Pequeños Cuentos

Cartas de un Padre

En un pueblo fuera de la cuidad, el jefe de policía falleció dejándole unas cartas a su primogenitor, un muchacho de 25 años, el cual acaba de graduarse. Al parecer el famoso jefe de policía respetado por todos mantuvo un secreto durante toda su vida, su difunta esposa también lo sabía. Al parecer su hijo era adoptado pero no existen papeles, al parecer encontró al chico en el bosque o eso es lo que le dejo escrito en las cartas.

El chico llegó a mi hace unas semanas, al parecer notaba algo raro en toda la confesión de su padre, sentía que habían huecos.

Al leer las cartas encontré algunos factores extraños así que investigué acerca de él y su esposa. Comencé investigando el año donde el chico nació, al parecer en el pueblo de al lado hubo un secuestro, era un pequeño bebé recién nacido, el pequeño despareció en cuanto lo llevaron al cunero, lo extraño de todo esto es que en ese momento, Noah, el jefe de policías, se encontraba ahí, al parecer iba de paso. Nunca se le vió salir.

Otra cosa curiosa es que el chico es castaño de ojos avellana, no tiene ningún parecido con sus "padres", así que investigué a la pareja que perdió a su bebé hace muchos años, el chico es la copia de la mujer además de que la pareja tuvo otro hijo y se parece en extremo al chico. Está información cayó a las manos del chico y hace unos tres meses me mando un correo.

La historia original, la verdad detrás de las confesiones de Noah, jefe de policía. Hace 25 años la esposa de Noah dio a luz a un pequeño pero murió, la pareja llena de tristeza decidió buscar un bebé. Noah decidió irse a lo seguro, fue al pueblo de al lado y tomó al bebé, se lo llevó y lo crío junto con su esposa durante todo ese tiempo. No hay justificación para lo que hizo esta pareja, se llevó a un bebé, separándolo de sus padres biológicos y condenando a esta pareja a vivir con la incertidumbre de donde estaba su hijo.

A mi parecer estas cartas son la prueba de un acto atroz, por más tristeza que haya habido no justificaba el arrebatar a un bebé de sus padres, hacer que esa pareja sufriera por 25 años.