Al terminar la llamada todo el apartamento quedó en penumbra, Alexander revisó su teléfono y notó que había perdido la señal. Ni él ni Eva sabían que estaba pasando. Eva se encontraba a la expectativa de saber que le había comentado Diego a Alexander por lo que no aguantó más y decidió preguntarle.


-Ale, ¿Qué te dijo Diego?


-Que KME66M si es una placa.


-¿Y qué más?


-Más nada, porque se cortó la llamada.


-¿Qué haremos ahora?


-Salgamos a caminar, mientras esperamos que se restablezca la luz y la señal... O lo primero que se arregle.


-Vale.


Mientras salían de casa, Alexander vio algo que lo dejó pálido como si hubiese visto un fantasma.


¿Alexander qué te pasa? -Preguntó la chica alterada.


El chico no dijo nada, su mente se encontraba en blanco. Tras haber visto a una persona que se encontraba a la distancia y se perdió entre la multitud.


Después de haber pasado un rato, Alexander volvió en sí. Eva se encontraba preocupada por el estado en el que se encontraba el chico.


-¿Ya te encuentras bien?


-Sí, ¿Por qué no voy a estar bien? -Dijo Alexander dudoso.


-Porque te pusiste pálido como si hubieras visto un fantasma y no te movías, ni dijiste nada, como por cinco minutos.


-¿En serio? -Preguntó sorprendido.


-Sí, me tenías preocupada tonto. -Golpeándole el pecho.


-Gracias. -Sonrojado. -Ya veo que si te importa este "fracasado". -Riendo.


-Deja de reírte, es en serio. -Con los ojos llorosos.


-Tranquila, ya ves que estoy bien y es lo que importa. -Tomándola de los brazos, mientras se veían a la cara.


-Vale, ¿Y ahora? -Soltándose.


-Vayamos a averiguar si solo fue en mi casa que no hay servicio de luz.


Los jóvenes caminaron por toda la zona adyacente a la casa de Alexander y, en efecto, no había electricidad ni señal telefónica. Los rumores que escuchaban de los vecinos era que había sido un apagón eléctrico nacional, el cual afectaba la señal de los teléfonos.


-Bueno, no queda de otra, tendré que ir a visitar a Diego.


-¿"Tendré"? ¿Irás tú solo? Claro, como ya lo hiciste conmigo ya no te intereso. Todos ustedes son iguales. -Dirigiéndose a cualquier lugar lejos de Alexander sin saber claramente a donde ir.


-Discúlpame, pero no sabía que querías ir conmigo. Creí que tendrías otras cosas que hacer. -Sintiéndose culpable.


-¿Qué se supone que haga si no hay electricidad?


-No lo sé, ¿Ir a ver cómo está tu tía? -Sarcásticamente


-En eso tienes razón. Ella ni sabe dónde pasé la noche, debe estar preocupada.


-¿Cómo haremos para ponernos de acuerdo?


-¿Para qué? -Sin entender.


-Para... encontrarnos, ¿No?


-En 5 horas, ¿Te parece?


-¿Dónde?


-En mi casa.

Seis de mayoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora