𝟐. 𝐅𝐥𝐞𝐜𝐡𝐚│𝐐𝐮𝐚𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐟𝐚̀𝐦𝐢𝐚 𝐯𝐚 𝐞𝐧𝐝𝐮𝐫-𝐬𝐞 𝐚 𝐓𝐡𝐫𝐚𝐢𝐧 𝐈𝐈

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𝗖𝗨𝗔𝗡𝗗𝗢 𝗟𝗔 𝗜𝗡𝗙𝗔𝗠𝗜𝗔 𝗦𝗘 𝗟𝗟𝗘𝗩𝗢́ 𝗔 𝗧𝗛𝗥𝗔́𝗜𝗡 𝗜𝗜
Da infamy tok bort Thráin II
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𝗖𝗨𝗔𝗡𝗗𝗢 𝗟𝗔 𝗜𝗡𝗙𝗔𝗠𝗜𝗔 𝗦𝗘 𝗟𝗟𝗘𝗩𝗢́ 𝗔 𝗧𝗛𝗥𝗔́𝗜𝗡 𝗜𝗜Da infamy tok bort Thráin II━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

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Thráin no sabía cuánto tiempo había transcurrido desde el momento en el que tras correr despavorido, se había adentrado en el peligroso Bosque Negro. Ni tampoco sabía si aún seguía las flechas que indicaban su camino o si simplemente llevaba recorriendo la misma zona una y otra vez. 

Desconocía si habían pasado dos minutos, tres horas o varios días después de que un ejército de temibles orcos lo atacaran a él y a su pueblo. Sus pies lucían sucios, rasguñados y repletos de ampollas. Su vista se nublaba por momentos. No veía con claridad y se sentía desubicado por culpa de la nigromancia que acechaba la inacabable jungla. A duras penas podía respirar debido al cansancio de correr sin descanso. Pero Thráin estaba tan unido a las corrompidas y embrujadas palabras del anillo de Thrór, que ignoraba todo tipo de necesidades básicas para su supervivencia, como abrigarse, comer y dormir.

—¿Qué dices, viejo amigo? —balbuceó, acercándose el anillo en el oído. 

Aquella llana y desconocida voz era lo único aparentemente humano que le quedaba. Lo guiaba allí donde anhelara estar y le prometía todo lo que deseaba escuchar. Hasta que, llegado un punto, la realidad y la ficción habían devenido un estado completamente afín, por mucho que aquello solo tuviera presencia en la mente del enano.

—¿Otra vez...? Vale, está bien.

Cerró el puño con todas sus fuerzas y volvió a trotar hacia otra dirección. Si lograba hallar una flecha roja grabada en la corteza de algún roble, lograría escapar de este infierno terrenal. Esperaba no errar, pues era conocedor de las temibles aldeas que permanecían en el interior del Bosque Negro. En solo pensar de lo que eran capaces de hacer los habitantes de esta zona, se le pasaban las ganas de seguir viviendo; no le apetecía tener que enfrentarse a ningún oso. Y mucho menos, ser capturado por los orcos.

Estuvo riéndose durante un buen rato, quitándole importancia al hecho de que corría y que no presumía precisamente de una salud lo suficientemente joven como para soportar tanto trayecto. Pero cada vez que se visualizaba a sí mismo en de la Montaña Solitaria, sentado en un trono y gozando de una corona de oro, se le hacía la boca agua. Siguió las indicaciones que le indicó el anillo, hasta que, de nuevo, regresó por milésima vez al mismo lugar de siempre: un puente anciano y averiado que no llegaba a ninguna parte.

—¡No! —maldijo con desesperación.

Clavó sus rodillas en el suelo y renegó de su mala suerte. Arañó su propia piel para castigarse porque el hecho de haberse perdido era su culpa, ya que el anillo nunca mentía. Perdió la señal escarlata a raíz de su estupidez, que lo condujo al jodido puente de siempre. Cuando se levantó para volver a intentarlo, una inmensa flecha oxidada le atravesó la rótula al instante y le arrancó un chillo desgarrador que, al caer al suelo por el dolor, se abrió la nariz contra una piedra. 

Nunca se trató de ninguna flecha escarlata, sino de la flecha del Nigromante. Allí es donde verdaderamente lo había conducido el anillo. Porque jamás había existido ninguna señal que indicara salida alguna; tan solo un sendero de arena que hacía semanas que el enano había perdido. 

Pero, aun así, loco y perturbado, Thráin siempre creyó que ese día debería haber corrido hacia la derecha y no hacia la izquierda.

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𝐂𝐀𝐍𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐋𝐋𝐀𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔IICUANDO LA INFAMIA SE LLEVÓ A THRÁIN II

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𝐂𝐀𝐍𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐋𝐋𝐀𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒
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II
CUANDO LA INFAMIA SE LLEVÓ A THRÁIN II

¡Corre, mendigo, corre!
Sigue el veneno y no te detengas aunque no puedas respirar
¡Corre, mendigo, corre!
Hazlo y te convertiré en un rey popular

¡Sigue la flecha roja, mendigo!
Confía en tu instinto y déjate llevar
¡Sigue la flecha roja, mendigo!
Si me obedeces, te prometo que tu dolor desaparecerá

¡Corre, mendigo, corre!
La avaricia te ha condenado a morir
¡Corre, mendigo, corre!
¿Estás seguro de que tienes que ir por aquí?

¡Sigue la flecha roja, mendigo!
Has perdido, pero sé que me seguirás siendo leal
¡Sigue la flecha roja, mendigo!
No llores tu destino; seguiste bien mi señal

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II
DA INFAMY TOK BORT THRÁIN II

Løp, tigger, løp!
Følg giftet og ikke stopp selv om du ikke kan puste
Løp, tigger, løp!
Gjør det, så skal jeg gjøre deg til en populær konge

Følg den røde pilen, tigger!
Stol på instinktet ditt og la deg gå
Følg den røde pilen, tigger!
Hvis du adlyder meg, lover jeg at smertene dine vil forsvinne

Løp, tigger, løp!
Grådighet har dømt deg til å dø
Løp, tigger, løp!
Er du sikker på at du må gå denne veien?

Følg den røde pilen, tigger!
Du har tapt, men jeg vet at du fortsatt vil være lojal mot meg
Følg den røde pilen, tigger!
Ikke sørg over skjebnen din; du fulgte signalet mitt godt

𝐂𝐀𝐍𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐋𝐋𝐀𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒━━𝖱𝖾𝗅𝖺𝗍𝗈𝗌 𝖽𝖾 𝖤𝖲𝖣𝖫𝖠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora