Alexander estaba confundido, no entendía lo que estaba sucediendo. Había acabado con su depredador, pero aún seguía en el mundo de los sueños. Era incapaz de despertar, solo podía pensar en lo que le había dicho el demonio, por lo que se preguntaba: “¿Será que esto es mi realidad y lo vivido era una simple ilusión?”. Esto fue así hasta que escuchó una dulce voz que le decía:
-¡Gracias Alexander, sabía que podía contar contigo!
-¿Mariela? ¿Cómo es que volviste a la normalidad? -Sorprendido de ver a la chica de pálida piel nuevamente.
-A lo que te enfrentaste fue al demonio de la culpa, el cual poseyó mi cuerpo y alma.
-¿Entonces si fui el responsable de lo que te sucedió?
-Será mejor que veas esto. -Dándole el sobre.
Alexander lo tomó y lo abrió, introdujo su mano y sacó el contenido del mismo. Cuando lo hizo, se percató que era una hoja, la cual decía: “Hospital Popular de Caracas. Fecha: 10 de diciembre de 2018. Nombre del paciente: Alexander Torres. Edad: 24 años. Servicio: Neurocirugía. Diagnóstico: El paciente ingresó el día 8 de diciembre del año en curso, inconsciente, tras un traumatismo craneoencefálico, provocándole un edema cerebral vasogénico. Tras no recibir respuesta del mismo, se declara al paciente en estado de coma. Doctor: Diego Mijares, Neurocirujano.”
-Esto no puede ser real. Dime que es mentira. –Dijo impactado, dejando caer el sobre al suelo.
-Pues debo decirte que es bastante real, Ale.
-Pero… ¿Cómo sucedió? No comprendo nada.
-“Aquel día”, en el momento que discutimos, cuando me descubriste con Ibrahim. Él por la ira de escuchar lo que te había dicho que quería casarme contigo y que tuviéramos hijos, encendió el motor de su auto y trató de arrollarme, y tu tras ver que estaba a punto de morir, me empujaste recibiendo el impacto y golpeando tu cabeza contra el suelo.
-Pero no recuerdo nada de eso. –Sin creer lo que Mariela le estaba diciendo.
-Pero fue así.
-¿Y cómo explicas los sobres?
-Recuerda que estás en coma, no muerto. Por ende estabas escuchando algunas cosas que se hablaban en la habitación y tu subconsciente las hiló.
-¿El llavero era para qué?
-Para que recordaras “aquel día”.
-Vale, ¿Y cómo explicas las personas que aparecían en el sueño?
-Tu cerebro las asoció con la placa del auto de Ibrahim
-¿Cómo así?
-Kristofer, Mike, Eduardo, 6 dólares, 6 el número de la habitación y Mariela –Señalándose.
-¿Eso era lo que significaba “KME66M”?
-Sí, era para que supieras que Ibrahim era el verdadero responsable. Y las demás cosas eran para lo que las utilizaste.
- ¿Cómo sabes todo esto? ¿Por qué estás aquí diciéndome todo esto?
-El 1 de Mayo decidieron que te darían chance de reaccionar hasta el 6 de este mes. No supe sobrellevar el sentimiento de culpa por si morías. Así que decidí acabar con mi vida, provocándome una sobredosis con pastillas para dormir.
-Mariela, no debiste hacer eso. Tenías toda una vida por delante.
-La culpa me estaba matando.
-¿Qué pasó con Ibrahim?
-Está en prisión. Alberto y yo lo denunciamos.
-Vale, por lo menos ese maldito pagará por esto
-Pues sí.
-¿Y las voces que escuchaba?
-Eran de las personas que te venían a visitar. Te hablaban con esperanzas de que despertaras.
-Por lo menos no estoy loco.
-De momento. –Riendo.
-No sí, el loco. –Riendo. –Oye, ¿Cómo explicas esa criatura que me acosaba?
-Fácil, el sentimiento de culpa de ambos se mezcló y buscaba matarte. Porque muerto, tu alma podría estar con la mía.
-Que enfermo se oye eso. –Mirándola despectivamente.
-No me culpes, tú también querías estar conmigo, no lo niegues. Pero parece que el nuevo lazo que desarrollaste con Eva, mientras estabas en coma, fue más fuerte.
-Pero si yo no conozco a Eva.
-Ya la conocerás. –Sonriéndole. –Espero que ella si te haga feliz y te valore.
-Me hubiese gustado haber seguido a tu lado. –Tomándole las manos.
-A mí también, pero te fallé, y tú no mereces eso. –Viéndolo a los ojos. – Bueno, Ale, ya mi tiempo aquí ha culminado. Gracias por liberarme y haber sido ese maravilloso hombre que me amó con todo su corazón.
-Gracias a ti por haberme explicado las cosas como realmente habían ocurrido. Descansa en paz, Mariela.
-¡Cuídate, mi Cosi precioso! Te estaré cuidando donde quiera que me encuentre. –Dijo la chica de pálida piel mientras se desvanecía.
Una vez que Mariela desapareció, Alexander cerró sus ojos y cuando los abrió nuevamente, se percató que se encontraba acostado en una cama de un hospital y al frente tenía a su madre y a su amigo Alberto.
-¡Despertó! ¡Mi hijo despertó! –Gritó la madre de Alexander. –Alberto, busca al doctor y dile que Alexander ya despertó.
Alberto salió corriendo de la habitación en busca del doctor. La mujer se encontraba feliz al ver que su hijo, al fin, había despertado.
-¿Cómo te sientes hijo? –Llorando de felicidad.
-Bien, mamá… no te preocupes. –Hablando pausadamente. Su cuerpo se estaba adaptando nuevamente a hablar.
-¿Cómo que no me preocupe? Si hoy se daba la orden de desconectarte. Gracias a Dios despertaste sano y salvo. –Con una gran sonrisa en su rostro.
-Capaz te preguntarás que ocurrió, pues verás… -Siendo interrumpida por el joven.
-No mamá… yo sé lo que… ocurrió. –Sonriéndole.
-¿De verdad? –Dijo sorprendida.
-Sí. –Manteniendo la sonrisa.
En ese momento Alberto entró a la habitación con el doctor. Quien resultó ser Diego.
-¿Qué haces… aquí? –Dijo Alexander sorprendido.
-Hola Alexander, soy el doctor Diego Mijares. He estado al pendiente de tu situación, y que bueno que hayas dado un gran paso, con tu evolución y recuperación. Ese golpe que recibiste en la cabeza era para que fueses muerto.
-Alexander, ¿Puedes recordar lo que te ocurrió antes de despertar?
-Sí, mi hijo me dijo que si recuerda todo. -Respondió emocionada la madre del joven.
-Señora, deje que el paciente responda. Su cuerpo estuvo durante mucho tiempo en reposo y necesito saber cómo se encuentra.
-¡Oh! Disculpe.
-Entonces, Alexander, ¿Recuerdas algo?
-Recuerdo que “aquel día”… estaba discutiendo con Mariela… y en ese momento un auto la iba a arrollar… y yo la empujé… colocándome yo... Recibiendo el… golpe.
-Muy bien, ¿Cuándo te refieres a “aquel día” me podrías decir la fecha?
-Fue… el 8 de diciembre… del año pasado.
-Correcto, ¿Qué fecha es hoy?
-Creo… que hoy es… 6 de mayo.
-Muy bien, parece que tu cerebro está funcionando muy bien, a pesar del golpe que recibiste. Bueno, les agradezco que nos retiremos. Dejémoslo descansar un poco. –Retirándose también de la habitación.
Alexander se quedó solo en su habitación, sorprendido de que todo lo que vivió, había sido solo un sueño. En eso pensó: “Mariela, gracias por haberme ayudado a resolver esa carrera contra mi vida. Bueno, también le debo a la Eva y al Diego del sueño, que me acompañaron y me brindaron el ánimo que tanto necesité en esa circunstancia.” El joven rompió en llanto al saber que no volvería a ver a la chica de pálida piel, lloró tanto que volvió a quedarse dormido.
Mientras Alexander dormía, cayó en un nuevo sueño, en el cual no podía observar nada a su alrededor, solo una llama azul a lo lejos. En lo que decidió caminar hacía ésta, escuchó una dulce y risueña voz a lo lejos:
-¡Ale! ¡Por aquí!
El joven se extrañó al escucharla, ya que se le hacía conocida; aun así, decidió continuar caminando hacia su destino.
-¡Alexander apresúrate! O, ¿Acaso no quieres verme?
-¿Quién eres?
-¡Vaya, ya veo que me olvidaste! –Gritó la voz.
-¿Eva? ¿Eres tú? –Preguntó Alexander mientras seguía caminando hacia la flama que cada vez estaba mucho más cerca.
-No lo sé, ¿Tú qué crees? –Con tono sarcástico.
-Que si eres tú. No te pongas así conmigo, si ya me conoces. –Tratando de calmar a Eva, a pesar de que no la podía ver.
Cuando Alexander se acercó al fuego azul, sentía un gran calor, tanto que creía que se iba a derretir como un helado.
-Hasta que llegaste. –Dijo la flama, la cual, tomó la forma de Eva.
-¿Qué significa esto? –Le preguntó Alexander intrigado.
-Alexander, tú y yo vivimos una maravillosa aventura mientras te encontrabas inconsciente, ¿No lo crees?
-Pues sí, eso creo, pero ¿Eso que tiene que ver?
-Que aún no nos veremos en la realidad.
-¿Por qué lo dices?
-Porque aún no estás listo para que me conozcas.
-¿Y cuándo será eso?
-Cuando seas capaz de ordenar tus sentimientos, superar a Mariela, y lo más importante, cuando por fin logres darte el amor propio que tanto requieres regalarte. En el momento que logres eso, será que nos conoceremos y podremos ser un equipo.
-¿Y cómo sabré que es el momento?
-No lo sabrás, ocurrirá en el momento que menos lo esperas.
-¿Y si no lo logro? Significa que jamás te veré, ¿Cierto?
-Debes empezar a tener fe en ti y a ser un poco más paciente. –Tomándolo de los hombros.
-Vale, gracias por todo.
-Recuerda lo que te dije: “Ama con todo tu corazón, no importa si estás soñando, porque los sueños se pueden hacer realidad.” –Besándole la frente.
-Lucharé para poder encontrarte y podamos estar juntos.
-Primero lucha por ti, y luego por mí. Solo así me podrás encontrar. Adiós.
En ese momento, Alexander despertó y se encontraba su amigo Alberto, quien entre risas le dijo:
-¡Ah no vale! Primero era Mariela, ahora es una tal Eva ¡Contrólate hermano! Pareces un huracán, quieres arrasar con todas. –Riendo a carcajadas. -¿Quién es esa Eva?
-Una chica maravillosa… que no conoces.
-Debe serlo para que me digas eso.
-Pues sí.
-¿Y qué se siente estar en coma?
-Es algo… muy extraño. Incluso tuve… un sueño muy… loco.
-¿Sobre qué?
Alexander procedió a contarle con detalle a su amigo el sueño. Alberto quedó impresionado por la historia del joven.
-¡Vaya! Que locura ese sueño que viviste.
-Imagínate como me… sentía yo en ese… mundo, creyendo que… todo parecía muy real.
-Deberías intentar escribir una novela. –Riendo nuevamente. –Yo la leería.
-Pero si a ti… no te gusta leer. –Riendo pausadamente.
Los amigos rieron por un rato, y siguieron conversando hasta que Alberto tuvo que irse. Pero la idea quedó en la mente del joven. “¿Y si escribo todo lo que viví durante ese sueño?”
Esa idea quedó en mi mente y aguardé mientras me encontraba en observación por tres semanas. En las cuales me sirvieron para fortalecer aun más mi vínculo con Eva. Hasta que salí por fin del hospital a punto de iniciar nuevamente mi vida y dispuesto a darle sentido a ésta.
No creo ser capaz de cambiar para mal en algún momento, ni por más dolor que me causen, nunca desistiré, siento que ya es el momento que empiece a darme el amor que necesito y luego así podré brindarme una oportunidad nueva para amar. Aunque la barrera de la decepción fue alta y dolorosa, debo tragarme mi orgullo e intentarlo de nuevo.
¿Qué más podría perder si vuelvo a caer? Soy un superviviente del gran impacto que nos deja el desamor y la decepción; mi corazón derramó tantas lágrimas que creí que se secaría y mis ojos lloraron tanta sangre que pensé que quedaría ciego. Mi exilio a la aventura comienza ya y no podré volver hasta que mi orgullo logre superar la falla imperdonable que me motivó a caminar sin dudar hacia mi destino, el cual debo alcanzar, bien sea para llegar a mi meta. Pero sea como sea, debo luchar con ganas y corazón para poder llegar a mi libertad y dejar atrás esa fría y abrazante desolación que en ocasiones tiende a hundirme y confundirme, ese es uno de mis mayores objetivos en estos momentos, ver por qué me afecta de esa manera; ya que todos tenemos dudas que queremos aclarar, que nos afectan tanto que nos hacen sudar. Ahora voy a disfrutar mi vida sin temor al que dirán, ya que ellos no me mantendrán, y además, la espero a ella, que llegue a mi vida y que a mi alma haga gritar de felicidad y en el brillo de mis ojos, sabiduría pueda encontrar, debo enfocarme con la mirada hacia el futuro para ver las cosas que quiero lograr, sin mi presente descuidar. Ella me hizo saber que por más hermosa que sea la luna, ésta no es del todo sincera, porque tiene muchas caras las cuales te pueden engañar, que es mejor fijarse en las estrellas, debido a que solo tienen una cara y en ocasiones son las que iluminan la noche y no la luna. ¿Cómo y dónde la conocí? Pues digamos que cuando la vi, parecía ruda y que yo no le importaba, pero resultó ser una persona dulce, tan similar a una piña, que por fuera tiene una concha áspera y cortante, pero por dentro es dulce y refrescante, cuando me di cuenta de eso me armé de coraje y con mucho respeto le hablé y me percaté que sabía más de mí que yo de ella, lamentablemente nuestra unión no podía ser, todavía, debido a que solo me encontraba soñando y ella pertenece al mundo de los sueños, sin más remedio me tocó aceptar esta realidad, esperando a que nos volvamos a ver, pero esta vez en mi mundo, el real, donde los sueños se pueden hacer realidad. Increíblemente, para lograr ser verdaderamente fuerte, debí aprender a soñar, y así poder creer nuevamente en el amor.
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Seis de mayo
Mystery / ThrillerAlexander, un joven de 25 años de edad se enfrenta a la curiosa reaparición de su ex, quién extrañamente parece estar acosandolo tanto en el plano terrenal como en el de los sueños. Teniendo que recavar en los hechos de su pasado para resolver el mi...