Eres lo que más amo.
Las notificaciones que llegaron a mi celular me hicieron abrir los ojos y pegar un pequeño salto en mi posición habitual para dormir: boca abajo.
Pasé mi mano derecha por la mesita de noche sin mirar, pero con el objetivo de encontrar mi celular por algún lado.
—Oh, sí —casi gemí a penas lo encontré y lo acerqué a mi cara. No pude contener la sonrisa que formó en mi rostro a penas ví que los mensajes eran de Jason.
Mensajes de texto.
Él: Buenos días, Diosa. ¿Ya estás despierta?
Él: Vale, ya sé que no :)
Él: Sólo avísame cuando vayas a ver a Eduard, por favor.
Con una sonrisa tonta en el rostro comencé a escribir una respuesta.
Yo: Recién me levanto, así que más o menos en treinta minutos iré a hablar con él.
Él: ¿Irás en taxi?
Yo: No, a pié.
Él: si quieres yo te llevo.
Yo: Creo que será mejor que yo vaya sola, si se ven puede que las cosas se empeoren. ¿No te enfada, no?
Él: No te diré que me pone contento que vayas a hablar con ése tipo sola, porque te estaría mintiendo. También me da celos, no te lo voy a negar.
Si yo estuviera en su piel también me pondría celosa. Que la persona que quieres y que te acabas de reconciliar tenga que ir a hablar con "actual novio" para terminar con él, estando a solas en su casa es motivo suficiente para celar, pero tiene que confiar en mí y se dará cuenta que todo saldrá bien.
Yo: ¿Confías en mí, Jason?
Él: Más de lo que te imaginas, Diosa.
Yo: Bien, entonces no hay de qué preocuparse :)
Él: Si a última hora necesitas que te lleve a casa, me llamas sin dudarlo ¿okay?
Yo: Okay, te amo.
Él: Te amo, Diosa.
Con una sonrisa en el rostro salí del chat con Jason y levanté mi cuerpo de la cama sacando fuerzas no sé de dónde, estoy demasiado cansada y ni siquiera sé porqué. Mis músculos están tensos y pesan.
—¡Mika! —grité desde el borde de mi cama provocando que ella se levantara de la suya y corriera hacia mí—. ¿Y si me llevas? —pasó su lengua por mi mano y no pude evitar reírme— hoy será un día difícil.
Solté un suspiro cargado de: fuerza, Atenea.
***