Una vez en la oficina, Alexander se encontraba con la mirada perdida hacia la pared mientras pensaba "¿Esto es normal? ¿Qué puedo hacer si esto continúa así? ¿Y si sueño otra cosa me seguirá afectando?". El joven estaba muy perturbado, por lo que no podía concentrarse en su trabajo, ni en su búsqueda de información. Hasta que se puso a recordar con detalle cada aspecto del sueño y se percató de algo que había pasado por alto. Se trataba del sobre y de los seis dólares que estaban en su mesa de noche. Él nunca había abierto el sobre por lo que ignoraba lo que estaba en su interior, "Tal vez allí este la respuesta de todo lo que pasa en este momento", pensó Alexander. Apenas recordó esos detalles se dirigió a la oficina de Diego a comentarle sobre este detalle y posible pista para solventar este problema que tanto lo perturbaba.
-¡Diego, creo que tengo una pequeña esperanza para resolver mi problema! - le dijo algo agitado.
-¿En serio? ¿De qué se trata? -Le comentó intrigado.
-¿Recuerdas los seis dólares y el sobre que te comenté del sueño?
- Si, ¿Qué sucede con eso? -Sin entender aún.
-Pues cuando desperté, en mi mesa de noche había seis dólares y un sobre.
-¿Y qué había en el sobre?
-No lo sé, nunca lo abrí.
-¿Y crees que sea una pista lo que haya ahí adentro?
-Posiblemente lo sea -dijo con muchas esperanzas.
- ¿Y qué tal si está vacío?
-No me apoyes tanto -con tono sarcástico.
-Bueno, está bien -con un tono burlesco.
Alexander detuvo su búsqueda al igual que Diego, ya que tal vez ese sobre tenga las respuestas que el joven tanto busca. Alexander una vez fuera del departamento procedió a ir rápido a la parada para esperar el bus que lo dejaría cerca de su casa.
Ya una vez en el vehículo se dispuso a pensar: “¿Qué habrá en el sobre? ¿Habrá algo referente al sueño o será cualquier otra cosa? ¿Tendrá alguna pista sobre el paradero de Mariela?". Mientras pensaba, llegó a su parada, se bajó y se dirigió a su hogar. En el camino se encontró con un hombre blanco y alto como de un metro ochenta. Era el señor Roberto, el Padre de Mariela, Alexander tenía unas ganas de preguntarle al hombre sobre la chica pero al final decidió abstenerse y continuar con su camino. Cuando Alexander llegó a su morada, lo primero que hizo fue buscar el sobre para ver que había en su interior. Apenas lo tomó, vio los seis dólares y los guardó en su billetera "para algo me servirán". Pensó el joven. El sobre no pesaba mucho, en realidad estaba prácticamente vacío. Con las manos temblorosas y con el corazón latiéndole con fuerza abrió el sobre y metió su mano derecha y sintió algo pequeño y de plástico. Alexander extrañado lo tomó y lo sacó para ver de qué se trataba. Cuando ve lo que tenía en su mano, sus ojos se pusieron como dos huevos fritos por el asombro y pensó: "esto no es lo que esperaba, pero ahora tengo más dudas, cómo llegó esto aquí si se supone que... que yo... lo boté aquel día". Se trataba de un llavero azul en forma de delfín, estaba algo roto en la parte del hocico, de una aleta y en la cola; como si lo hubiesen golpeado o dejado caer de una altura considerable. El joven no sabía qué hacer, el llavero le dejó más dudas que respuestas. Lo examinó con detalle para contemplar dicho objeto, el cual tenía mucho tiempo sin saber de él, ya que tampoco le quería dar importancia tras lo sucedido. "Por cierto, ¿dónde estará mi celular ahora?", dijo Alexander, mientras procedió a revisar cada rincón de su cuarto, desde bajo de la cama, las gavetas y hasta en la cesta de su ropa sucia. Buscó con mucho afán en toda su casa, pero lastimosamente el teléfono no apareció. Eso alteró un poco a Alexander, el cual no podía creer que su celular hubiese desaparecido sin razón. Hasta que recordó que en el sueño él lo lanzó, ya que no lograba comunicarse con Mariela. "Mierda ese sueño afectó demasiado mi realidad, ¿qué puedo hacer ahora?", pensaba Alexander con una actitud derrotista mientras se encontraba sentado en la orilla de la cama. Decidió caminar hacia su nevera y prepararse algo.
Se preparó un sándwich y una vez terminada su cena procedió a irse a dormir. Pensaba: "Y así finaliza el primer día, mañana será 3 de mayo. Ojalá pueda resolver este enigma antes del 6, si es que esto tiene una posible solución… claro está." Después procedió a rezar y luego cayó dormido.
Nuevamente se encontraba soñando y se encontraba en la plaza donde se encontraría con su amigo Kristofer. Alexander estaba consciente que se encontraba soñando nuevamente, así que se dispuso a estar muy pendiente de las cosas que ocurrieran. Resulta que estuvo esperando un buen rato que apareciera Kristofer, pero este nunca llegó. Y Alexander no entendía porque el "Mata gigantes" no aparecía, hasta que pensó: "¡Claro! cómo me voy a encontrar con él, si no tengo teléfono para ponerme en contacto con Kristofer". En eso decidió ir al lugar donde se encontró con Mariela, intentando lograr verla, pero esperó hasta dos horas y la chica de pálida piel no aparecía. Pensó en ir al hotel a ver si éste seguía ahí; pasó por el parque, vio la pastelería y resulta que el hotel seguía donde se supone que estaba la vez pasada. Entró al hotel y, como la vez anterior, se encontró con Eduardo.
-¿Alexander? ¿Qué haces aquí? -Le preguntó extrañado, debido a que éste se encontraba solo.
-Nada, vine a ver si encontraba a alguien -le respondió como si nada pasara.
-¿Buscas a tu novia? ¿Sospechas de que te está engañando?
-No, no busco a mi novia. Ni siquiera tengo -soltó una pequeña carcajada.
-Vale... Bueno tú sabrás a quien estás buscando. Por si estás interesado, pide la habitación "6", no te arrepentirás. -Le dijo mientras se marchaba.
Alexander se dirigió a la recepción y le dijo a la recepcionista:
-Buenas tardes, señorita, disculpe ¿En qué fecha estamos?
-Disculpe caballero no entiendo su pregunta -le comentó la recepcionista algo estresada.
-¿Qué fecha es hoy? -volvió a preguntar Alexander.
-Hoy es 6 de mayo, ¿Conforme? -Le respondió la chica con un tono de molestia.
-¿Y en qué año estamos?
-Mire joven, yo no tengo tiempo que perder con un bromista como usted, así que, le agradezco que se marche inmediatamente.
Alexander se retiró del hotel, una vez afuera decidió entrar a la pastelería y tomarse por lo menos un café. En eso escuchó una voz que le dijo:
-Deberías empezar a tener cuidado con tus cosas. Ya no eres un niño.

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Seis de mayo
Misteri / ThrillerAlexander, un joven de 25 años de edad se enfrenta a la curiosa reaparición de su ex, quién extrañamente parece estar acosandolo tanto en el plano terrenal como en el de los sueños. Teniendo que recavar en los hechos de su pasado para resolver el mi...