Secuestro

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Mi cabeza duele como el mismo infierno, al abrir mis ojos estoy en un sucio lugar, huele a coladera, mis manos y pies están atados a una silla y apenas me puedo mover. Suelto un suspiro.

¿Cómo llegue aquí? Por mi culpa y necesidad, debí de hacerle caso a mi novio pero ¡no! hago lo que quiero.

Esta mañana todo iba bien, desperté en los brazos del amor de mi vida, me di una ducha relajante y para cuando salí él ya me estaba esperando vestido con su traje. Fui al instituto encontrándome con mis amigos prometiéndole a mi novio que no saldría, desventajas de ser el hijo del presidente, pero como siempre fui necio y no hice caso, a la hora del almuerza me salí para comprar un delicioso emparedado de la cafetería que estaba a unas cuadras, salí sin dejar que alguno de mis amigos me acompañaran. Recuerdo haber estado caminando con mis audífonos puesto cuando apreció un hombre extraño frente a mí y luego sentí un golpe en la cabeza y todo se volvió negro.

Y henos aquí secuestrado de nuevo por mi estupidez, estoy seguro de que tendré una larga charla con mi padre y novio/guardaespaldas cuando salga de aquí. 

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