Ahí estaba solo, recostado sobre aquella cama con la mirada pérdida en algún punto del techo blanco. El lugar estaba en calma, no se escuchaba ni un sonido pero estaba inquieto como si escuchara muchas voces en la cabeza pero no había nadie.
La puerta de la habitación fue abierta por donde entraron dos hombres con sonrisas amables, se acercaron y con delicadeza lo alzaron, como si fuera de cristal. El mismo recorrido de siempre, al baño, a la revisión para luego terminar frente el espejo.
¡Ah! Ahí estoy, tan pálido como siempre, con la mirada perdida y unas grandes bolsas debajo de mis ojos. Un enfermo, eso dicen y yo solo he dejado que lo piensen.
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Pequeños Cuentos
RandomAquí encontrarán un cuento diferente en cada capítulo, habrá de todo romance, misterios, aventura, ciencia ficción, vida cotidiana.