Al despertar Alexander, entre lágrimas abraza a Eva y le dice:
-Gracias Eva, gracias por toda la ayuda que me has brindado.
-No te preocupes, Ale. -Besándole la frente. -Mientras que esté aquí, siempre podrás contar conmigo.
-De verdad no sé qué habría logrado sin ti. -Sonriéndole.
-No es nada, no te preocupes, tonto. -Sonriéndole igualmente.
-¿Cómo qué no? Me has ayudado a qué hacer con el sueño, a calmar esas tormentosas voces que me acosan y me has brindado todo tu apoyo desde que me conociste hace dos días.
-Te dije que no te preocuparas. Seremos un equipo siempre y cuando nos lo permitamos.
-Vale, así será.
-Bueno, ahora solo nos queda ir al hospital para que puedas ver a Mariela.
-Pues sí, espero que cuando lleguemos ésta haya despertado del coma.
¿Y cuánto nos falta para llegar?
-Nada, porque ya llegamos.
-¿En serio?
-Sí, aquí nos bajamos.
Los jóvenes se bajaron del bus y se dirigieron al hospital.
-¿Tú crees que se haya resuelto el problema? -Preguntó Eva.
-No lo creo. -Recordando la pesadilla del coche demoníaco.
-¿Por qué lo dices?
-Porque tuve un sueño donde aparecía Mariela transformada en un demonio y ahora quiere matarme sí o sí.
-¿Por eso fue que despertaste abrazándome?
-Sí, porque hasta en ese sueño me estabas guiando. Pero lastimosamente Mariela te mató, mientras tratabas de salvarme.
-¿Esa perra se atrevió a matarme?
-Prácticamente me empujaste para recibir el impacto.
-Igualmente me mató, Alexander, ¡Entiéndeme! Ella me odia.
-Pero si ni te conoce. –Dijo confundido.
-Lo sé, solo te tomaba el pelo. –Dijo riendo.
-¿Acaso te parece gracioso? –Serio.
-Debes calmarte, Ale. ¿Por qué actúas así?
-¡Tengo miedo de perderte Eva! ¡Entiéndeme por favor! –Gritándole.
-¿Tanto te importo? –Sonrojada.
-No te imaginas cuánto me importas. –Sonrojándose. –Cuando salgamos de esto hablamos bien las cosas, ¿Te parece?
-Vale.
Prosiguieron su camino hacia el hospital. Alexander no podía dejar de pensar en el estado de Mariela. Cuando finalmente llegaron, subieron al piso 6 y se dirigieron a la habitación 6, donde se encontraba la chica de pálida piel junto a su padre. En el momento que llegaron a la puerta de la habitación, Alexander le dijo a Eva:
-Espérame aquí. Ya regreso.
-Ok, aquí te espero.
El joven al ingresar al cuarto se topó con la sorpresa de que el señor Roberto se encontraba llorando, pues su hija acababa de fallecer. Alexander que no entendía lo sucedido, le interpeló:
-Señor Roberto, ¿Qué sucedió?
-¡Mi hija!... ¡Mi niña ha muerto! –Llorando desconsolado.
-¿No me había comentado que la desconectarían mañana? –Confundido.
-Sí, pero de repente su corazoncito dejó de latir. –Entre llanto.
-¡No puede ser! –Corriendo hacia la cama donde reposaba Mariela. – ¡No! Tú no puedes morir aún. Tú tienes mucho aún por lo que vivir. No nos dejes. –Comenzando a llorar. –Todo esto es mi culpa. –Refiriéndose a su acción en el sueño.
-¿Cómo que tú eres el culpable? ¿A qué te refieres? –Preguntó consternado Roberto.
-A nada, yo me entiendo. –Tratando de desviarlo.
-Tú eres el que empujó a mi hija contra el auto, ¿Cierto?
-Señor Roberto… yo… -Siendo interrumpido por el padre de Mariela.
-No lo sé, no recuerdo haber hecho eso. –Con la cabeza abajo. –Yo a su hija la amé tanto, que no me creo capaz de hacer algo que atentara contra la vida de ella.
-Pero Ibrahim me dijo que fuiste tú.
-Mire, yo le contaré como pasaron las cosas realmente hasta antes del choque.
-Ok, continúa.
-Mariela y yo fuimos novios hace ya tres años.
-Imposible, mi hija para esa fecha no tenía novios, era una chica que se dedicaba solo a los estudios.
-Pues debo decirle que su hija andaba conmigo desde ese entonces. Solo que nuestra relación la manteníamos oculta de los demás. Pero yo amaba tanto a su hija que mire la mano izquierda de ella.
-¿Qué quieres que vea? Ahí está solo el anillo que ella se consiguió en la calle.
-Pues no es así, ese anillo lo compre yo, y se lo puse en su dedo con la promesa que nos casaríamos este año.
-Pero, ¿Cómo es eso posible si Ibrahim es su novio?
-Fácil, el día que su hija tuvo el accidente la descubrí engañándome con él.
-¿Y por eso la empujaste contra ese carro? -Empujando a Alexander.
-Le dije que yo sería incapaz de hacerle eso a Mariela.
-Si no fuiste tú, ¿Quién fue entonces?
-¿Qué hace este cabrón aquí? -Preguntó Ibrahim mientras entraba a la habitación.
-Vine a ver a Mariela por última vez.
-Bueno, ya la viste, vete de aquí antes de que llame a la policía, asesino.
-¿Por qué tú dices que fui yo?
-Porque yo te vi a lo lejos cuando empujabas a Mariela contra el carro, porque no soportabas la idea que ella te fuese dejado por mí.
-Yo sé que no fui yo. Tengo mi conciencia tranquila. No me harás caer en tu juego.
-¡Ya por favor! Mi hija no es un trofeo, por favor respeten su memoria. -Dijo Roberto entre lágrimas.
-Discúlpeme, señor Roberto, ahora me retiro. -Dijo Alexander saliendo de la habitación.
-¡Oye idiota! ¿A dónde vas? -Dijo Ibrahim siguiendo a Alexander.
-Eso no es tu problema. –Le dijo Eva a Ibrahim.
-¿Quién te llamó a ti? ¡Perra! –Mirándola despectivamente.
-¡A ella la respetas maldito! –Dijo Alexander mientras golpeaba a Ibrahim.
-¿Tú crees que yo me voy a quedar así? –Comentó Ibrahim mientras lanzaba un golpe contra Alexander.
El joven evitó el golpe con un rápido movimiento y a la vez tomó el brazo de su atacante, colocándose a la espalda de este de forma armónica. Mientras le decía al oído:
-Deja de provocarme, que esta vez sí soy capaz de matarte. -Empujándolo
-Ya quisieras tú, poder matarme. –Riendo. –Claro como mataste a tu “amada” Mariela, crees poder hacer lo mismo con un hombre de verdad.
-¡Cállate! Que no sabes lo que dices. Solo quieres llamar la atención como el mono que eres. –Dijo Alexander mientras se iba caminando junto a Eva.
-¿Qué me dijiste?
Alexander lo ignoró y siguió su camino. Ibrahim al ver esto, se fue corriendo contra Alexander, volteándolo de manera brusca y golpeándole en el rostro.
-De aquí solo uno de los dos saldrá victorioso. Y ese seré yo. –Dijo Ibrahim.
Lo que el hombre moreno no sabía era que Alexander había estado practicando aikijutsu, desde antes que empezara a salir con Mariela. Por lo que éste se preparó para el siguiente ataque de Ibrahim para inmovilizarlo y así poder irse.
-Te lo advertí. –Dijo Alexander.
-¿Tú crees que porque me esquivaste un golpe ya me dominarás?
-Que maduro eres. –Comentó sarcásticamente.
Ibrahim lanzó un golpe donde se encontraba Alexander, el cual, solo le bastó con girar un poco hacia la derecha, arrastrando sus pies, y con sus manos formó una especie de tenaza con la que atrapó el puño, inmovilizó el brazo de su atacante, para luego realizar un simple giro y con sus manos partirle la muñeca, y con su codo partirle el tabique de un golpe.
-Listo Eva, vámonos antes que esto se ponga feo. –Caminando nuevamente hacia la salida con la risueña chica, la cual se encontraba sorprendida tras ver las habilidades de combate del joven.
-¿Dónde aprendiste esos movimientos?
-En un ryu.
-¿Y sabes más?
-Pues claro.
-¿Me podrías enseñar algún día?
-Tendría que asesinarte luego. –Dijo riendo.
-Entonces no tengo de que preocuparme. –Soltando una carcajada.
-No puedo creer que Mariela me haya cambiado por ese sujeto tan inmaduro.
-Pues sí, y por lo que él dijo entendí que Mariela está muerta
-Eso es correcto.
Entonces, podríamos dar por culminado tu problema con el sueño.
-Eso espero Eva, eso espero.
-Ve el lado positivo, Ale. Ahora Mariela podrá descansar y no te atormentará más.
-Ojalá.
-Oye, ¿Te encuentras bien?
-No.
-¿Qué te ocurre?
-Es solo que me duele el saber que Mariela me haya engañado con un sujeto, que sé que nunca la valoró.
-Bueno, Ale, pero esa fue su elección.
-Lo sé, y eso ya no se puede cambiar. Espero no volver a vivir una experiencia como ésta nuevamente.
-¿Te refieres al sueño o a la idea de que te engañen con otra persona?
-Ambas.
-Oye, pero no debes ser tan negativo. Porque atraerás solo cosas negativas.
-Gracias, Eva, de verdad lo aprecio. –Sonriéndole.
-No hay de que, somos un equipo, recuérdalo. –Devolviéndole la sonrisa. -¿Te gustaría ir a algún lado en especial?
-No, preferiría ir a mi casa de momento.
-Vale, vayamos allá.
Mientras los jóvenes salían del hospital, decidieron caminar hacia la parada a esperar un bus. En la caminata, mientras pasaban por la salida de emergencia del hospital, debían atravesar el estacionamiento de éste para poder llegar más rápido a la parada. Cuando ya estaban a punto de salir, un automóvil de color verde arremetió contra Alexander. El sonido que emitió el coche cuando se iba acercando, fue ignorado por el joven, mientras que Eva si lo escuchó y volteó a ver. Cuando observó el auto acercándose a gran velocidad, gritó:
-¡Alexander cuidado! –Empujándolo para que éste no fuese golpeado por el coche, pero recibiendo ella el impacto.
Alexander en el suelo observó cómo era atropellada Eva; y que se trataba del mismo vehículo del sueño y de “aquel día”. El auto, tras el golpe, perdió el control, estrellándose contra otro que se encontraba estacionado, saliendo el conductor disparado y rompiendo el vidrio delantero.
El joven corrió hacia donde se encontraba Eva, la tomó en sus brazos y le dijo:
-¡No Eva! ¿Por qué lo hiciste? No mueras, te necesito. –Llorando.
-Por favor, se fuerte. Hazlo por nosotros, recuerda que somos un equipo. –Dijo muriendo en sus brazos.
Alexander la abrazó y lloró sobre el cuerpo de la que una vez fue la chica risueña.
-¿Ahora qué haré sin ti? –Le dijo al cuerpo sin vida.
En ese momento, volvió a ver el auto. Dejó el cuerpo de la chica en el suelo y se dirigió corriendo con mucha ira hacia el coche. Cuando llegó, observó que el conductor estaba también en el suelo, con un gran charco de sangre alrededor. Dejando impactado a Alexander, y aún con más ira, tras ver que se trataba de Ibrahim.
![](https://img.wattpad.com/cover/239534083-288-k471523.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Seis de mayo
Mystery / ThrillerAlexander, un joven de 25 años de edad se enfrenta a la curiosa reaparición de su ex, quién extrañamente parece estar acosandolo tanto en el plano terrenal como en el de los sueños. Teniendo que recavar en los hechos de su pasado para resolver el mi...