han absorbido todo de él.
Es un cascarón vacío.
Nadie va a su rescate, nadie lo escuchó cuando aún suplicaba, nadie estuvo a su lado.
La soledad, su única compañía, sólo ella vio como aquellos colores se desvanecían para nunca volver a ser lo que eran.
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Pequeños Cuentos
De TodoAquí encontrarán un cuento diferente en cada capítulo, habrá de todo romance, misterios, aventura, ciencia ficción, vida cotidiana.