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Nos perdimos

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Nos perdimos.


La voz de Kim retumbó por toda mi cabeza, no entiendo cómo se lo ocurre hacer semejante ruido para despertarme, ¿No sabe que estoy en la peor resaca de mi vida? Pues, al parecer le da totalmente igual éso.

—¿Te importaría dejar de gritar? Gracias.

—Levántate, no puedes empezar así el día, —solté un suspiro y me senté en su cama, quité el edredón de encima de mí y con mucha dificultad me bajé. Siento que mi cuerpo pesa más de lo que debería— ¿No recuerdas lo que hiciste anoche?

—Sí, sé que me drogué pero luego de éso no me acuerdo de nada.

Ella abrió la boca, ¿Qué? ¿Hice mucho el ridículo o cómo? Espero que no haya sido nada grave porque la verdad, ni siquiera lo recuerdo.

—¿Qué hice? —ella suspiró— Suéltalo, sin anestecia.

—Caleb y tú se besaron.

Abrí los ojos y mi respuesta fué inmediata— ¿Qué? —prácticamente grité.

—Sí, —suspiró— ése idiota aprovechó que estabas drogada para besarte.

Madre mía, no puede ser. Caleb me besó, pero ¿Cómo, en qué momento y por qué? Si nunca me había dado señales de querer algo conmigo, o bueno quizás una que otra, pero delante de Jason jamás. ¡O por dios! Ahora que recuerdo, antes de probar la cocaína, Caleb me dijo que sabe todo lo que tengo con él, así que no creo que me convenga reclamarlo porque podría soltarlo todo y ahí sí maténme.

¿Por qué siempre que voy a una fiesta algo malo pasa?

Jamás en mis cinco sentidos hubiera besado a Caleb, y es más allá de su físico porque él es guapo, sino que me da mala vibra y nunca terminó de caerme bien. Desde el instante que me dí cuenta que tiene algo con Scarlett supe que no era leal, y ahora termino de confirmalo.

Odio a la Atenea borracha, la aborrezco con todo mi ser.

Estoy enojada conmigo misma, y aunque ése acto es justificable porque estaba bajo los efectos de la droga, todo es mi culpa. ¡Es que ni siquiera debí drogarme!

Lunes, 4:45 p.m.

Salíamos de la Universidad Eduard, Alexander, Kim y yo, al igual que todos los alumnos. Hoy ha sido un día bastante tranquilo, algo que agradezco. Mi prima me llevará a mi casa, porque prefiero irme con ella y sé que parece que estoy evitando a Edu, pero es muy incómodo para mí mirarlo o estar a solas con él luego de habernos besado.

Lo que callamos los tímidos.

A penas estábamos en la acera, me fijé que un poco a lo lejos estaba Jason subido en su moto. Buah, éste seguro ha venido a ver a Hannah, así que trataré de evitar hacer contacto visual con él aunque sea difícil.

INDEBIDO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora